Volumen 13, No. 1, Art. 10 – Enero 2012
Reseña:
Vanessa García Díaz
Barbara Merril & Linden West (2009). Using Biographical Methods in Social Research. Bodmin: Sage, xii + 211pp, ISBN 978-1-4129-2958-5, US$ 43.95
Resumen: El regreso del sujeto en las ciencias sociales remarca la tendencia hacia el estudio de la subjetividad en el entramado micro/macro de las sociedades, esto es, las oportunidades encontradas por los individuos en los intersticios estructurales para dotar de significado su vida. En aras de ofrecer una referencia del uso de los métodos biográficos en investigaciones actuales, así como una revisión de sus orígenes en las ciencias sociales y algunos problemas metodológicos y éticos, MERRIL y WEST ofrecen este libro de texto. Esta reseña enfatiza la discusión sobre las cualidades del tipo de texto (su carácter didáctico, la implicación del autor, la interdisciplinariedad) para vincularlas con su contenido y, de esta forma, realizar un balance de sus ventajas para utilizarse dentro de un programa de estudios.
Palabras clave: investigación cualitativa; métodos biográficos; biografía
Índice
1. Características generales
2. Objetivos
3. Estructura
3.1 Introducción
3.2 Contexto histórico
3.3 Estados del conocimiento
3.4 Cuestiones metodológicas
4. Conclusión
El libro posee dos elementos constitutivos que, si bien en un libro de texto parecieran colaterales, en éste se convierten en el eje central de construcción. La identificación oportuna de estos elementos evitará sinsabores a quienes busquen un libro de texto de carácter expositivo, generalmente objetivo y sintético, ya que éste no lo es. El primero de ellos tiene que ver con su adscripción a cierta corriente de la investigación social. Aunque usualmente se espera que los libros de texto ofrezcan un panorama vasto, actual, minucioso y representativo del tema en cuestión, MERRIL y WEST se alejan de esta convención para ofrecer una escritura más personal donde explicitan sus preferencias teóricas y metodológicas ceñidas a sus propias experiencias de vida. Esta cualidad circunscribe al libro dentro de una manera de entender el proceso de investigación poco compartido por la corriente principal en ciencias sociales, sumergida aún en la tradición positivista. De tal suerte, los autores contemplan la investigación como biografía, en otras palabras, la selección de un tema de investigación surgiría de la propia historia de vida del investigador. Esta posición desafía una de las ideas más pujantes de la investigación social, pues establece la necesidad ineludible de manifestar el posicionamiento social y personal del investigador como guía de sus selecciones teóricas metodológicas y de la elaboración de sus interpretaciones y resultados. [1]
El segundo elemento, vinculado estrechamente con el anterior, consiste en la implicación del autor. Característica poco común resulta encontrar dentro de las primeras páginas de un libro, en general, y de un libro de texto, en particular, la presentación de los autores por sí mismos. Tanto Barbara MERRIL como Linden WEST se ponen al descubierto: se revelan a los ojos del lector y relatan su predilección por el uso de métodos biográficos y como ésta se afinca en su propia historia de vida. Así, los autores, desde el inicio, descubren sus intereses de investigación surgidos de sus propias experiencias no solo del ámbito profesional, sino del personal, el que mayor huella ha dejado en las posteriores elecciones profesionales. [2]
La introducción de los autores por ellos mismos y el recuento de su devenir como investigadores en ciertas áreas y con temas en específico marca el carácter del libro: autobiográfico, tal como los métodos que se exponen. Esta estrategia discursiva conlleva la idea, tanto explícita como implícita, de que utilizar métodos biográficos convierte una investigación no solo en una exploración del otro, sino en una expedición que puede llevar al autonocimiento. Justo esta idea dota de un carácter singularísimo al libro y lo adhiere a una vertiente de la investigación biográfica aún poco trabajada: la revelación del investigador, sus intereses, sus gustos, sus decisiones, su posición dentro de la investigación, en suma, el papel que juega su subjetividad en la conducción y los resultados de la investigación. Aunque loable, este intento de mostrar quiénes son los autores y desde dónde sitúan su discurso no se cumple a cabalidad a lo largo del libro; sin embargo, el ensayo resulta pertinente, porque trae a colación el problema enfrentado entre las características del tipo de texto, en este caso de corte didáctico, y la posición de los autores respecto a su manera de entender el tipo de investigación que tratan de exponer. Las dos características (tipo de texto/posición del autor) son parcialmente irreconciliables en un libro de texto debido a su carácter eminentemente expositivo e instruccional. Quizá, por una parte, MERRIL y WEST