Volumen 1, No. 2, Art. 30 – Junio 2000

Entre la prescripción y la acción: La brecha entre la teoría y la práctica en las investigaciones cualitativas

Esther Wiesenfeld

Resumen: Enfoques recientes de investigación en psicología, como la investigación emancipadora, cooperativa, construccionista, investigación-acción-participativa, etnografía crítica, coinciden en proponer un modelo de relación entre investigador/a e informantes caracterizado por la simetría, dialogicidad, colaboración y respeto mutuos, así como la co-implicación de la subjetividad de ambos a lo largo del proceso investigativo. Si bien esta forma de concebir dicha relación sugiere una epistemología diferente a la que ha orientado a la investigación tradicional, nos preguntamos en qué medida se está cumpliendo este nuevo modo de relación, de qué manera se está entendiendo y cómo se está implementando.

En este artículo y con base en el análisis de trabajos teóricos, reportes empíricos de investigación cualitativa y mi propia experiencia de investigación, aporto algunos elementos que den cuenta de los diversos significados y modalidades que adoptan estos planteamientos en la práctica, así como de los diferentes procedimientos que se emplean para satisfacerlos. Esta diversidad nos lleva a cuestionar la confluencia entre la praxis investigativa con la epistemología propuesta en los enfoques mencionados y por ende a plantear ya sea la revisión de los supuestos que orientan la relación investigador/a-informante o la forma de llevarlos a la práctica.

Palabras clave: investigación cualitativa, lugar del/de la investigador

Índice

1. Introducción

2. La relación investigador/a – sujeto en la investigación cuantitativa

3. La investigación cualitativa

3.1 Antecedentes

3.2 La relación investigador/a – informante en la I.C.

3.3 La práctica de la investigación cualitativa

4. Conclusión

Referencias

Autora

Cita

 

1. Introducción

A poco menos de tres décadas de la conocida crisis de la psicología social, crisis que significó una acentuación de la polémica sobre la pertinencia del paradigma Positivista en psicología, podemos afirmar que estamos asistiendo a una creciente reivindicación y aceptación de los paradigmas interpretativos como un modo alternativo de acercamiento y de conocimiento de la realidad. [1]

Este giro paradigmático supone a su vez el empleo de la investigación cualitativa como una estrategia de investigación opuesta a la metodología cuantitativa y a su énfasis en garantizar la objetividad del proceso investigativo y la veracidad, validez y potenciar de generalización de sus resultados. Hablamos pues, de una propuesta metodológica contraria a la creencia en: a) la existencia de una realidad objetiva, independiente de nuestras experiencias en ella; b) la objetividad como la forma privilegiada de acceder al conocimiento de dicha realidad y c) la neutralidad científica como la forma de aprehender nuestro objeto de estudio. Esto no quiere decir que el nuevo paradigma niegue la realidad sino la idea de su existencia como una condición absoluta, externa y separada de nosotros, y hacia la cual reaccionamos independientemente del contexto en el que se sitúe. De acuerdo con este paradigma, la realidad es concebida en términos de los significados construídos y reconstruídos por las personas con base a sus experiencias en contextos particulares (IBAÑEZ, 1994). En concordancia con MILLER y GLASSNER "la investigación no puede proveer el reflejo en espejo del mundo social al que aspiran los positivistas, sino proveer acceso a los significados que la gente atribuye a sus experiencias en el mundo social" (1997, p.100). [2]

La investigación cualitativa reivindica un relación de proximidad entre los distintos actores del proceso que se investiga, lo cual supone una actitud y un rol diferentes por parte del/la investigador/a. [3]

Es precisamente este último tópico el tema central de este artículo: analizar el lugar del /la investigador/a en la investigación cualitativa (IC). Para esto me he trazado los siguientes objetivos: 1) exponer algunas críticas a las características de la metodología cuantitativa, particularmente aquellas relativas a la relación sujeto- investigador/a, 2) presentar las propuestas que con respecto a dicha relación plantea la investigación cualitativa (IC), y 3) analizar críticamente la puesta en práctica de dichas propuestas, a partir de la revisión de artículos teóricos y reportes de investigaciones basados en las mismas. [4]

