Volumen 7, No. 3, Art. 1 – Mayo 2006
Hacer investigación cualtitativa sobre migraciones siendo ciudadano del país de instalación: Reflexiones sobre una investigación en España1)
Alberto Martín Pérez
Resumen: A la búsqueda de nuevos métodos de evaluación de políticas públicas y de la manera de combinar métodos etnográficos y análisis de políticas públicas, emprendí una investigación basada en observación directa y entrevistas cualitativas en las oficinas de extranjeros en Madrid. Pronto me di cuenta de que mi posición como investigador en dicho contexto resultaba bastante controvertida por el hecho de ser un español entre extranjeros en un lugar donde los únicos españoles eran policías o funcionarios. Me hice varias preguntas sobre mi posición en dicho contexto, al ser percibido como un miembro más de la institución, como un ciudadano de clase media y, "obviamente", alejado de los intereses de los inmigrantes. También empecé a probar algunas estrategias para romper con esta imagen. Basado en este trabajo empírico, presento una revisión crítica del dilema entre ser un insider (un amigo) o un outsider (un extraño) al hacer investigación cualitativa entre inmigrantes.
Palabras clave: métodos cualitativos, observación directa, entrevistas cualitativas, reflexividad, inmigración, análisis de políticas públicas
Índice
1. "¿Qué estoy haciendo yo aquí?"
2. Un sociólogo español investigando sobre inmigración en España
3. Posiciones del investigador: nacionalidad, posición de clase y rupturas culturales
4. Inmigración, Estado-Nación e investigación cualitativa
5. Reflexiones provisionales sobre la reflexividad
1. "¿Qué estoy haciendo yo aquí?"
"¿Qué estoy haciendo yo aquí?" (Anexo: Fotos 2 y 3) Es una pregunta que me surgía en ocasiones cuando comencé mi trabajo de campo en las oficinas de extranjeros2) intentando entrar en contacto con inmigrantes cuyas experiencias eran el objeto principal de mi interés. [1]
Al inicio de esta investigación, me di cuenta de que la cola delante de la entrada principal de las oficinas (Anexo: Foto 1) era un lugar donde la solidaridad entre los inmigrantes resultaba especialmente importante. El principal lazo de unión entre la gente era el hecho de ser todos extranjeros e inmigrantes. En este sentido, las conversaciones con el resto de los que estaban haciendo cola, normalmente relacionadas con los distintos asuntos sobre los cuales se iba a preguntar en la oficina, eran bastante frecuentes. Compartir información era, así, el objeto principal de dichas conversaciones. [2]
Como ciudadano español y como observador situado entre la gente que merodea alrededor de la oficina, y sin hacer realmente la cola, pronto me di cuenta de que el primer desafío que tenía que afrontar era el de superar esta posición particular. En primer lugar, como español, era un extraño dentro de esta situación. Para permancer en la cola, lo único que podía haber sido es un abogado o un trabajador de una gestoría, o simplemente otro conserje como el que organiza las colas a la entrada del edificio. Del mismo modo, tratándose de las oficinas de la Policía, podría también haber sido un policía de paisano, pero eso probablemente hubiera empeorado las cosas con respecto a mi posición. Otras posibilidades podrían haber sido el ser un comercial de una compañía de seguros, de una empresa de telefonía móvil o de un servicio de envío de dinero, o incluso un periodista como aquellos que llegan a menudo a filmar la cola durante diez minutos, entrevistan a uno o dos inmigrantes y vuelven a la redacción para nunca más volver. [3]
Me di cuenta de que, siendo un joven sociólogo español que quería entrar en contacto con los extranjeros que acuden a dichas oficinas, y sin poder presentar algunas de las justificaciones mencionadas, me enfrentaba a un verdadero desafío. Aunque los funcionarios podían estar familiarizados con mi presencia, la presencia de los extranjeros que esperaban en dichas colas se limitaba a no más de uno, dos o tres días, lo que no es mucho tiempo para darse cuenta de que mi presencia podría ser extraña, al tiempo que era también poco tiempo para ponerse en contacto con ellos3). Esto hizo que mi trabajo se volviera más difícil. [4]
