Volumen 10, No. 3, Art. 1 – Septiembre 2009
El desarrollo cumbre de la generatividad en adultas mayores: aspectos centrales en su narrativa vital
Andrés Urrutia, María A. Cornachione, Gastón Moisset de Espanés,
Lilian Ferragut & Elena Guzmán
Resumen: En el presente trabajo se realiza una revisión sobre definiciones actuales de la generatividad y sus cambios a lo largo del ciclo vital. Se establecen las características centrales de las narrativas vitales vinculadas a expresiones cumbre de la generatividad. Se realizó un análisis de contenido de quince entrevistas a mujeres mayores que evidenciaron un desarrollo cumbre de la generatividad a lo largo de sus vidas. A través del análisis cualitativo de las narraciones se estableció que existe una continuidad de la generatividad desde la niñez a la vejez. Se establecieron cuatro momentos relevantes vinculados a este desarrollo: 1. inicio con expresiones tempranas de empatía, solidaridad y capacidad de ayuda; 2. expansión y productividad en la adultez; 3. consolidación de logros generativos; 4. continuidad generativa en la vejez.
Palabras clave: teoría de Erikson; generatividad y madurez; punto cumbre; narrativa vital; desarrollo adulto y envejecimiento
Índice
1. Introducción
2. Desarrollo generativo
2.1 La generatividad: cambios asociados a la edad
2.2 Desarrollo cumbre de la generatividad
2.3 Las narraciones generativas como formas de conocimiento de la madurez en la adultez
3. Objetivos del trabajo
3.1 La entrevista de historia vital
3.2 Mujeres mayores con desempeño generativo cumbre
3.3 Análisis de contenido
4. Trayectorias de vida dedicadas a tareas generativas
4.1 Involucramiento temprano con los otros
4.2 Etapa productiva y expansiva
4.3 Logros cumbre generativos
4.4 Continuidad generativa
5. Conclusiones
Erik ERIKSON (1971) describe tareas psicosociales específicas que deben ser acometidas en la adultez, y dichas tareas toman cuerpo en su concepto de generatividad. El autor habla de cuidar a las siguientes generaciones, de crear, producir cosas, de una virtud que se puede lograr o no, de un criterio psicológico de adaptación y madurez. Las tareas vinculadas a la generatividad están centralmente ubicadas en la mitad de la vida, y el autor identifica la vejez como la etapa del ciclo vital en la cual la crisis de la integridad del yo versus la desesperación frente a la muerte sería la vicisitud y tarea central del desarrollo de esta etapa vital. [1]
En este trabajo abordaremos, a través del análisis cualitativo de historias vitales, la continuidad o discontinuidad de la generatividad y sus logros en mujeres mayores de 55 años que han sostenido y mantienen una vida altamente generativa. En este sentido nos interesa determinar la continuidad narrativa de los temas generativos en estas mujeres mayores y conocer a través de su historia vital, la conservación de los aspectos motivacionales, del interés por las otras generaciones, tanto como la génesis temprana de los mismos, como el impacto de una trayectoria generativa en la integridad del self y su satisfacción vital. [2]
ERIKSON (1971) conceptualiza una serie de etapas o períodos críticos que implican síntesis progresivas del yo, cada una de las cuales está relacionada con las otras. En el esquema eriksoniano los aspectos biológicos o somáticos y los aspectos intrapsíquicos están continuamente en interacción con aspectos históricos y culturales propios del momento en que vive el sujeto. Dichos factores promueven el desarrollo y adaptación del yo. [3]
ERIKSON desarrolla ocho crisis o estadios dinámicos de desarrollo a lo largo del ciclo vital. En cada estadio, el individuo atraviesa un período crucial en el que se hallan presentes tanto una incrementada vulnerabilidad como una sostenida potencialidad. La resolución exitosa de cada crisis le concede al yo una fortaleza apropiada al período, y al tiempo lo potencia para enfrentar los sucesivos estadios. Un resultado de desarrollo pobre o regresivo también es posible, y dificultará el desarrollo posterior. [4]
Generatividad versus Estancamiento es la séptima etapa en el desarrollo psicosocial. Se inicia en la adultez temprana, tras la superación de la juventud (intimidad versus aislamiento), atraviesa toda la etapa adulta y es sucedida por los temas de integridad versus desesperación en los últimos años de la vida. Alimentado por una expansión gradual de los intereses del yo y la carga libidinal puesta en lo que ha sido generado, la tarea psicosocial más importante de la generatividad es establecer y guiar a la siguiente generación a través de los propios actos de cuidado. La generatividad se construye sobre la resolución de las etapas precedentes. Crear y criar niños sería una actividad prototípicamente generativa. No obstante no es la única, y la generatividad abarca un abanico mucho más amplio de actividad en un contexto social y cultural que excede al ámbito familiar. [5]
No es suficiente con crear, es también necesario cuidar aquello que se ha generado. John KOTRE (1984) completa la definición de generatividad afirmando que ella también implica el proceso de cuidar los productos de nuestros actos creativos. Esta tarea evolutiva de cuidar aquello que se ha creado o generado se ve reforzado por cierta "necesidad de ser necesitado" que experimentan las personas adultas (McADAMS, HART & MARUNA 1998). En el texto de ERIKSON (1971, p.118) está presente esta idea cuando afirma: "La evolución ha convertido al hombre tanto en animal que enseña como en uno que aprende, porque la dependencia y la madurez se dan en una relación de reciprocidad: el hombre maduro precisa que lo necesiten". [6]
La expresión completa de la generatividad combina tendencias agénticas (expansión del yo) y comunales (cuidado de los otros). McADAMS (2001) afirma que, en definitiva, se trata de una combinación de "poder y amor". En términos de ERIKSON (1971, p.118), "la gradual expansión de los intereses del yo y a un vuelco de catexia libidinal hacia aquello que se está generando". John KOTRE (1984) observa que la generatividad en muchas ocasiones se manifiesta en una modalidad predominantemente agéntica (afirmación del yo) o comunal. Un hombre podría desear tener un hijo pero exclusivamente para demostrar su propia virilidad. Esta generatividad sería "agéntica". El autor concluye, coincidiendo con McADAMS y De St. AUBIN (1992), que la auténtica generatividad se deriva de una equilibrada relación entre ambas tendencias. Junto a estas tendencias internas propias del ser humano, hallamos las demandas culturales que son el origen motivacional externo de la conducta generativa, el contexto histórico en el que se desarrollan las personas como su cultura influencian fuertemente tanto la forma como el ritmo de la expresión generativa. [7]
2.1 La generatividad: cambios asociados a la edad
"Aunque niños y adolescentes podrían actuar de modo altruista, la mayoría no diría que son 'generativos'. En la mayoría de los casos, el pensamiento y la conducta de los chicos no estarían guiados por un interés explícito por la siguiente generación. Tampoco las personas jóvenes están significativamente involucradas – tanto social como psicológicamente – en forjar legados de cuidado que les sobrevivan. Con una conciencia creciente de nuestras responsabilidades para con la sociedad como un todo y para aquellos que son más jóvenes, débiles, menos experimentados, o subordinados de algún modo, el adulto se transforma en capaz de actuar y pensar de modo generativo. (...) como padres, trabajadores y voluntarios, los adultos experimentarían y expresarían interés por la próxima generación" (McADAMS, De St. AUBIN & LOGAN 1993, p.221).