2. La relación investigador/a – sujeto en la investigación cuantitativa

La relación investigador/a – sujeto en las distintas etapas del proceso investigativo, es uno de los temas en los cuales la investigación cuantitativa ha recibido una serie de críticas. Al respecto se sustenta que la metodología cuantitativa, se caracteriza por una retórica de preguntar, investigar, publicar, que intenta evitar sesgos de género, raza, clase social, en aras de la neutralidad científica. Evidencia de ello son las normas de publicación de la American Psychological Association (APA), que exigen un estilo de reportar que evidencie la distancia requerida entre investigadores/as y sujetos de estudio, lo cual supone aumentará las posibilidades de dicha neutralidad (SCOTT & KATZ, 1995). O en términos de LEUDAR y ANTAKI (1996), de una investigación monológica que concibe como buenos datos aquellos no contaminados por el/la investigador/a. Para ello una de las estrategias empleadas es omitir en los reportes cualquier referencia a ambos. [5]

BILLIG (1994) llamó a esta estrategia "la despoblación del sujeto en los reportes psicosociales" y la ilustra a partir del análisis de los artículos de los dos primeros números de 1991 de la Revista European Journal of Social Psychology (EJSP). En ellas Billig identificó formas impersonales de referirse a los sujetos, al autor, a sus colaboradores y encuestadores, al procedimiento seguido para la selección "aleatoria" de la muestra, a su descripción en términos de género, edad, clase social Todo ello bajo la justificación metodológica de que un mayor detalle afectaría la imagen de homogeneidad y por ende de potencial de generalización de los datos. De este modo los sujetos se presentan como un grupo homogéneo tal que cualquiera de ellos puede ser reemplazado por otro, como si el resto de los factores, que precisamente constituyen el objeto de interés para la disciplina, fueran homogéneos. Se espera entonces que el azar contribuya a disipar cualquier probabilidad de introducir el error de las diferencias individuales. [6]

WALSH BOWERS (1995) hizo un trabajo similar al de BILLIG basado en 3001 reportes de investigación en las áreas de psicología interpersonal publicados en intervalos de 10 años entre 1939 y 1989 en 7 revistas estadounidenses y una revista canadiense. Analizó dos grandes dimensiones: 1) formas de relacionarse investigador/a – sujetos, 2) formas de escribir y designar, o sea dar información de los involucrados (género, entorno, tipo de participante). Concluyó que los reportes son despersonalizados, en tanto los investigadores utilizan a sus sujetos como fuentes de datos sin reportar acerca de su consentimiento, feedback, o cualquier otra reacción. Tampoco describen a los encuestadores ni a los entornos del estudio; los científicos utilizan la voz pasiva e incluso sustraen lo informal del reporte para hacerlo parecer mas serio y publicable. Esto ocurre en cada una de las fases de la descripción de la investigación (metodología, análisis, resultados). Asimismo ULICHNY (1997) ha señalado que la relación investigador/a- informante se ve oscurecida en los textos de psicología social. [7]

Estos hallazgos han sido interpretados como evidencia del temor asumido por los investigadores/as de incluir signos de retórica que inhiban el acceso a la "verdad" (BILLIG, 1991) y que tiñan reportes objetivos con los sesgos asociados a otro tipo de retórica como la literaria o política (BAZERMAN, 1988). [8]

Las características descritas han sido cuestionadas en una serie de aspectos. Una de ellas consiste en retar la posibilidad de obviar o neutralizar la presencia del investigador/a, ya que incluso en situaciones experimentales, en las que se supone que los sujetos se abstraen del contexto, se argumenta que estos se colocan en la intención argumentativa del investigador/a y actúan en su presencia (BILLIG, 1994). [9]

Asi mismo se critica el intento de homogeneizar sujetos cuyas particularidades y cotidianidades, de interés para los psicólogos, son anuladas en aras de la generalización estadística. Esta retórica de la psicología tradicional basada en la retórica del realismo de los "hechos", sustrae a los sujetos de lo que FOUCAULT llamó la individualidad ordinaria cotidiana (1979, p.91) ejemplo de lo cual son las conocidas referencias al "Experimentador" y a los "Sujetos". Coherente con este principio, el reporte excluye las construcciones textuales del sujeto y en su nombre se erige omnipotente la figura paradójicamente ausente del investigador/a, quien interpreta a aquellos con los que no tuvo sino una relación distante, utilizando la voz pasiva, despersonalizada y descontextualizada a fin de evitar intromisiones inconvenientes que le resten seriedad y credibilidad al texto. [10]