Sin embargo, a pesar de estos problemas iniciales, me di cuenta de que aquellas colas eran el mejor lugar para "reclutar" a mis informantes. Podría haberlo hecho mediante métodos más tradicionales y, probablemente, más seguros para cumplir más rápidamente los objetivos de un proyecto de investigación más "correcto"4). Sin embargo, habiendo intentado estas otras posibilidades en los momentos iniciales de mi trabajo de campo, con el fin de realizar los objetivos de mi investigación, estaba convencido de que entrevistar a las mismas personas a las que estaba observando no podía ser sino la consecuencia normal de mis propias observaciones. ¿Por qué? Porque si estaba investigado sobre experiencias concretas referentes a dichas oficinas, ¿había una mejor forma de hablar con ellos que mediante un encuentro en el mismo lugar donde dichas experiencias estaban teniendo lugar? [5]
Consideré que encontrarse con los inmigrantes en un lugar tan característico como la oficina de extranjeros (Anexo: Fotos 5 y 6) me iba a permitir hablar directamente con ellos sobre los principales problemas encontrados en dichas oficinas. Entre otros aspectos positivos, esta elección iba a permitirme seguir los trámites que mis informantes iban realizando: las oficinas del Ministerio de Trabajo, la tardanza en las respuestas por parte de la Administración, a menudo las distintas veces en que los inmigrantes vuelven a la misma oficina a la búsqueda de información adicional, el papel de los abogados y de las asociaciones y el procedimiento "final" (que es siempre temporal, en la medida en que los inmigrantes han de volver cada año o cada dos años a renovar sus permisos) de ir a solicitar y recoger la tarjeta de extranjero. [6]
A pesar de todo, he de admitir que mi elección me causó algunos problemas adicionales. Me gustaría hacer hincapié especialmente en el riesgo de ser visto como sospechoso. Ser español es un hecho especialmente notable. Esta sospecha implícita, y a veces explícita, se reflejaba en cuestiones como: "¿Quién eres y por qué estás interesado en los trámites que estoy realizando?", "¿No serás un funcionario?", "¿Eres policía?", "¿Por qué quieres saber de mi?", etcétera. [7]
Veamos un ejemplo concreto. Era una mañana soleada de lunes y estaba observando alrededor de la oficina. Había mucha gente haciendo cola ese día, y me hallaba mirando atentamente al conserje desde una cierta distancia que me permitía escuchar todas sus conversaciones con la gente que iba a preguntarle. Me preguntaba cómo podría apañárselas para contestar durante toda la mañana y sin pausa a las preguntas de tanta gente. Fue entonces cuando me di cuenta de que dos personas, un hombre y una mujer, estaban hablando a mi lado sobre diferentes aspectos de sus vidas. Inmediatamente me encontré prestando atención a lo que estaban diciendo sobre sus vidas en España, sus familias en Bolivia (puesto que me enteré más tarde de que ambos eran bolivianos), cuestiones burocráticas, etcétera. Ella estaba regañándole, insistiendo en que tenía que cuidar a su familia en Bolivia, ahorrar y mandarles dinero. Esto condujo a una muy interesante discusión sobre los diferentes roles de hombres y mujeres en la emigración. Se dieron cuenta al cabo de un tiempo de que estaba prestando atención a su conversación y fue cuando decidí presentarme para unirme a ella. ¿Qué ocurrió? La conversación se terminó al instante. Me di cuenta de que era español y no hacía la cola como ellos, tampoco era un periodista ni un funcionario, y, en cambio, estaba empezando a hacerles preguntas como si estuviera interesado en ellos. Esto desnaturalizó la conversación que había tenido lugar hasta entonces. A pesar de mi buena voluntad para presentarme ante ellos, era un perfecto extraño. Como no era la primera vez que me ocurría esto, preferí ser algo más prudente antes de ser más o menos aceptado e incluso poder concertar una cita con dicha mujer boliviana, a la que entrevisté posteriormente. [8]
A través de este ejemplo, nos acercamos al problema principal que guía mi reflexión. ¿Por qué alguien como yo, criado en una familia de clase media, siendo mis padres ambos funcionarios, habiendo estudiado en la universidad, viajado por el mundo, a veces incluso con la ayuda de mi familia, decidió ponerse a estudiar historias de vida de inmigrantes? Aparte de un fuerte compromiso con la democracia y los derechos humanos – que también puede ser visto como una actitud determinada por el hecho de ser un ciudadano satisfecho del país, burgués o incluso paternalista como si "fuera a ayudarles" –, ¿qué elementos referidos a la posición social y a la trayectoria biográfica del investigador determinan la elección de dicho tema? ¿Cómo afecta esta posición a la realización de la investigación? [9]