En McADAMS et al. (1993) se comenta el estudio más relevante realizado sobre edad y generatividad (de RYFF & HEINCKE en 1983) en el cual a la hora de analizar la edad media de la vida, todas las personas, jóvenes y mayores, identifican a la mitad de la vida como la etapa más generativa. McADAMS confirma esta tendencia en una medida compuesta (que combina interés, compromiso, acción y narración) muestra a los adultos medios con niveles significativamente mayores que los más jóvenes y los más mayores. Pero un examen más profundo de la medida de cada componente en particular y los resultados de la comparación en contrastes directos entre los tres grupos de edad muestran que el panorama no es tan claro: el compromiso generativo y los temas generativos en la narración de vida se incrementan de la juventud a la adultez media, pero no hay datos de que tales componentes disminuyan luego con la edad. [8]
Los estudios de casos también han provisto algunos datos que indicarían como los temas generativos aumentan en la adultez. En FRANZ (1995) hallamos un sistemático análisis de contenido que evalúa temas de identidad, intimidad y generatividad a lo largo del diario y de cartas de una escritora británica llamada Vera BRITTAIN. Tomando sus escritos realizados a los 20-21 años y otros a los 30-31 años, la autora observa que a lo largo del tiempo BRITTAIN utiliza una cantidad global menor de temas de identidad en cambio aumenta la cantidad de temas relativos a la intimidad y a la generatividad. Estos estudios nos estarían sugiriendo el incremento de la generatividad en el pasaje de la juventud a la adultez media y la conservación de las preocupaciones generativas a lo largo de toda la vida. [9]
2.2 Desarrollo cumbre de la generatividad
Las trayectorias vitales, pueden expresar fortalezas del yo o bien inhibiciones del desarrollo. A través de las expresiones de las personas se puede identificar la magnitud de la tarea generativa, el nivel de implicancia de su yo en el desarrollo y los resultados obtenidos a lo largo de la vida. Como se mencionó inicialmente, existen tareas prototípicamente generativas como la maternidad y la paternidad. Sin embargo el sólo hecho de tener hijos o trabajar en profesiones fuertemente vinculadas a la generatividad, como lo docencia, poco nos dice de la intensidad de los deseos, el compromiso con la tarea y las gratificaciones o frustraciones que el desarrollo de éstas proveen. [10]
Entre la generatividad y el estancamiento como polos del desarrollo, existen expresiones intermedias, ordinarias y extraordinarias. El desarrollo cumbre se refiere a la expresión y desarrollo de conductas generativas, que superan las expresiones comunes y denotan a través de su narración, un sentido de integridad y madurez excepcional. En este sentido, la condición excepcional, implicaría un alto compromiso en las tareas generativas, un convencimiento o especial interés en cuidar a las siguientes generaciones y un equilibrio entre las tareas de cuidado personal y de los otros. Además el desarrollo cumbre de la generatividad implicaría que los logros de esta tarea evolutiva, son una fuente de sostén para el yo y un eje central del bienestar psicológico. [11]
La generatividad en su expresión cumbre sería un resultante de la combinación exitosa de deseos generativos con estrategias cognitivas que permitan alcanzar los logros deseados. Así mismo, tanto la respuesta a las demandas culturales generativas como el anhelo de su realización debieran, para alcanzar tal cumbre del desarrollo, ser explícitas y concientes y articuladas con una ideología que sustente tales acciones. Es decir, en las expresiones cumbres de la generatividad están presentes los deseos vinculados a creencias y a estrategias que permitan alcanzar estas metas y tal articulación denota un modo particular de desarrollo de su self, a la vez que dispone las formas de desarrollar las tareas generativas. En este sentido el aspecto cumbre de la generatividad implica cierto ajuste y balance entre componentes cognitivos tales como: aspectos del auto concepto, capacidad de simbolización y de insigth, en combinación con factores emocionales y disposicionales hacia la generatividad como la empatía, la percepción del dolor y sufrimiento en el otro y la atención sobre los pedidos de ayuda y cuidado de los semejantes. Así mismo, las tareas y logros de este período de la adultez no serían temas marginales de la narrativa vital sino aspectos centrales y nodales de la construcción de sentido. [12]
El estudio de la generatividad, desde sus orígenes, implicó el estudio de casos particulares. A partir del conocimiento específico de la narrativa generativa de personas cuyo desarrollo es excepcional, pueden identificarse los temas centrales que hacen al desarrollo de la subjetividad, hechos críticos del desarrollo que contribuyeron a su expresión extraordinaria y la búsqueda de sentido de éstos hechos en función de su desarrollo e identidad (KOTRE 1984, 1999; KOTRE & KOTRE 1998). El caso emblemático de este tipo de estudio fue el desarrollado por Erik ERIKSON, al profundizar sobre la biografía del Mahatma GANDHI (STEWART & VANDEWATER 1998). [13]
La definición del modelo heurístico de la generatividad expuesto por McADAMS, et al. (1998) permite identificar aspectos cumbres del desarrollo tanto a través de los actos generativos como de la narrativa vital. La narrativa vital, bajo este marco teórico, incluiría contenidos vinculados a los deseos generativos, a la respuesta a las demandas culturales, a la realización en términos gratificantes de los actos generativos y especialmente al compromiso y a cierta creencia generativa centrada en "la bondad de la especie" (ERIKSON 1971) que se reflejará en cierto convencimiento ideológico sobre la importancia que representa la contribución personal al desarrollo de otras generaciones. [14]
En relación a la búsqueda y comprensión de aspectos teóricos del desarrollo que contribuyeron a estas expresiones extraordinarias de la generatividad, aparecerían en las narrativas vitales expresiones vinculadas a logros y a la consolidación de fortalezas del yo anteriores a la generatividad, tales como expresiones vinculadas a la confianza básica, a la voluntad, a la laboriosidad, el logro de identidad y el establecimiento de lazos consolidados de intimidad. [15]
2.3 Las narraciones generativas como formas de conocimiento de la madurez en la adultez
Las narraciones vitales son expresiones que permiten historizar los hechos vividos, asignarles sentido a tales hechos, a sus interrelaciones y al impacto que éstos han tenido sobre la identidad y el desarrollo de la persona. Aquello que las personas dicen sobre sí mismos, estructura, identifica y predica el significado de sus vidas. Además la narración vital condiciona fuertemente su disposición hacia los eventos futuros, en la medida en que este convencimiento sobre la identidad y significado de vida es un recurso para afrontar diferentes desafíos y vicisitudes vitales. [16]
La narración generativa se refiere al modo característico en el cual la persona realiza un significado narrado de los esfuerzos generativos que ha realizado a lo largo de su vida y de los proyectos futuros. Si bien los adultos muestran considerables diferencias individuales con respecto a la narración generativa, es decir, no todos van a manifestar de igual modo la generatividad en sus historias de vida, sí se han hallado ciertos patrones que se repiten en las historias vitales de los sujetos muy generativos. [17]
Por lo general estas personas recuerdan lo que se podría denominar una "infancia afortunada" en tanto que ellos tenían algún don, o eran el preferido o más significativo para los otros (McADAMS, DIAMOND, De St. AUBIN & MANSFIELD 1997). Contrariamente, en los casos en los que el desarrollo infantil estuvo signado por eventos desafortunados, los adultos generativos evidenciaron en sus narraciones una meta vital central: "frenar los daños", es decir interrumpir la secuencia intergeneracional de abuso o desdicha (KOTRE & KOTRE 1998). [18]