BAZERMAN (1988, citado por WALSH BOWER) cuestiona este esfuerzo orientado a la búsqueda de la verdad, por cuanto sostiene que la retórica no escapa a ningún tipo de reporte, incluyendo el científico. Concuerda con SCOTT y KATZ (1995) en que los reportes de investigación no dan cuenta de los esfuerzos privados del investigador/a, en tanto la ideología científica presenta una secuencia instituída de comunicaciones y supuestos epistemológicos y relaciones entre escritores, editores, árbitros y lectores, que no admiten este tipo de retórica. [11]

Adicionalmente, las prácticas linguísticas utilizadas por los psicólogos en sus reportes no se discuten en sus publicaciones, lo cual constituye una limitación ya que, tal como lo señalan los proponentes del movimiento "retórica de la investigación" (SHOTTER, 1993), los escritos académicos, sobre todo en las ciencias humanas y sociales tienen su propia retórica persuasiva de modo que lo que se escribe construye la disciplina (BAZERMAN, 1988). [12]

Otra crítica, vinculada con la ausencia del/de la investigador/a en estos reportes, se refiere a la falta de referencias sobre cuestiones relativas a su responsabilidad ética y preocupación por la dignidad y bienestar de "sus sujetos", a la responsabilidad que tiene al representar mediante sus reportes a los "otros", de asignar significados a sus acciones, todo lo cual equivale a la mentalidad de la relación colonizador – colonizado (ULICHNY, 1997, WALSH BOWERS, 1995) o de iluminación (MORGAN, 1996), de modo tal que el sujeto que conoce ilumina al objeto conocido. Al respecto, estos autores advierten sobre el peligro de desarrollar teorías y prácticas con importantes implicaciones en la vida de las personas a las que se refieren y sobre las cuales estas permanecen ajenas. A su juicio, este tipo de "conocimiento científico" no sólo desconoce el contexto de los sujetos, sino que al atribuirles un conjunto de cualidades los construye de un modo que usualmente dista de los significados que ellos elaboran sobre sus sentimientos, pensamientos y prácticas sociales, pero que con frecuencia los estigmatiza (MARECEK, FINE & KIDDER, 1997; IBAÑEZ, 1994). [13]

Esta relación confusa y asimétrica en la que el investigador/a asume por una parte una actitud prepotente y de enorme responsabilidad al suponer que puede hablar por el"otro", e interpretar con precisión su mundo de vida, y a la vez una falsa modestia al ausentarse de los reportes que elabora, revela que las imposiciones de identidad por parte de paradigmas que reclaman neutralidad, aún a sabiendas de las dificultades y falacias que ello implica,. no funcionan de manera adecuada (WALKERDINE, 1990, p.198, citada por BROWN, 1997, p.699). En respuesta a ello se propone superar las barreras que separan al investigador/a de sus objetos de estudio, tanto en el lenguaje, como en el proceso de recolección y reporte de la información (LEUDAR & ANTAKI, 1996). [14]

Las críticas expuestas y las sugerencias para superarlas provienen fundamentalmente de propuestas integradas en lo que podríamos denominar paradigmas alternativos o emergentes, entre cuyas características está el empleo de la investigación cualitativa. [15]

3. La investigación cualitativa

3.1 Antecedentes

El uso del término "investigación cualitativa' (IC) se remonta a principios de siglo, en disciplinas como la sociología y la antropología y desde entonces son múltiples las ciencias humanas (educación, psicología, trabajo social, comunicación social), paradigmas (feminismo, estudios culturales, postpositivismo), enfoques teóricos (etnometodología, fenomenología, teoría crítica, neomarxismo, postestructuralismo, construccionismo) estrategias de investigación (teoría fundamentada, estudio de caso, etnografía, investigación-acción-participativa, investigación construccionista), métodos de recolección de información (entrevista, observación, relato de vida) y técnicas de análisis (semiótica, hermeneutica, análisis del discurso, análisis de contenido) que en diferentes etapas de la historia y de diversas maneras han adoptado e implementado este tipo de investigación. [16]