En este sentido, me preguntaba a menudo si la gente con la que hablaba, al menos en un primer momento, se preguntaba cosas como: "¿Quién eres?", "¿Por qué quieres saber sobre mi vida?", "¿Por qué se supone que te tengo que contar mi vida?", "¿Por que piensas que te voy a decir la verdad sobre mí?", "¿Qué vas a hacer con la información que te estoy dando?", "¿Vas a hacer que las cosas sean más fáciles para mí que lo que lo son ahora?"¿Vas a presionar a las autoridades para cambiar el funcionamiento de estas oficinas?" De hecho, estas preguntas son las que me hacía yo mismo en todo momento, y muy especialmente al inicio de mis observaciones. [10]
En todo caso, admito que me sentía diferente a ellos. A menudo, tras ser testigo de alguna historia especialmente difícil, me preguntaba si yo podría haber hecho algo más. En relación con sus historias personales, me imaginaba de lo que estaban hablando y, según iba adquiriendo experiencia durante mi trabajo de campo, era capaz de comparar historias a partir de las que había ido recogiendo hasta entonces pero, ¿era esto suficiente para ponerme algun día en su lugar? ¿Debe un sociólogo intentar hacer esto para poder comprender los fenómenos que estudia? [11]
Partiendo de todas las dificultades a las que me enfrenté, voy a concentrarme en la nacionalidad y en la posición de clase, tanto del investigador como de los informantes, para tratar de empezar a comprender las principales rupturas existentes. [12]
2. Un sociólogo español investigando sobre inmigración en España
Tengo la impresión de que estas cuestiones sobre el papel del investigador con respecto a su propia investigación han sido más una prioridad para los antropólogos que para los sociólogos. Parece como si la relación de los investigadores con sus temas de investigación en Sociología y en Antropología fuera diferente, los sociólogos buscando situarse en una posición asocial y privilegiada como observadores de una realidad objetiva y los antropólogos como aquellos que parten de su experiencia subjetiva para elaborar sus relatos científicos. En todos caso, los antropólogos parecen haber afrontado más claramente desde el principio las distintas cuestiones que la subjetividad y las dificultades del terreno plantean, como investigadores confrontados a una realidad completamente diferente de sus experiencias anteriores:
"El antropólogo es un instrumento humano que estudia otros seres humanos y sus sociedades. Aunque ha desarrollado técnicas que le dan una objetividad considerable, es una ilusión para él el pensar que puede separar su personalidad de su trabajo y convertirse en un robot sin cara o en una grabadora automática de acontecimientos humanos" (POWDERMAKER 1966, p.19). [13]
La reflexividad y la posición social han constituido también motivo de preocupación para los antropólogos: "¿Por qué a una persona contenta y satisfecha se le ocurre instalarse fuera de su sociedad o de cualquier otra y estudiarla?" (POWDERMAKER 1966, p.20) [14]
Partiendo de estas definiciones, ¿cuál es la importancia real de ser "un extraño" en el trabajo de campo y cuál es la importancia de las estrategias que los investigadores desarrollan para afrontar la situación?5) [15]
Concentrándonos en los estudios sobre migraciones, es normal afirmar que los inmigrantes son una población especialmente difícil de entrevistar, probablemente desde una perspectiva etnocéntrica que revela, en cualquier caso, la existencia de un problema de posición de clase o cultural. Así, un "investigador exitoso" es aquel que ha establecido una relación basada en la confianza con sus entrevistados, confianza procedente de una más o menos duradera experiencia investigadora: "Sus intervenciones facilitan su expresión sin declinarla. Son muestra de una familiaridad de largo tiempo con la población estudiada y sus particularidades. Es el investigado el que detenta la iniciativa de la exploración y ello le resulta manifiestamente placentero" (MAYER 1995, p.367). [16]
No creo que esto ocurra en todos los casos. Más aún, la distancia entre el investigador y el entrevistado no es sólo un problema de clase social, sino también de sexo, edad, etnia u opiniones políticas6). En este artículo me concentro especialmente en la nacionalidad, como un joven investigador que decid estudiar "extranjeros" en su propio país. [17]