Las personas generativas reportaban haber sido sensibles al dolor o el sufrimiento de otros desde temprana edad. En la narración se suele hallar el contraste entre la bendición propia y el sufrimiento de los otros (McADAMS et al. 1997). [19]
Durante la etapa de la adolescencia y adultez joven relatan haber sido guiados por lo que se podría denominar moral inamovible, una fuerte y articulada ideología que sobrevive a cuestionamientos y dudas y mantiene ciertos valores y creencias básicas. [20]
Las personas altamente generativas tienden a contar sus historias de vida con lo que se identifica como "secuencias de redención", en donde una escena o evento malo o negativo da origen, posibilita una salida positiva, la cual redime al evento malo inicial. Además del cambio del valor afectivo del evento desafortunado, como resultado de la secuencia de redención se evidencia un aprendizaje, alguna reflexión o componente cognitivo. Este insigth sería un punto de encuentro entre componentes emocionales y afectivos con aspectos intelectivos. [21]
Los adultos inclinados hacia la generatividad tienden a ver sus propias vidas en términos de redención. Las cosas negativas ocurren, el sufrimiento es inevitable, pero cosas buenas a veces también resultan, si se mantiene viva la creencia y la esperanza. [22]
Por último, con respecto al futuro, los adultos muy generativos articulan numerosos objetivos prosociales, que benefician a la sociedad en sentido amplio conjuntamente con metas que apuntan al desarrollo personal. [23]
Siguiendo a McADAMS et al. (1998) se podría decir que los adultos muy generativos en general transmiten lo que se ha llamado una "historia comprometida" en la cual el protagonista en forma temprana ha tenido una "bendición" que contrasta con el sufrimiento de otros. Experimentan el mundo como un lugar en el que las personas necesitan del cuidado de otros; se comprometen a vivir en base a un conjunto de valores y creencias fuertes que continúan y guían su conducta a lo largo del ciclo vital (moral inamovible). Los malos eventos que atraviesan su vida se transforman en buenos, por esfuerzo personal o externo. Cuando ocurren cosas buenas, raramente las transforman en algo malo, lo que refleja la ausencia de secuencias de contaminación. Miran al futuro con un amplio y expandido radio de cuidado, se ponen objetivos de ayudar a otros, especialmente a la generación siguiente, y contribuyen al progresivo desarrollo de la sociedad como un todo y a sus instituciones. [24]
En el presente trabajo a través del análisis de entrevistas y el contenido manifiesto presente en los textos se buscará:
determinar la presencia de contenidos generativos en las narrativas a lo largo del ciclo vital;
identificar en las narraciones vitales hechos, deseos, o momentos generativos que estén fuertemente ligados a la expansión del YO de las personas;
establecer la continuidad narrativa de las preocupaciones y acciones vinculadas a la generatividad. [25]
3.1 La entrevista de historia vital
La entrevista utilizada en este trabajo está centrada en la narración vital (McADAMS & BOWMAN 2001). Se estructura en función de ocho apartados generales:
narrativa vital cronológica en forma de capítulos;
determinación de eventos críticos de especial significación vital: positivo, negativo y un evento que marque un punto de giro en la comprensión vital. Y hechos significativos evolutivos: infancia, niñez, adolescencia y adultez;
principal desafío vital;
influencias positivas y negativas sobre el desarrollo;
historias y narraciones recordadas;
futuros alternativos (positivo y negativo) de las historias personales;
ideología personal y creencias respecto al futuro de la humanidad;
tema vital central de la historia. [26]
Este dispositivo permite apreciar y comparar aspectos emergentes del discurso que se vinculen a la generatividad, su génesis, desarrollo y logros. La estructura narrativa, además de facilitar la estructuración simbólica de las representaciones permite, a través del análisis del discurso, establecer los temas vitales centrales y su relación con la generatividad – en este caso –, la predicación que los sujetos realizan de los eventos, sus creencias atribucionales y las secuencias de significación. En esta entrevista, se invita a las personas a focalizarse en aspectos centrales (capítulos, eventos vitales, escenas de diferentes períodos del desarrollo, influencias, etcétera) lo que resulta de un trabajo psíquico de revisión vital y reminiscencia. Estos contenidos, son los representantes psíquicos de la historia personal recordada y se encuentran integrados al yo, por lo cual afloran en la secuencia narrativa. Cabe aclarar que el análisis realizado se centra en estos contenidos manifiestos en tanto son emergentes del autoconcepto y la identidad de las personas. [27]
3.2 Mujeres mayores con desempeño generativo cumbre
Quienes formaron parte de este estudio son 15 mujeres mayores de cincuenta y cinco años. Estas mujeres trabajan todas como voluntarias en una organización civil, centrada en la promoción del bienestar psicológico y social de las personas mayores (CEPRAM Centro de Promoción del Adulto Mayor). Se realizó un muestreo intencional, en el cual tres jueces, psicólogos de la institución que tenían un conocimiento de las personas de por lo menos tres años, escogieron a las personas por sus características generativas. Se seleccionaron personas que a lo largo de su vida se dedicaron a profesiones vinculadas a la generatividad: docencia y cuidados de la salud. Además realizaron actos que denotaban un fuerte compromiso generativo: fundación de organizaciones, adopción de hijos, coordinación de instituciones, actuaciones como mentoras y continuidad de estas tareas en la vejez. En todos los casos se contó con el consentimiento voluntario, aclarándose la importancia de la narración a los fines de determinar aspectos centrales del desarrollo adulto y su continuidad a lo largo de la vejez. [28]
El material de las entrevistas fue grabado y transcripto para su posterior análisis. La duración promedio de las mismas fue de 120 minutos. Se realizó un análisis temático, en el cual la unidad de registro, fueron las expresiones verbales completas que expresaban una idea, acto, o deseo generativo. Las unidades de contexto permitieron identificar y clasificar las expresiones e incluirlas en las diferentes dimensiones significativas para el análisis del discurso de las entrevistadas. En este trabajo se centró la atención en identificar expresiones que evidenciaron una clara presencia de intereses generativos, acciones y su continuidad en la vejez. Estas expresiones son un reflejo de la combinación de aspectos motivacionales (deseos o demandas) y son hechos que las personas vinculan fuertemente a su identidad. En todos los casos los contenidos analizados de tales narraciones, reflejan expresiones vinculadas a la generatividad. [29]
Si bien las personas seleccionadas para ser entrevistadas han tenido a lo largo de la vida acciones que visiblemente podemos vincular a la generatividad, nuestro interés se centra en determinar si dichos esfuerzos generativos se integran en la narrativa vital y de qué manera lo hacen. [30]
Las entrevistas se caracterizan porque transmiten efectivamente una "trayectoria de vida dedicada a tareas generativas". Esa sería la caracterización más global, pero en forma más específica hemos hallado y describiremos las siguientes categorías:
inicio: Involucramiento temprano con los otros;
expansión: Vida adulta especialmente productiva;
consolidación: Logros cumbre generativos;
continuidad: Continuidad generativa. [31]
4. Trayectorias de vida dedicadas a tareas generativas
4.1 Involucramiento temprano con los otros
En relación a la narrativa generativa, algunas de las entrevistas registran lo que hemos denominado un "involucramiento temprano con los otros"; sin estar estos recuerdos presentes en todas las narraciones destacamos aquellos en los que la preocupación por el cuidado de otras personas aparece tempranamente. [32]
La señora Y. de 76 años, quien sigue trabajando en programas de alfabetización de adultos, y es voluntaria brindando cuidados paliativos y fue docente y se jubiló con un cargo directivo de una escuela dice:
"creo que he tenido una infancia en la que si yo podía ayudar y yo sentía el valor que mi padre y mi madre me daban";
"yo a veces sentía que les ayudaba y me sentía mejor, pero me gustaba y ellos me lo hacían sentir con mucho cariño";
"... no sé por qué yo agarré con el tutelaje de las cuatro hermanas";
"yo maduré de pronto, porque tenía que ser mamá de las otras chicas". [33]
La señora G. de 61 años, fue docente, escribió un libro, tiene dos hijos adultos y tuvo una activa participación política tras la dictadura militar. Ella dice:
"yo estaba del lado de las más humildes, teníamos una barrita que nos decían puente roto porque no nos podían pasar, entonces realmente yo ayudaba a todas las chicas, ya era mi forma de ser así con todo el mundo, metida en todo, cuando tenía que elegir hacer esto, o cantar en el coro, o juntar una colecta para los chicos inválidos, todo, estaba en todo, siempre fui igual, yo digo como hiperkinética, ¿no?". [34]
La señora CV. de 66 años también es y fue docente y continua trabajando voluntariamente en tareas de narración oral. Ella describe una escena infantil de la siguiente forma:
"fui grandota te digo ... o sea ... grandota, alta, siempre fui la última en la fila ... y yo era la protectora de las otras chicas... entonces cuando las otras chicas les pegaban los varones, me enfrentaba yo con los varones ... y yo como la mujer maravilla defensora de las compañeritas, eso era característico ...". [35]
La señora S. de 65 años trabajó como enfermera en servicios de pediatría y actualmente trabaja en dos voluntariados, uno de ellos centrado en la narración de cuentos infantiles y el otro vinculado al apoyo de organizaciones barriales y comedores infantiles. Ella al hablar de sus hermanos dice:
"... se casó mi hermano ... en esa época y yo seguía siendo como que asumía la maternidad de la familia ... después ... bueno, siempre he sido protectora de mis hermanos". [36]
Estos ejemplos reflejan cierta preocupación temprana por quienes son más frágiles, compañeros o hermanos. Si bien no podría decirse que son expresiones generativas, aparece un grado de empatía fraterna, en los cuales por condiciones físicas, de lugar en la familia (hermanas mayores), las personas se identifican con más fortalezas y en consecuencia, protegen, defienden y amparan, aplicando un criterio temprano de justicia y solidaridad. [37]
4.2 Etapa productiva y expansiva
Otra característica específica de esta trayectoria generativa es el relato de la adultez como una "etapa especialmente productiva y expansiva", dedicada a tareas generativas centrales tales como el cuidado de la familia y la fuerte dedicación al trabajo asociadas a expresiones de felicidad y satisfacción. Lo mencionado se trasluce en las siguientes expresiones de cuatro de nuestras entrevistadas que tomaremos a modo de ejemplo. [38]
La ya mencionada señora Y. nos cuenta de sus dos actividades centrales durante la adultez: el cuidado de sus hijas y su trabajo:
"me casé, tuve la primer hija, y allí dejé, tuve que dejar, porque tenía que atender a mi hija". [39]
El vínculo matrimonial sería de corta duración, la señora Y. evidencia suficientes recursos internos como para abordar la situación:
"tuve que empezar a trabajar de nuevo ... Ahí me dediqué a dar clases muchísimo, después me fui a San Francisco, tenía otro grado, siempre estudiando con mucho sacrificio, pero siempre dedicada a mis chicos (...) yo hice todo por mis hijas, ver la posibilidad de llenar ese vacío, todas esas cosas, que creo que lo logré (...) tomar esa determinación yo tenía que salir adelante, así que seguí con mis hijas, con el trabajo". [40]
En el relato se pueden apreciar las fortalezas yoicas (esperanza, voluntad, iniciativa, laboriosidad) que se constituyen en las primeras etapas de la vida y que se ponen al servicio en la adultez a la tarea de la expansión del self y el cuidado de los otros. Que todas estas experiencias vitales constituyen una expansión queda evidenciado en la siguiente expresión:
"yo había entrado a dar clases desde el primer año paralelamente, pero era el título de maestra, era que las hermanas (religiosas) me reconocieron con capacidad para afrontar un grado, con los padres y a mi me encantaba (...) Me ha dejado mucho bienestar, mucho goce, porque hay mucho reconocimiento ...". [41]
Con los años su trabajo será cada vez más reconocido y jerarquizado:
"era la responsable de toda la institución, en lo legal, en lo pedagógico, a nivel de los alumnos, de los padres, de los docentes, lo que son las leyes, la constitución, las normas y en lo pedagógico también, que había que manejarlo". [42]
La señora P, de 76 años, tuvo excelentes oportunidades de formación y laborales. En su vida adulta tomó una decisiva elección vital al contraer matrimonio con un señor viudo y con hijos, y optó por priorizar el cuidado y promoción de su desarrollo por sobre su propia carrera. No obstante cuando los hijos crecen ella vuelve a actividades laborales y en la actualidad participa en un programa de voluntariado. En las siguientes expresiones podemos apreciar la implicación de su self con las actividades laborales, y la satisfacción ligada a dicha expansión:
"me recibí y empecé a trabajar en salud pública, hice toda la carrera y ya me sufragaba los gastos yo, era una satisfacción muy grande (...) conseguí trabajo, tuve la gran suerte que pude conseguir trabajo, trabajé bien, dirigí una farmacia en San Luis". [43]
Preocupada por perfeccionarse en su materia dice:
"Entré a trabajar ad honorem a un laboratorio (...) como era muy pequeña la Facultad en aquel entonces, un profesor del Colegio Nacional, ex profesor mío, pide que yo pase a su cátedra de física, así que di física y bueno tenía la carrera bastante arreglada, pensando que ya voy por el camino bueno, en el laboratorio". [44]
La siguiente expresión no sólo relata un gran cambio en su vida sino también, y de gran importancia, el hecho de que se trató de un compromiso generativo asumido en forma consciente, dice:
"mi novio era viudo, tenía dos chicos, cuando yo decidí casarme mi madre casi me mata porque tenía razón, como una inútil como yo, que no se hacía de comer, podía hacerme cargo de una casa con chicos, y esas cosas, pero bueno luché contra viento y marea, dejé todo y me vine a empezar una etapa nueva, porque había dos chicos chicos, no teníamos familiares en Córdoba, ni mi esposo, ni yo, así que no había como dejar los chicos, no había guarderías, dejé de trabajar, es decir, no renuncié a mi trabajo porque era ad honorem y me fui a mi casa con los chicos". [45]
Al tratarse de un compromiso generativo escogido por la persona, la crianza de los niños no se significa como un hecho que entorpece una carrera personal sino que se trata de una opción válida para la expansión yoica. Tras la crianza de los hijos, retomará sus actividades profesionales junto a su esposo:
"empecé a trabajar con él, que era bioquímico también, hacía investigación sobre el cáncer en el laboratorio y yo le ayudaba, dábamos cátedra en el laboratorio". [46]
La señora B., de 60 años de edad. Se dedicó a la enfermería en hospitales públicos. El ámbito laboral fue un espacio para la expansión de su self, aprendió, observó duras realidades, maduró y disfrutó de su profesión:
"trabajé desde muy jovencita y después estudié enfermería cuando la profesión no era muy bien vista (...) y estudié y me recibí";
"me gusta mucho mi profesión, me parece que es la más linda que hay, no hubiera sido otra cosa (...)";
"empecé en un hospital público, donde la pobreza, la promiscuidad, y las carencias están por encima de todo, no es que yo viví en otro mundo, en otra burbuja, pero realmente no conocía eso (...) esa realidad me costó mucho aceptarla, yo sabía que si a esa madre yo no le daba una mamadera que yo le sacaba al hospital, porque eso no se lo tienen que dar, una mamadera con leche ese día el niñito no comía". [47]
Paralelamente formó su familia, no sin algunos reveses y heridas generativas:
"(...) formar una familia es como que yo me sentí más completa, y eso me vino a completar eso que me faltaba, me hizo muy bien a mi vida (...) tengo una hija de 33 años también hermoso para mi vida";