El período actual se caracteriza por la proliferación de diversas alternativas de concebir la realidad y de legitimar formas de conocimiento y prácticas sociales que apoyen compromisos políticos y morales para construir un mundo mejor (KENDALL y MICHAEL, 1997). [17]

En psicología su expresión ha sido particularmente notoria en el desarrollo de las diferentes versiones de la psicología social postmoderna tales como la psicología social crítica (BURMAN, 1997a, 1997b; PRILLELTENSKY, 1994; WEXLER, 1991; PARKER, 1997; IBAÑEZ E IÑIGUEZ, 1997); liberadora (MARTIN BARO, 1985; THOMAS, 1998), emancipatoria (SAMPSON, 1991, 1993) y en áreas recientes y novedosas como la psicología del género, psicología política psicología social comunitaria, psicología de la pobreza. [18]

Aún cuando se reconoce la dificultad de definir y caracterizar este tipo de tendencias, debido a la heterogeneidad de posturas que la integran, todas ellas comparten : 1) la crítica a la metateoría, a las grandes narrativas propias del Positivismo, las cuales se sugieren reemplazar por comprensiones locales y contextuales de los procesos estudiados; 2) el compromiso con diferentes formas de construccionismo social y con políticas progresistas que se colocan del lado de los sectores explotados y oprimidos; para lo cual se propone complementar la teorías y la investigación con acciones que favorezcan el cambio social y la emancipación; 3) el interés por las prácticas discursivas y la comunicación, 4) el empleo de recursos linguísticos y convenciones que permitan reconceptualizar las nociones de "self" y otros procesos sociales que construyen socialmente el mundo; 5) la crítica al role intervencionista del investigador/a en la producción del conocimiento y paradójicamente a su ausencia en los reportes de investigación, 6) el empleo de métodos cualitativos de investigación, entre otros. (GERGEN 1996; BRYDON-MILLER, 1997; KENDALL & MICHAEL, 1997; SPEARS, 1997; POTTER & WETHERELL, 1995, 1997, SARBIN, 1986, SHOTTER & GERGEN, 1989) [19]

3.2 La relación investigador/a – informante en la I.C.

Existe acuerdo en concebir la IC como un campo de indagación en sí mismo (DENZIN & LINCOLN, 1994) que intenta capturar el sentido que subyace a lo que decimos sobre lo que hacemos a partir de la exploración, elaboración y sistematización de los significados de un fenómeno, problema o tópico (BANISTER, BURMAN, PARKER, TAYLOR & TINDALL, 1994), y de reflexionar sobre ellos a fin de transformarlos . [20]

Entre las características más resaltantes de este tipo de investigación, particularmente con respecto a la relación investigador/a-informante podemos mencionar:

Como se desprende de las características expuestas, la investigación cualitativa reivindica una forma de relación investigador/a-informante, en la que las experiencias de vida de los informantes y los significados que les asignan se reportan en un clima de horizontalidad, donde prevalece el respeto mutuo, el diálogo reflexivo y se acepta el involucramiento de la subjetividad del/la investigador/a en dicho proceso. No se propone idealizar el saber del otro ni subestimar el propio en tanto investigador/a que se reconoce ignorante respecto al conocimiento del sentido común que desea comprender. Por el contrario se trata de compartir saberes, reflexionar conjuntamente sobre ellos y derivar aprendizajes que se traduzcan en conocimientos útiles y en acciones transformadoras para los informantes, y en el desarrollo teórico de la disciplina a través de publicaciones e intercambios con pares para los /as investigadores/as (TOLMAN & BRYDON-MILLER, 1997). [30]

3.3 La práctica de la investigación cualitativa

La creciente popularidad de la IC en psicología en los últimos años, también se ha visto acompañada de diversos planteamientos y críticas surgidas recientemente en torno a la forma de implementar la metodología correspondiente en las distintas fases de la investigación. Esto sugiere la necesidad de revisar los principios que orientan esta estrategia investigativa, ya sea para reforzarlos y generar propuestas que orienten a los investigador/aes en este quehacer, o para reformulalos a fin de adecuarlos a las posibilidades que brinda la praxis de la IC. [31]