Desde mi propia experiencia, contactar con gente en las colas interminables de las oficinas de extranjeros (Anexo: Foto 4) me ha permitido comprender más claramente la inmigración como una cuestión de dominación. Estudiar la dominación siendo y siéndome percibido como parte de los "dominantes" es una de las cuestiones con las que me enfrentaba. En primer lugar, más de un miembro de mi familia podría haber sido empleador potencial de la gente con la que estaba tratando. En segundo lugar, no era dificil identificarme como español. En tercer lugar, estaba contactando con gente para conocer el funcionamiento de unas oficinas del Estado delante de dichas oficinas. Estas cuestiones ponen inevitablemente en el punto de mira el Estado-Nación y sus ciudadanos y no-ciudadanos en mi relación con los entrevistados. [18]
Con estos antecedentes, ¿cómo presentar mi llegada al terreno? Ya he señalado algunos de sus elementos: decidí contactar a mis entrevistados en las colas, aunque mi posición en dicho lugar era todo lo problemática que he indicado. El desafío principal y la estrategia a seguir era mostrar abiertamente todos los extremos de mi investigación, con el fin de convencer a mis entrevistados potenciales de que mi objetivo no era hacer un "estudio formal", sino conocer sus propias experiencias y entrar en contacto con gente a través de una conversación informal. También intenté sacar provecho de las redes personales de las personas que habían aceptado ayudarme. [19]
Empecé observando las colas. Puede parecer evidente, pero me di cuenta de que todos los inmigrantes en Madrid debían pasar, tarde o temprano, por las oficinas. Este era, definitivamente, el mejor lugar para conocer la relación entre las instituciones nacionales y la inmigración. Exceptuando los inmigrantes que delegan en los servicios de un abogado o una asociación (aunque normalmente también van a la oficina para verificar que todo ha sido hecho por su representante), "todo el mundo" tenía que estar allí y tenía una experiencia de lo que dichas oficinas representan. Muchas de las historias recogidas revelan un recorrido caótico a través de las distintas oficinas. Es posible decir que el caso "típico" es el de una persona que va por primera vez a las oficinas de extranjeros y obtiene alguna información sin haberlo entendido todo. Tal vez regresa a la oficina en otra ocasión y, durante ese tiempo, a través de su red personal, va a una asociación, a una parroquía, o quizás a un abogado (lo que es el caso más común), por el hecho de no haber entendido las explicaciones del funcionario en relación con unos trámites que son gratuitos (refiriéndonos a los abogados) o que no necesitan ninguna mediación (refiriéndonos a las asociaciones). [20]
En este contexto, a pesar de la extraña situación a la que me enfrentaba, pude hacer contactos. Palabras de apoyo, preguntas "inocentes", una respuesta dada a algunas dudas planteadas en público, fueron algunas de las estrategias seguidas. Nunca oculté que era un joven investigador porque era imposible hacerlo, y simplemente preferí establecer una sencilla relación de confianza seguida de una conversación "banal" sobre la oficina y, tal vez, seguida de una invitación para tomar un café. Conocí diferentes tipos de experiencia, pero no fueron muchos los casos en que la respuesta fuera de rechazo. Tal vez Edgar MORIN tenga razón cuando sugiere que, en el fondo, a todos nos gusta hablar sobre nosotros mismos y "contar nuestras historias" (MORIN 1984, p.185). [21]
3. Posiciones del investigador: nacionalidad, posición de clase y rupturas culturales
Tras estos primeros pasos, tuve que afrontar la realización de entrevistas, cuyas dificultades presento a continuación. [22]
Cuatro estrategias, siendo ésta una lista abierta y no sistemática, pueden adoptarse por parte del investigador a la hora de hacer entrevistas7):
La primera estrategia se basa en el conocimiento, por parte del entrevistador, de la población entrevistada, mediante una larga experiencia investigadora o un conocimiento suficientemente amplio de los entrevistados que le permita desenvolverse entre las dificultades que inicialmente pudiera encontrar. La única manera de adquirir estas cualidades es una búsqueda continua de empatía en el tiempo, prestando atención al hecho de que una mayor proximidad y una trayectoria personal específica del investigador facilita este trabajo. Sin embargo, esto puede tener consecuencias sobre la ilusión de objetividad implícita en la investigación social (MAYER 1995, pp.360-361)
Otra estrategia es la que el investigador adopta aceptando su propia posición social. Durante la entrevista, la actitud del entrevistador se caracteriza por un cierto paternalismo expresado a través de una empatía forzada que en ocasiones puede ser práctica, pero que igualmente puede no serlo8).