"yo tuve tres hijos, me quedé con una porque se me murieron dos, cosa que también son hechos que pesan y mucho, hoy mi hijo tendría 34 años y otro 30, y a pesar de haber pasado tanto tiempo todavía pesa, son cosas que se recuerdan, se asumen, yo digo que no se supera ni se olvida se asumen";
"la hija que tuvimos, porque nos hizo muy felices porque es una buena persona, estudiosa, se recibió era lo que queríamos ver, como todos los padres somos nosotros los que queremos que los hijos se reciban, primero que termine el secundario, que estudie, que se reciba, luego que le vaya bien, los padres siempre queremos, y bueno en eso estoy siempre quiero lo mejor para mi hija, ahora que tenga su familia". [48]
Para finalizar este punto veamos las expresiones de la ya mencionada señora CV. donde con claridad se puede apreciar la ganancia de placer que genera la expansión yoica a través de la actividad laboral generativa a la que ella se dedica:
"en el interín me nombran como maestra, pero me nombran en el campo ... (...) me nombran como maestra ... y a partir de ahí fui inmensamente feliz ... (...) dedicada con pasión a la escuela porque lo hacía con pasión, nunca he hecho las cosas yo ... he sido desmesurada, siempre he hecho las cosas con una enorme pasión ...". [49]
En la siguiente expresión también se puede apreciar la ganancia de placer en cuanto a los hijos:
"cuando nació mi hija que fue la primera y me la pusieron sobre el vientre sentí realmente como que ... se descorría un telón y me aparecía un cúmulo de amor, siempre, yo ahí es como si hubiera dicho este ... me llovió ... me floreció ... me creció ... me ... toda esa maternidad". [50]
Hemos podido observar que todas las personas entrevistadas se han caracterizado por realizar a lo largo de su vida (al menos así lo indica la historia narrada) conductas generativas. La tercera característica central de las narrativas vitales es que identifican hechos generativos en momentos vitales centrales de su desarrollo y estos contenidos generativos son los más significativos de sus vidas. [51]
A partir del análisis de las entrevistas consideramos que una de las preguntas claves para comprender el desarrollo vital de las entrevistadas es aquella en la cual se les solicita que piensen cual ha sido el momento cumbre de su historia vital (haciendo referencia al momento en el que hayan experimentado más intensamente emociones positivas tales como alegría, felicidad, paz, etc.). Dicho momento cumbre, más allá del tiempo cronológico en el cual ocurra, bien puede ser situado en el continuum que propone ERIKSON y ser considerado como característico de alguno de sus estadios. [52]
Comencemos con la señora G. cuando se le pregunta por el momento cumbre de su vida nos responde:
"El momento que yo lo recibí con más emoción, con más sentimentalismo, con más dolor, fue el nacimiento de mis hijos, digo dolor físico, con una alegría, con una ansiedad que yo los esperaba, con unas ganas, creo que esa fue una de las cosas que más me impactó, en un momento de mi vida ... en mi niñez yo te diría que tengo... en sí como fue la escena del nacimiento, primero yo te cuento, estaba en mi casa, estaba esperando el nacimiento de mi primer hijo, estaba en mi casa con mi mamá, había traído a mi hermano ... empiezo yo a tener los dolores del parto, pero terribles y fui despacito, despacito y estaba terriblemente ansiosa y nerviosa (...) y así fue, después cuando nace J.P. fue precioso, era precioso. Entonces cuando me lo sacan yo siento, como cuando tiran un poquito, a pesar de la peridural, siento que me lo sacan y el llanto, eso es una cosa que no te puedo decir, lo que significa, es algo tuyo que te sacaron de tus entrañas, y eso es una emoción y un alivio porque allí ya no tienes más dolores, pero ese dolor lindo que a uno le emociona. Y me sentí muy bien, feliz, me emocionó, ya te digo era toda una mezcla de dolor de emoción, de gratitud de haber tenido un chiquito sano. En esa situación pensaba, por favor que me saquen ese chiquito porque no daba más de dolor, y después cuando nace, de alivio de dulzura. Después lo ponen donde lo ponen a todos los niñitos en la cuna y yo pensé, yo me tengo que dedicar a ese hijo y así fue, tal vez una madre hincha pelotas, pero yo soy así, pero absolutamente dedicada a ellos, pensando en ellos, no se si hago bien o mal, pero yo lo siento así. Uno hace lo que siente, por eso me cuesta decir que no, a ellos y a todos, pero era una sensación tan linda, tan linda realmente que no te lo puedo explicar". [53]
Cuando se les solicita "un" hecho cumbre, las personas generativas tienden a agrupar sus diversos esfuerzos generativos en dicho recuerdo. El nacimiento de los hijos y de un nieto constituye también el momento cumbre en el caso de la entrevistada señora. AA., quien fue maestra jardinera y en la actualidad se desempeña como voluntaria en tareas solidarias.
"El más positivo fue el haber tenido a mis hijos, porque yo los deseé mucho a mis hijos. Fueron muy deseados ... los dos nacimientos los viví plenamente, fueron muy impactantes, muy notables, en el medio perdí un bebé, entonces la segunda fue como más deseada, porque tuve seis años para lograr este segundo hijo (...) El nacimiento de mi nieto, el haber estado muy grave por una mala praxis, y abrir mis ojos y encontrar a todas mis amigas ahí, apoyando". [54]
En la entrevista con la señora S. surge nuevamente como hecho cumbre el momento del nacimiento de la siguiente generación. Pero además se evidencia que dicho recuerdo guarda relación con la propia historia generativa (la relación con los propios padres, específicamente la madre) y la elección de la carrera profesional (enfermería, trabajo con niños):
"otra escena de la cual ... eh... me emocionó profundamente fue cuando digamos la ... la tuve a mi hija digamos ... la escena cuando vos tenés tu hijo en los brazos por primera vez eso fue otra emoción que ... ese momento, esa situación es un momento como que vos no podés creer que sea tuya, que eso lo has tenido durante tanto tiempo y que al fin lo encuentras y ... de ternura ... no es cierto, una cuestión de ternura, y que esa sensación de ternura cada vez que yo alzo un bebé chiquitito es como que te vuelve; ¿no es cierto? como tener a alguien una desprotección tan grande y que vos sos de alguna manera responsable ... vos sabés, en el trabajo debíamos alzar a los bebés chiquititos, el perfume ...". [55]
En los dos casos siguientes es muy interesante observar que el punto cumbre, si bien está ligado a los hijos, no se trata del momento de su nacimiento. En cierta medida se trata del momento del logro de su autonomía. En este punto recordamos a Françoise DOLTO (2004) que sostiene que, respecto a los hijos, los padres no tienen más que responsabilidades y ningún derecho; la responsabilidad es la de cumplir un rol tutelar que promueva la autonomía de los hijos, autonomía que en definitiva los haga a ellos como padres prescindibles, que sus angustias no impidan a los hijos la elaboración de proyectos vitales propios. La repetida frase "tus hijos no son tus hijos, son hijos de la vida" guarda relación con esta característica de la generatividad; no se trata sólo de traer hijos al mundo, se trata también de dejarlos partir. La generatividad genuina siempre promueve el desarrollo del otro, se gratifica con su crecimiento que es crecimiento propio. [56]
La señora B. de 77 años fue docente, directora de una escuela de educación básica y continua trabajando en el servicio a los otros a través del servicio del voluntariado. Veamos el punto cumbre de esta narración:
"la verdad es que no sé qué decir, creería que cuando se recibió mi hijo, porque es como que nosotros terminábamos con nuestra obligación como padres. A partir de allí con su profesión ya era la vida de ellos, cuando mi hijo se recibió, me acuerdo la escena clarita, estaba su hermana que vivía en otra casa, nuestros amigos y esperando que A. se reciba, como le fue a él y a sus amigos y a su vez, nosotros teníamos una fiesta grande, no recuerdo de qué, y no podíamos dejar de ir, así que nosotros estuvimos y después nos fuimos. Pero quedaron todos los recuerdos, las fotos, los amigos fumando el clásico habano, el abrazo de los hermanos, pero bueno nosotros nos tuvimos que ir. Fue importante porque para nosotros era como la frutillita del postre de nuestra obligación como padres. Qué les pasaría luego en su carrera, ya era responsabilidad de ellos, nosotros ya habíamos cumplido con nuestra responsabilidad como padres. Ese fue un momento interno mío y creo que de mi marido también, porque él no había podido terminar su carrera y se sentía muy compenetrado con la carrera de nuestros hijos". [57]