Aunque reconocemos que las distintas disciplinas dentro de la psicología abordan este tipo de investigación de manera diferente, en virtud de sus intereses particulares y emplean diversas estrategias de investigación, analizaremos algunos aspectos generales que asumimos comunes a cualquiera de ellas, a saber: ¿qué está sucediendo en la práctica de la investigación cualitativa?, ¿en qué medida se han implementado las características expuestas y por ende superado las críticas señaladas a la metodología positivista ?, ¿cómo se ha asumido la presencia tanto de informantes como de investigadores/as en los reportes de investigación cualitativa? ¿cómo se ha expresado la subjetividad del/ la investigador/a?, ¿cómo se ha reivindicado la diversidad y singularidad de los informantes?, ¿ cómo se ha incorporado en el reporte la voz de los actores, incluyendo la del/ la investigador/a, la interacción entre ambos, el análisis e interpretación de la información, la discusión de las prácticas linguísticas empleadas por le/la investigador/a? [32]

He basado el análisis de estos aspectos en la revisión de artículos teóricos sobre investigación cualitativa publicados en textos de investigación cualitativa (DENZIN & LINCOLN, 1994; MORSE, 1994) y en diferentes revistas psicológicas (Theory and Psychology, Journal of Social Issues, Qualitative Inquiry, American Journal of Community Psychology, Revista de la AVEPSO ), reportes de investigaciones cualitativas y mi experiencia con este tipo de investigación. Como veremos, dicho análisis sugiere que la puesta en práctica de las características relativas a la relación investigador/a – informantes en la IC (simetría, dialogicidad, multivocalidad, coautoría, contextualización de los resultados, narraciones que den cuenta de la experiencia subjetiva del/la investigador/a, la superación de su anonimato), no ha sido tarea fácil. [33]

En efecto,

4. Conclusión

La presente exposición ha sido mi lectura crítica acerca de las inconsistencias entre los principios pertinentes a la relación investigadores/as-informantes en la IC. En esta lectura está implícita la preocupación respecto a la implementación de la investigación cualitativa: ¿Estaremos repitiendo prácticas similares a las que criticamos a los/as investigadores/as que emplean la metodología cuantitativa? ¿Será posible hacerlo de otra forma? ¿Estaremos asistiendo a una crisis de la investigación cualitativa? [61]

Al finalizar la redacción de este trabajo me he percatado que yo también he hablado por otros, he interpretado sus discursos sin acceder a las voces de los autores a fin de conocer si coinciden o no conmigo en las interpretaciones que he hecho de sus escritos y de sus reflexiones al respecto. [62]

Por otra parte, también me he percatado que yo no he expuesto mi postura, es decir: reforzar o reformular los principios analizados, cuáles han sido las dificultades que yo he enfrentado para reportar el impacto que en mi han tenido las investigaciones que he realizado desde la perspectiva cualitativa, cómo las mismas han influído en mi vida personal y académica, qué continuidad le he dado a las relaciones con los informantes una vez finalizada la investigación. Tampoco he accedido a los testimonios de colegas y estudiantes estos y otros temas. Queda entonces por iniciarse un nuevo proceso de dialogo en el que se pueda conocer de las voces de los autores, sus reflexiones con respecto a las discrepancias señaladas y en caso de concordar con ellas, los caminos a transitar a fin de superarlas. Espero que ustedes, interlocutores, contribuyan a que este diálogo sea fructífero. [63]

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Autora

Esther WIESENFELD

Contacto:

Esther Wiesenfeld

Institute of Psychology
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Caracas 1041-A
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Fax: (582) 662-3961

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Cita

Wiesenfeld, Esther (2000). Entre la prescripcion y la accion: La brecha entre la teoria y la practica en las investigaciones cualitativas [63 párrafos]. Forum Qualitative Sozialforschung / Forum: Qualitative Social Research, 1(2), Art. 30, http://nbn-resolving.de/urn:nbn:de:0114-fqs0002303.

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