La tercera opción es la del investigador que considera que pertence a un espacio social "especial" como sociólogo, como un "outsider" en su relación con los informantes. Esta visión se caracteriza por la ilusión según la cual el sociólogo solamente puede situarse en una posición de distanciamiento con respecto a los informantes y al propio tema de investigación. Esto le permite mantener constantemente la ilusión de objetividad. No se posiciona ni como un "dominante" (aunque la Sociología, practicada en buenas condiciones, es decir, "bien pagada", es más un instrumento de dominación que otra cosa) ni como "dominado" (esto arruinaría su ilusión de objetividad).
La cuarta estrategia es la adoptada por el sociólogo que, sabiéndose y siendo – incluso parcialmente – consciente de las rupturas de clase, de sexo y culturales que interfieren entre el entrevistador y el entrevistado, acepta las dificultades del trabajo de campo desarrollando un conjunto de estrategias de aprendizaje y comprensión contínuos. Esta última estrategia es la que defiende Hortense POWDERMAKER cuando afirma que "Las condiciones para una comunicación mutua exitosa incluyen 1) proximidad física del investigador con la población que estudia, 2) conocimiento de sus idiomas, 3) compromiso psicológico. En mis cuatro experiencias de terreno cada una de las tres condiciones se presentaba en grados distintos" (POWDERMAKER 1966, p.287). [23]
Concentrándonos en estas tres cuestiones, ¿cómo pueden ser analizadas en mi caso? [24]
En primer lugar, entiendo que "proximidad física" y "compromiso psicológico" constituyen las condiciones esenciales de una investigación "bien hecha". Esto me permitió empezar a superar las diferencias culturales iniciales así como las diferencias de clase: a) una investigación que dura en el tiempo, b) mi relación estrecha con los objetivos del proyecto basada en un compromiso continuamente renovado con el trabajo de campo, c) mi búsqueda continua de una relación basada en la confianza con los informantes y d) un compromiso con la idea (o la ilusión) mediante la cual mi investigación iba a ser útil, en cierto modo, para mis informantes, lo que da lugar a un cierto tipo de intercambio. En mi caso, el hecho de tener amplios conocimientos jurídicos y sobre las políticas de inmigración en España, así como sobre los procedimientos administrativos y el funcionamiento de las distintas oficinas, resultaron muy útiles con respecto a dicha ilusión. [25]
En segundo lugar, en relación con la expresión "conocimiento de sus idiomas", es cierto que es necesario conocer el idioma del grupo estudiado (en mi caso, del mismo modo que se supone que soy capaz de "captar" una conversación entre latinoamericanos, y no siempre, debería haber sido capaz de, al menos, entender el tamazight o el árabe para comprender a los marroquíes, así como el rumano, el ucraniano, el polaco o el mandarín para entender a personas de otros países), pero también es cierto que en ocasiones esto no es posible. Aunque mi ignorancia limitó ciertamente las posibilidades de mi investigación, el "conocimiento de sus idiomas" puede tener también una interpretación más laxa, entendido como cierta empatía o cierto conocimiento de un vocabulario específico, así como ciertas actitudes o estrategias. En las colas de las oficinas de extranjeros el idioma más hablado es el español, con la única excepción de las conversaciones entre gente del mismo país. Sin embargo, aunque la nacionalidad de origen es muy importante, en las colas, cuando alguien preguntaba a otra persona9), el idioma no era un problema insuperable ni para el investigador ni para los informantes. [26]
4. Inmigración, Estado-Nación e investigación cualitativa
La relación entre Estado-Nación e inmigración está presente en todos los pasos de esta investigación, así como en las dificultades presentadas. Esta relación es la que define la frontera entre ser ciudadano y ser extranjeros. La existencia de oficinas exclusivamente destinadas a extranjeros es un claro ejemplo de la importancia de esta ruptura. El hecho de que los extranjeros perciben las oficinas como el espacio público donde sus vidas y proyectos se confrontan con el poder del Estado y con la Administración pública es el hecho que con mayor claridad ha influenciado mi relación con la gente con la que hablaba dentro de las colas. Más aún, el hecho de que yo sea español hizo que me sintiera percibido más como un "extraño" que como un "amigo". [27]