Ahora transcribimos el momento cumbre en la historia vital de la señora L., de 66 años de edad quien dedicó toda su vida a la docencia, trabajando con niños y adolescentes:
"Cuando vas madurando yo te diría que alrededor de los 45 años, donde vos has dejado de lado un montón de temores atrás, cuando te has dado cuenta que sos capaz de, a través de muchas cosas, entonces hay momentos así en que te das cuenta de que tenés condiciones, la armazón interior para hacerle frente a la vida. Un hecho específico quizás haya sido cuando recibieron los diplomas mis hijos, mi hija mayor mujer, es sentir en ese momento que todo lo que yo hice algún fruto dio, vos revisas tu vida, las inquietudes que tuviste lo largo de tu vida, entonces pensás que a pesar de lo duro que fue el camino, llegaste, llegaron tus hijos, sobre todo las realizaciones de los hijos son cosas que a uno lo gratifican, entonces pensás que no trabajaste en vano ...". [58]
La señora M. enviudó joven, sin hijos; sin embargo podemos observar como la generatividad encuentra sus vericuetos para expresarse, se desplaza, se sublima; cuando es parte del torrente vital de un ser humano, encuentra sus cauces:
"el momento cumbre fue el nacimiento de mi sobrina nieta ... porque presencié un parto y nació un ser que quise mucho, ese sería el momento cumbre ... veía la vida, veía que llegaba una vida, ¿no?, fue, fue una luz, yo sentía ahí algo tan placentero, tan placentero, a pesar de que llegaba en una circunstancia que era poco normal, ¿no?, no era lo más feliz porque ella era chica soltera y no tenía comprensión tampoco de otras mujeres ... pero fue, fue ver nacer una criatura a la cual amé tanto ... esto me hizo madurar ... mirá, acordate que al no ser madre esto me dio la oportunidad de criar a un niño, a una niña que amé muchísimo (...) y me hizo madurar, me hizo madurar porque de pronto una experiencia, aunque no era la madre ni pretendía que ella me dijera mamá, ni me viera como mamá, yo me sentí mamá de ella, entonces como que hubiera ejercido la maternidad con la nena, entendés ...". [59]
En la entrevista con la señora P. el episodio cumbre la conecta con una generación más allá. Cuando ella mira hacia atrás y tiene que encontrar el momento cumbre de su vida nos contesta:
"¿Un momento importante de mi vida? porque mi vida ha tenido momentos importantes, supongo que la vida de todos. Cuando nació mi tercer nieto, nació prematuro, sietemesino y yo estaba con mi hija en el sanatorio, porque fue un parto bárbaro, normal, y lo trajeron al bebé en incubadora para llevárselo a neonatología, era muy chiquito, un kilo setecientos con eso te digo todo y yo le puse el dedo en la carita y me tomó la mano y no me la soltó y nunca más me la soltó en veinticinco años, somos muy unidos. Tengo también un recuerdo cuando nació mi primer nieta ... el nacimiento de los nietos fue muy lindo para mi ...". [60]
El momento cumbre de la señora P. no sólo es estrictamente generativo, también nos hace pensar en el concepto de narcisismo secundario; si los hijos constituyen un trasvasamiento narcisista primario (los amamos como nos amamos a nosotros mismos, como a una prolongación de nosotros), los nietos constituyen un trasvasamiento secundario. Se trata de la inmortalidad simbólica a la que hace referencia KOTRE (1999): nuestra muerte es el fin de un ciclo vital individual, pero no es el fin de un ciclo más amplio del que hemos sido parte. [61]
Cuándo ERIKSON (1971) dice que la generatividad constituye el vínculo intergeneracional hace referencia al hecho de que son los adultos generativos los que pueden cultivar las virtudes que postula para el desarrollo en las siguientes generaciones; nos habla de la confianza básica como la fortaleza primera que se constituye en el ser humano y que será fundamental para el desarrollo. Estas definiciones que parecen teóricas y abstractas no se alejan para nada del insight que las personas maduras realizan respecto de los roles parentales. La señora A.S. además de sus dos hijos, se ha dedicado a lo largo de su vida a receptar y criar temporalmente más de 20 niños (bebés en general) como familia sustituta, teniendo a los pequeños en guarda hasta la sustanciación de la adopción definitiva. Ella recuerda como un momento cumbre de su vida, un recuerdo temprano que lo vincula directamente a su función parental:
"Estábamos en la cocina en mi casa paterna, una sensación como de tibieza en la que mi madre estaba cocinando y mi papá se estaba lustrando los zapatos, yo estaba leyendo un libro que ellos me habían regalado, era un libro que se usaba en el colegio para aprender las primeras letras y entonces yo fui corriendo, mi papá tenía apoyado el pie en el cajón para lustrarse los zapatos, entonces yo le dije que había algo allí que yo no sabía ... yo entré un año antes al colegio, entonces como a mí me gustaba mucho leer la maestra le dijo a mis padres que yo no iba a tener problemas, entonces yo le digo a mi papá y el deja el cajón de lado; entonces él se sienta con las piernas abiertas y yo me acomodaba en ese hueco con las manos en la mesa y es como un cobijamiento y la veo a mi mamá que deja la cocina de lado y me miraba y yo en ese momento me sentí abrigada, protegida y eso yo lo sentí en muchos momentos de la vida, por eso me encanta abrazar a mis hijos y a los chicos que voy teniendo transitoriamente, porque es llenarlos de esa seguridad, es como que eso de que los padres te estén atendiendo y abrazando te da esa fortaleza que después te va a servir en todas las etapas de la vida, o por un montón de problemas de la vida o no, porque también cuando son momentos lindos estas sintiendo como un abrazo más fuerte y eso me encanta, eso de los abrazos ...". [62]
Y si bien este recuerdo uno podría ubicarlo cronológicamente en la niñez de la entrevistada, en realidad se trata de un recuerdo que lógicamente guarda relación con el tema de la generatividad; como postula ERIKSON (1971), una infancia en la cual se ha recibido sienta las bases para posteriormente ser un dador. [63]
La última característica que mencionaremos respecto a la trayectoria vital generativa es lo que hemos denominado "continuidad generativa". Las entrevistadas son personas mayores y sin embargo en los años de la vejez muestran aún importantes niveles de compromiso y actividades concretas que las vinculan con la promoción de las generaciones más jóvenes y el cuidado de los otros, ya sea en el ámbito familiar como en el más amplio de la comunidad. [64]
Ejemplos de esta continuidad generativa en la vejez la hallamos en las expresiones de nuestras entrevistadas. La señora Y. nos relata las actividades que hace en la actualidad y que anhela seguir realizando:
"Hacer lo que hago con responsabilidad, tanto en el servicio de atención telefónica a personas en crisis, como en el apoyo escolar a chicos, y en la 'Casa de la bondad' (voluntariado), tratar de cumplir y de ser útil cada día que voy y todo el tiempo que estoy con ellos, y nunca dar un mal ejemplo (...) en el voluntariado de acompañamiento telefónico estoy desde que empezó hace tres años, y me convocaron y realmente me encanta. Es muy lindo, me gusta hacerlo y me siento muy bien (...) hago el otro voluntariado, el de la 'Casa de la bondad', una casa que han acondicionado para enfermos terminales únicamente (...) va gente que no tiene, que es muy pobre o gente de afuera que no tiene con quien estar, entonces el hecho de poder darles una cucharada de comida en su boquita o tocarla, hacerle una caricia, o friccionarles donde les duele, es más el bien que uno siente por ellos, que a lo mejor lo que les da, es muy lindo ... ";