Esto afectó directamente a mi imagen como investigador y a mis posibilidades de establecer una relación de confianza con los que iban a ser mis informantes. Una buena presentación puede no ser suficiente. Una actitud abierta y cierta empatía hacia la gente era necesaria. En todo momento, a pesar de las estrategias desarrolladas y de la experiencia adquirida durante el trabajo de campo, la ruptura entre nacionales y extranjeros nunca despareció. Después de varios meses de trabajo seguía enfrentándome cada día al mismo problema y mi única herramienta era simplemente la experiencia que iba adquiriendo. [28]
Por esta razón es por la que me pregunto quiénes son los investigadores que utilizan técnicas cualitativas en estudios sobre migraciones y por qué hemos decidido trabajar sobre este tema. Considerando estas dificultades, ¿no sería mejor dejar la investigación sobre migraciones en manos de otros sociólogos con relaciones más directas con la población estudiada? ¿Qué relevancia tiene la posición social de los investigadores en la estudios cualitativos sobre migraciones? [29]
¿Las cuestiones relacionadas con la posición social no implican que los inmigrantes sean más considerados como un objeto que como sujetos de la investigación? Si estas dificultades del trabajo de campo no se resuelven, ¿no se corre el riesgo de hacer sentir a los informantes que son simples objetos de la investigación? En mi caso, si resolviera el problema justificando mi trabajo en las posibilidades de ayudar a la gente mediante la investigación social, ¿cómo asegurar la importancia y la difusión de mi estudio? ¿Van a llegar mis conclusiones a mis informantes? ¿Van a sentirse de algún modo protagonistas de la información que aportan o simplemente van a ser meros objetos de una investigación académica? En otras palabras, ¿qué he de hacer para romper con esta división marcada por la nacionalidad? ¿Es el mejor camino el de procurar que mis informantes se consideren a sí mismos como la base principal de la investigación y, más concretamente, de mis conclusiones? [30]
La nacionalidad, a menudo, significa "sospecha" en este caso concreto. Esto ocurre también con la posición de clase, pero no creo que esté tan claro en mis observaciones y entrevistas. En todo caso, romper con esta sospecha era uno de los objetivos principales de mi trabajo de campo diario. Sin embargo, ¿es posible hacer desaparecer completamente esta sospecha en un trabajo de campo que está siempre limitado por el tiempo, el dinero y los plazos académicos? No creo tener una respuesta segura. Al menos, la cuestión queda abierta. [31]
5. Reflexiones provisionales sobre la reflexividad
No hay demasiada literatura sociológica sobre esta cuestión, pero probablemente se haya escrito aún menos en relación con la situación particular de los jóvenes investigadores que preparan su tesis doctoral, obviamente menos experimentados10). [32]
Estoy de acuerdo con la idea de que la reflexividad es la capacidad para situarse a sí mismo en una situación social, pero también el proceso mediante el cual se es capaz de reflejar las maneras en las que las propias convicciones y acciones influyen en la situación y así, como resultado directo de este proceso, poder cambiar la práctica. Esto permite al investigador comprender sus propias prácticas, así como las de los demás, con el fin de mejorarlas. Es un punto esencial que debe ser considerado en todo trabajo de campo. [33]
Desde mi experiencia de investigación con inmigrantes en las oficinas del Estado, que conducirá próximamente a mi tesis doctoral, me interesa comprender las condiciones de producción de todo proyecto de investigación, pero especialmente de aquellos basados principalmente en técnicas cualitativas como la observación y la entrevista a inmigrantes. Trato de encontrar respuestas a cuestiones como "¿quiénes son el investigador y los investigados?", "¿cómo sus posiciones sociales personales influyen en la investigación?" y "¿cuáles son las estrategias concretas adoptadas por el investigador y cuál es el objetivo de esta elección?". Aunque tras mi trabajo de campo ya puedo afirmar que tengo una experiencia en el uso de técnicas cualitativas en la investigación sobre migraciones, como joven investigador y doctorando, tengo aún más preguntas que respuestas. Sin embargo, creo que la experiencia debería ser un camino a seguir en los años venideros. En primer lugar, para poder distinguir entre los primeros pasos de un trabajo de campo y el hecho de acostumbrarse a una población, a una situación particular o a relaciones sociales específicas durante todo el desarrollo de la investigación y, en segundo lugar, para adquirir conocimientos suficientes dentro de un mismo campo a lo largo del tiempo que me conviertan en un experto dentro de dicho campo de conocimiento. [34]
A todos aquellos que, haciendo cola bajo el sol abrasador del verano, las lluvias del otoño y el frío invierno, se ven obligados a soportar una prueba más en el difícil desafío de ser extranjeros en España.
Foto 1: Recogiendo tarjetas un sábado por la mañana
Foto 5: La espera durante el verano
1) Esta es la versión revisada y actualizada de la ponencia "The researcher as a citizen of the host country in qualitative migration research" presentada en la sesión sobre "Qualitative migration research" en el grupo de Investigación Cualitativa durante la VII Conferencia de la Asociación Europea de Sociología celebrada en Torun, Polonia, entre el 9 y el 12 de septiembre de 2005. <regresar>
2) Oficinas de extranjeros es el nombre oficial de las oficinas donde se tramitan los permisos de trabajo y residencia de los extranjeros en España. Tienen una estructura provincial, aunque su organización varía dependiendo de la provincia de que se trate. Muchas de ellas toman por nombre el de Oficinas Únicas de Extranjeros, de manera que prestan todos los servicios integrados tanto del Ministerio de Trabajo como del Ministerio del Interior. En otras provincias – como en Madrid, donde tuvo lugar mi trabajo de campo – los servicios de los distintos ministerios están separados en distintas oficinas, todas ellas llamadas oficinas de extranjeros. <regresar>
3) Esto es bastante relativo. Por un lado, la gente que va a las oficinas cambia de un día para otro. Por otro lado, es cierto que muchos entrevistados dicen haber tenido la impresión de haber pasado muchísimo tiempo esperando en la cola. De hecho, esto puede tomar a veces todo un día o incluso más. <regresar>
4) Esto habría ocurrido si hubiera concertado la preparación de una lista de informantes "voluntarios" a través, por ejemplo, de una asociación de inmigrantes, de una organización social o de otra institución más accesible, como la escuela o los servicios sociales. Sin embargo, habiendo estudiado previamente el funcionamiento de las asociaciones de inmigrantes en la ciudad de Madrid, me di cuenta de que era muchísimo más rico el dirigirme directamente al lugar donde todo inmigrante ha de ir tarde o temprano. <regresar>
5) Kathleen SAINT-LOUIS, una joven investigadora de Columbia University, se plantea estas cuestiones en relación con su trabajo de campo sobre la pobreza en las zonas urbanas. Afirma que las principales referencias sobre reflexividad pueden encontrarse en la Etnografía y en la Antropología. Su caso es diferente al mío. Aunque se plantea las mismas preguntas, se da cuenta de que el hecho de ser una mujer negra haitiana le ha facilitado el contacto con familias negras y especialmente con mujeres negras. Piensa que un hombre blanco tendría que haber afrontado pruebas más difíciles que ella, probablemente mediante estrategias mucho más complejas: "Sentí como si mis participantes me sostuvieran, una investigadora, mujer y negra, mucho más fiable para esa investigación que un hombre blanco y de clase más alta. Siendo una investigadora negra podía entrar y dar sentido a sus luchas diarias de maneras en que un investigador blanco no podría haberlo hecho" (SAINT-LOUIS 2002, p.6). <regresar>
6) "La distancia entre el entrevistador y el entrevistado no es sólo una cuestión de clase social. Numerosos trabajos han demostrado que no es sólo el entorno social del entrevistado, sino también la edad, el sexo, el perfil étnico, las opiniones políticas o religiosas las que influyen en las respuestas" (MAYER 1995, pp.360-361). Con respecto al sexo, Edgar MORIN afirma que en cualquier caso una mujer siempre será mejor entrevistadora que un hombre, debido a su mayor simpatía y confidencialidad: "Entre los factores perturbadores provenientes del investigador, está en primer lugar su apariencia a la vista del entrevistado. Es necesario que el entrevistado perciba un óptimo de distancia y proximidad, y también un óptimo de proyección e identificación en relación con el investigador. El entrevistador debe tener una imagen simpática y agradable. Muy a menudo, una mujer será mejor comunicadora que un hombre" (MORIN 1984, p.187). <regresar>
7) Esta lista está basada en las diferentes investigaciones que, utilizando técnicas cualitativas mediante entrevistas en profundidad, fueron compiladas por Pierre BOURDIEU en La misère du monde (1993). Puede observarse cómo diferentes entrevistadores están en el origen de distintos tipos de estrategias para mantener su relación con los entrevistados. <regresar>