"... seguir apoyando a mis hijas, a mis nietas ...". [65]
La señora P. nos expresa su actual experiencia en el voluntariado que evidencia su compromiso y continuidad con la preocupación por el bienestar de los otros:
"estoy como voluntaria de un servicio de atención telefónica para adultos mayores y eso me ha permitido, no solamente significa dar algo mío a alguien que pueda necesitarlo, sino que me ha enriquecido en un montón de cosas que han sido importantes para mi";
"me conforta el poder hacer algo por alguien que lo necesite, no sé como podría decirte, me encantaría poder ayudar más de lo que ayudo a la gente". [66]
La señora D., de 64 años, se dedicó a la vida religiosa y dentro de las instituciones en las que se desempeñó ejerció la docencia. En la actualidad su compromiso generativo se evidencia en las actividades de voluntariado que realiza y sus preocupaciones generativas cristalizan en sus creencias:
"soy voluntaria del ATM, que es atención telefónica a adultos en crisis, cuando yo me anoté para ser voluntaria, sabía que iba a recibir más de lo que iba a dar yo y así fue (...) el amor al prójimo, para mí es la energía más pura, que tenemos que brindar todo el día, las veinticuatro horas y cuando vos te salís de esa energía pura, yo creo que hay que pensar qué se puede hacer (...) hay que devolver lo que me ha dado la vida en parte a gente que lo necesita". [67]
La señora M., de 60 años de edad, es madre de dos hijos y abuela de varios nietos, se dedicó desde joven a la docencia y tuvo una destacada carrera profesional que combinó con el cuidado de la familia, cuidado que realizó en soledad tras el fallecimiento de su esposo. En la actualidad realiza tareas en el voluntariado y evidencia su compromiso generativo al comentar sus anhelos:
"en relación a los otros es ayudar, a todos lo que necesiten ayuda y poder ayudar económicamente a mis hijos y ayudar a gente de mi edad que están sufriendo privaciones, y me parece injusto que hasta esta altura de la vida tengan que sufrir, yo no tengo problemas económicos tampoco soy rica pero tengo mi jubilación y me doy vuelta y me alcanza; esa gente que sufre, que necesita ir al médico y no puede, poder ayudarlas, sí sería lo ideal para mí". [68]
La ya mencionada señora G. en la siguiente expresión no sólo nos resume las actividades generativas a las que dedicó su vida sino que también relata las actividades en las que continúa y los motivos para dicha continuidad:
"trabajé mucho, incluso hice un libro con una compañera, cumplí con todo, plante un árbol, cumplí con todas las cosas y bueno dije que yo ya me quiero ir de la docencia y me jubilé en la provincia, pero me quedó una horas y me quedé para ayudar a los chicos, hasta que se recibieran". [69]
Su compromiso generativo se evidencia también en el voluntariado en el que participa y en las creencias que expresa:
"en esta vida hay que ser absolutamente solidarios, que tenemos que, si podemos ayudar, ayudar. Si podemos ayudar en todo sentido (...) en el voluntariado siento que en muy poquito porque uno no es profesional, uno está ayudando mucho, está ayudando mucho a la gente que necesita una contención (...) tratar de ayudar y que la gente se sienta bien, así como yo me siento bien, quiero que también la gente se sienta bien y los que me rodean más todavía y a los que quiero ni te cuento, quiero que se sientan bien". [70]
En relación a las narraciones vitales de personas mayores con un desarrollo cumbre de la generatividad, aparece como sustantivo que, a pesar de no encontrarse en una edad prototípicamente generativa (mediana edad), los contenidos ligados a la generatividad están integrados en la narración. Estos hechos generativos son ejes que organizan la narración y su significado es trascendente para la satisfacción vital y el sentido de coherencia, integridad y continuidad del self. La "necesidad de ser necesitado" es en todos los casos una expresión de una necesidad psíquica que estructura el desarrollo evolutivo. El ejercicio de acciones generativas a lo largo de la vida, además de ser una respuesta a esta necesidad recíproca, se constituye en una permanente expansión y crecimiento del yo. En tal sentido si las motivaciones generativas son estructurantes, la expresión de esta estructura se presenta a lo largo de todo el recorrido vital, permaneciendo en el tiempo y además muestra diferentes matices según las distintas etapas de la vida. El inicio de la generatividad en la niñez se evidencia en preocupaciones germinales por los otros y acciones tempranas que se consolidarán en una adultez expansiva y productiva, continuando en la vejez. [71]
En este sentido las motivaciones generativas, tanto comunales como aquellas que sirven al desarrollo del self (agencia), estructuran el psiquismo estableciendo una pauta estable de desarrollo. En las personas entrevistadas, todas con un desempeño excepcional de la generatividad, se pueden identificar estos cuatro períodos de expansión del yo, asociados a una transformación de la respuesta a la necesidad de ser necesitado. Existen evidencias germinales y muy tempranas de la generatividad, tales como la empatía, la sed de justicia y una inclinación solidaria: el inicio. Además se confirma un período de ejercicio generativo constante, tanto en el ámbito familiar como en el profesional (productividad y expansión). Finalmente aparece una continuidad generativa al servicio del yo, en la medida en que los logros de la adultez son una fuente de gratificación personal. Así, los logros generativos representan componentes que explican parte de la satisfacción vital y le dan sentido a la vida: una trayectoria fructífera y que tiene su prolongación en la vida de los descendientes. [72]
Los resultados del análisis de estas trayectorias vitales cumbres, en el sentido generativo, muestran que la generatividad adulta y su continuidad en la vejez llevan implícito y tempranamente la percepción de los otros como sujetos que necesitan ser ayudados, conjuntamente con ciertas fortalezas del yo que les dieron la aptitud para responder a estas demandas. Esta eficacia yoica, sumado al sentido de reciprocidad son indicios confirmatorios tempranos que, como promesas, posibilitarán en la adultez una amplia expansión del yo y una trayectoria productiva. [73]
El origen de esta preocupación generativa, podría centrarse en la paradoja del descubrimiento de la fortaleza frente a la debilidad. Este descubrimiento de la debilidad o fragilidad en los otros, contrasta con la percepción de fortaleza personal. Esta percepción empática temprana se internalizaría en el desarrollo del self y posibilitaría complementarse con los otros en relaciones asimétricas de cuidado o solidaridad. Esta percepción conjunta de necesidad y fortaleza, de fragilidad y capacidad de cuidado, subyace en lo que autores como McADAMS (en McADAMS et al. 1997, McADAMS & BOWMAN 2001) y KOTRE (en KOTRE & KOTRE 1998) refieren al inicio de la generatividad tanto en narraciones que evidencian una infancia afortunada o bien aquellas que reflejan la necesidad de frenar los daños tempranos en beneficio de las próximas generaciones. Creemos que esta sensibilidad frente a la fragilidad y en contrapartida cierta fortaleza para contenerla, podría explicar el porqué dos orígenes aparentemente contradictorios (infancias afortunadas o desafortunadas) pueden ser igualmente fuentes de un desarrollo generativo adulto. Quizás la clave no esté solo en la grado de bienestar o placer infantil recordado sino en la capacidad de poder percibir la necesidad, que ésta motorice acciones de cuidado o reparatorias y dar una respuesta eficaz. [74]