8) Nonna MAYER (1995) presenta el ejemplo de las entrevistas hechas por Pierre BOURDIEU en La misère du monde comparadas con las realizadas por Abdelmalek SAYAD. Mientras que el sociólogo argelino basa sus entrevistas con jóvenes "inmigrantes" en su dilatada experiencia en dicho campo, en su amplio conocimiento de la inmigración y, además, en el hecho de ser él tambien argelino y emigrante, Pierre BOURDIEU, durante las entrevistas con jóvenes de clases populares adopta una actitud directiva, mediante una complicidad forzada con respecto a lo dicho por aquellos jóvenes. Esto se refleja, por ejemplo, en usos concretos de jerga juvenil completamente ajenos a la experiencia del investigador y no siempre adecuados. <regresar>
9) Es muy interesante observar cómo la imagen del otro determina a quién se le pide información, de entre la gente que hace la cola, en caso de duda. Así, es probable que una mujer latinoamericana pregunte a otra latinoamericana. Es común también que alguien de Europa del Este se dirija a otra persona a la que identifica como de Europa del Este y le hable en su propio idioma aunque la otra persona venga de un país diferente y no comprenda la pregunta. En este caso, la conversación tendrá lugar, finalmente, en español. Finalmente, se da la misma situación continuamente cuando una persona identificada como "magrebí" se dirige a alguen a quien identifica como "magrebí". <regresar>
10) Las conclusiones de la reflexión sobre la reflexividad llevada a cabo por Kathleen SAINT-LOUIS, "una mujer de clase media, haitiano-americana, estudiante de doctorado", ilustra alguna de estas dificultades adicionales: "Durante una presentación en una conferencia, un académico bien establecido afirmó delante de sus colegas que debería haber una moratoria con respecto a los investigadores blancos que trabajan sobre gente marginalizada. No tengo pensado entrar en una amplia discusión sobre mi opinión en este asunto, sino que basta con decir que comprendo su discurso sobre el poder, sobre el otro, sobre la gente marginalizada y sobre la subjetividad en la investigación. Comprendí que las ideas que subyacen a su aserto implican que la jerarquía de poder entre un investigador blanco y una minoría "investigada" es grande y problemática. Muy a menudo los beneficios para el investigador superan a los del "otro". Sin embargo, ¿qué significa esta llamada para los investigadores pertenecientes a una "minoría"? ¿Hay más presión en ellos para que hagan investigación "sobre su propia gente" y devuelvan lo que la academia quiere oir? Claramente, he generado más preguntas que respuestas en este artículo. Cuando llamo a la reflexividad en la investigación también me doy cuenta de que la reflexividad no nos va a proveer todas las respuestas que buscamos en la investigación y en la re-presentación. Lo que la reflexividad puede lograr, en cambio, es un mejor sentido del por qué y cómo elegimos hacer los tipos de investigación que hacemos. Más importante aún, la reflexividad puede ayudarnos a producir relatos más honestos" (SAINT-LOUIS 2002, pp.11-12). <regresar>
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Alberto MARTÍN PÉREZ es investigador del Departmento de Sociología I (Cambio Social) de la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente prepara su tesis doctoral en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de Paris y en la Universidad Complutense sobre la manera en que las vidas de los inmigrantes están determinadas por su relación con las instituciones españolas. Está interesado particularmente en desarrollar perspectivas etnográficas orientadas al análisis de políticas públicas.
Contacto:
Alberto Martín Pérez
Departamento de Sociología I (Cambio Social)
Facultad de Ciencias Políticas y Sociología
Universidad Complutense de Madrid
Campus de Somosaguas s/n
28223 Madrid, España
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Martín Pérez, Alberto (2006). Hacer investigación cualtitativa sobre migraciones siendo ciudadano del país de instalación: Reflexiones sobre una investigación en España [34 párrafos]. Forum Qualitative Sozialforschung / Forum: Qualitative Social Research, 7(2), Art. 1, http://nbn-resolving.de/urn:nbn:de:0114-fqs060319.