En todos los casos y en función de las narrativas vitales, han primado en el desarrollo las tendencias simpáticas ante las antipáticas, en este sentido en la adultez ha primado la generatividad versus el estancamiento, reflejándose esta tendencia en expresiones de productividad y cuidados de otros más vulnerables (hijos, alumnos, pacientes o niños). En las narraciones analizadas, se evidencian historias comprometidas con las siguientes generaciones y con temas políticos y ciudadanos. A su vez, las narraciones tienen presente e integrada una mirada retrospectiva a la adultez que evidencian el involucramiento del self y su expansión tanto en tareas generativas familiares como profesionales. El cuidado de los otros, no se restringe a convencionalismos vinculados al cuidado de los hijos propios, sino que la realización personal se refleja en tareas de cuidado, docencia y trabajo, en el que se incluyen otros miembros de la sociedad. Además, en las narraciones se evidencia un reporte satisfactorio respecto al cumplimiento de estas tareas de la vida adulta. No aparecen en ningún caso expresiones de queja o desdén. El cumplimiento de estas "obligaciones de la adultez" se visualizan como tareas propias del desarrollo, para la cuales las personas estuvieron aptas y maduras. Estas tareas fructíferas se caracterizan como placenteras y oportunidades de continuar con el crecimiento personal. Expresiones vinculadas a la completud del yo, a la felicidad personal son evidencias que aquella percepción temprana de la necesidad de los otros se pone en acto en la adultez. Tanto la productividad como la expansión del yo, son frutos, expresiones de la madurez que adquieren su realización a partir de la potencia germinal infantil. En este sentido la estructura generativa cumple su función en la realización de cuidados transgeneracionales. [75]
Tal como lo propone ERIKSON (1971), el desarrollo de todos los estadios previos a la adultez tiene por finalidad llegar a la misma, conformar un sujeto con los atributos necesarios e indispensables para el cuidado y guía de la siguiente generación. En este punto queremos recuperar palabras de Françoise DOLTO que consideramos pertinentes al pensar el rol de la generatividad en el desarrollo:
"El deseo que habita el organismo de un espécimen humano en estado de infancia es alcanzar, por su crecimiento, la madurez. El objetivo, si todo va bien, es procrear a fin de que su muerte deje algo vivo. Esta es la ley universal de los individuos de las especies vivientes" (2004, p.173). [76]
Como podemos ver la proposición de DOLTO no se aleja de la propuesta de ERIKSON. Cuando DOLTO hace referencia al "si todo va bien ..." no es ni más ni menos que los estadios que minuciosamente ha desarrollado ERIKSON (las seis crisis epigenéticas previas al arribo a la madurez). Y si todo va bien, la adultez se transforma en una etapa creativa y productiva, al servicio del desarrollo propio y a su vez al servicio del desarrollo de las próximas generaciones. Cabe preguntarse cuáles son las disrupciones del desarrollo, o los impedimentos vitales, que hacen que no maduren componentes generativos en la adultez, dado que esta etapa es el estadio que permite la vinculación generacional y la expresión máxima de productividad. Algunas respuestas a esta inquietud pueden darse a partir del análisis de narraciones de personas cuyas narraciones no presentan contenidos generativos. [77]
Finalmente, si la generatividad estuviera sólo al servicio de la función reproductiva o de la organización familiar en formas más convencionales, en tanto se crea una estructura social que permita educar y guiar a las otras generaciones, las preocupaciones generativas debieran ceder en la vejez, frente a la inminencia de otras vicisitudes vitales como los cambios físicos, cognitivos o de roles sociales. Contrariamente, si la generatividad tiene relevancia como constructo estructurante del psiquismo y representante de la continuidad se evidenciaría que expresiones de compromisos y logros generativos permanecen aún en la vejez. Así se evidenció en las narraciones de las personas mayores con un desarrollo cumbre. [78]
En el caso de nuestras entrevistadas, al volver la vista atrás se reconocen como mujeres mayores que han dado origen a ideas, cuidado a personas. Además, de la importancia de su historia vital para la resignificación de su presente, se sienten aptas y capaces de continuar ejerciendo la generatividad en roles sociales extrafamiliares. Saben que a través del ejercicio del voluntariado se sostiene un espacio que mantiene esta estructura vital centrada en la ayuda, la reciprocidad del cuidado y el aprendizaje. La continuidad de las tareas generativas en el entorno familiar incluye a hijos y nietos, sin embargo estas acciones se complementan con otras tareas sociales y comunitarias. Contrariamente a lo que pudiera esperarse, la necesidad de ser necesitadas no ha declinado, sino que ha adquirido otro sentido y la expansión del yo se sostiene involucrando a otras personas más lejanas. Así, a las funciones generativas familiares se le han sumado otras de corte menos convencional y más vinculadas a elecciones personales. [79]
La percepción de la complementariedad entre necesidad y ayuda, entre fragilidad y cuidado, que se descubrió tempranamente, en la vejez es una certeza que compromete a las personas más generativas. En la vejez la continuidad de la generatividad ya no es sólo acto de aquello que en la niñez estaba en potencia. En esta etapa de la vida, para las personas con un desarrollo cumbre la generatividad tiene un sentido restitutivo, de reciprocidad y gratitud. "Hay que devolver lo que me ha dado la vida a gente que lo necesita". En este período vital las personas muy generativas tienen integrado en sus narraciones que el bienestar es personal y social; la fortuna y las fortalezas son regalos que deben compartirse.
"Tratar de ayudar y que la gente se sienta bien, así como yo me siento bien, quiero que también la gente se sienta bien y los que me rodean más todavía y a los que quiero ni te cuento, quiero que se sientan bien". [80]
Así, en las personas mayores que tuvieron una temprana y clara percepción de la necesidad de los otros, un ejercicio productivo y fructífero de su capacidad generativa en la adultez media, en la vejez la expansión del yo se refleja en la aceptación del ciclo vital tal cual ha sido, un ciclo vital que encuentra sentido en tanto que se ha convertido en un eslabón dentro del ciclo más amplio de la "Vida" con mayúscula. [81]
Agradecemos a la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Córdoba por el aval y subsidio recibido para la realización de esta investigación. Agradecemos también al Centro de Promoción del Adulto Mayor (CEPRAM) por permitir la realización de la investigación y a sus voluntarias por facilitarnos su tiempo y las valiosas narraciones sobre sus vidas. Finalmente, a las Licenciadas Virginia DOTTORI y Viviana LENCINAS por su trabajo en la realización y trascripción de entrevistas.
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Andrés I. URRUTIA es Doctor en Psicología y Magíster en Gerontología Social. Profesor de Psicología Evolutiva del Adulto y la Senectud, Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba y Universidad Católica de Córdoba (Argentina). Principales campos de interés: investigación en envejecimiento positivo, generatividad y sabiduría.
Contacto:
Dr. Andrés I. Urrutia
Cátedra de Psicología Evolutiva del Adulto y la Senectud
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María A. CORNACHIONE es Magíster en Gerontología. Profesora Titular de Psicología Evolutiva del Adulto y la Senectud, Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Principales campos de interés: investigación en envejecimiento satisfactorio, generatividad y calidad de vida.
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Mgter. María A. Cornachione
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Gastón MOISSET DE ESPANÉS es Licenciado en Psicología. Profesor de Psicología del Adulto y la Senectud en la Universidad Católica de Córdoba y Profesor Adscripto en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Principales campos de interés: teoría del desarrollo de Erik ERIKSON, generatividad y envejecimiento saludable.
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Urrutia, Andrés; Cornachione, María A.; Moisset de Espanés, Gastón; Ferragut, Lilian & Guzmán, Elena (2009). El desarrollo cumbre de la generatividad en adultas mayores: aspectos centrales en su narrativa vital [81 párrafos]. Forum Qualitative Sozialforschung / Forum: Qualitative Social Research, 10(3), Art. 1, http://nbn-resolving.de/urn:nbn:de:0114-fqs090317.