hubieran obtenido un mejor resultado si optaran por un libro biográfico en donde pudieran construir un relato sobre su formación y trayectoria como investigadores aparejado con los temas tratados en este libro de texto. Por otra, traer a escena la oposición entre la estructura convencional de un libro de texto y la compleja comprensión del método biográfico no solo como una serie de pasos y un hato de características, sino como todo un proceso, diferente en variados aspectos de lo que generalmente se considera ciencia, impele a una minuciosa revisión de la postura asumida por académicos e investigadores cualitativos en cuanto a la labor de escribir tanto investigaciones (RICHARDSON & ADAMS ST. PIERRE 2005) como otros tipos de texto que todavía siguen las líneas establecidas por el conocimiento objetivo. En este último sentido, el intento de MERRIL y WEST cobra relevancia: cómo escribir un libro de texto de manera biográfica y no caer en las convenciones de la tradición positivista. [3]
Otro rasgo que debe tomarse en cuenta es la supuesta interdisciplinariedad de la publicación. MERRIL desde un enfoque sociológico y WEST desde lo psicológico asientan las posibilidades que el método biográfico otorga a cada disciplina; sin embargo, más que tratarse de un enfoque interdisciplinario, la manera expositiva del contenido obedece a la multidisciplinariedad: la sociología y la psicología no se interrelacionan. En todo caso, sería más oportuno presentar el texto como una confluencia de experiencias entre una investigadora que ha utilizado el método biográfico en sociología y un investigador que lo ha utilizado en psicología: un libro sobre el método biográfico con ejemplos teórico-prácticos de ambas disciplinas. Ahora bien, cada autor, por su parte, ha logrado la interdisciplinariedad en sus investigaciones al integrar (no solo colocar paralelamente) varias disciplinas. En el caso de Barbara, la sociología y la formación de adultos, y en el caso de Linden, la psicología, la sociología y la formación de adultos. [4]
Quizá, lo más rescatable y poco profundizado en el libro sea la propia experiencia de elaboración de un libro de texto entre dos investigadores inmersos en disciplinas distintas, pero afiliados a un mismo método. Este punto enfatizado brevemente en el capítulo 9, merecería una discusión más amplia sobre las dificultades y las oportunidades de escribir textos interdisciplinarios interesados en el método biográfico. De esta forma, los autores solo realizan algunos comentarios diseminados respecto de los obstáculos surgidos entre ellos para conciliar puntos de vista provenientes de diferentes campos del conocimiento donde las prácticas de investigación no siempre resultan coincidentes. [5]
Para construir el objetivo de un libro, cualquier autor ha de pensar en el auditorio al que va dirigido. En el caso de MERRIL y WEST, además de establecer un objetivo en función de los lectores, también formularon, de manera explícita, su propia meta, es decir, su propósito durante la redacción de "Using Biographical Methods in Social Research". De esta forma, se encuentran señalados dos objetivos. Uno recae en la creación de un libro de texto sobre cómo realizar una buena investigación con alcances significativos en el terreno de los métodos biográficos, esto es, una guía práctica para estudiantes de educación superior, académicos y gente interesada en estos métodos, especialmente responsables de las políticas públicas. Otro roza elementos subjetivos de los autores al tratar de llevar a cabo un viaje personal mientras se definen y explican nociones de la investigación biográfica. Este último objetivo, por tanto, se convierte en parte de la experiencia autobiográfica señalada en el apartado anterior de esta reseña y muestra la concepción que MERRIL y WEST tienen sobre qué es la investigación, en general, y lo que debe ser una investigación biográfica, en particular: una trayectoria paralela entre investigador e investigado en la búsqueda de conocimiento sobre cómo experimentan, dotan de significado, interpretan y reelaboran el mundo de manera dinámica y consciente. [6]
El libro consta de once capítulos precedidos por unos agradecimientos y seguidos del glosario, las referencias y el índice temático. A excepción de los capítulos de inicio y cierre, los restantes pueden aglutinarse en tres áreas temáticas sobre el método biográfico: contexto histórico, estado del conocimiento y cuestiones metodológicas. Cada capítulo contiene cinco partes didácticas características de la publicación: descripción, puntos claves, lecturas adicionales, preguntas de discusión y actividades. La descripción y los puntos claves abren y cierran cada capítulo, respectivamente. Mientras que la primera ofrece una síntesis de lo que los autores expondrán, esto es, orienta al lector sobre lo que ha de esperar con la lectura de ese capítulo, los segundos resaltan las ideas centrales y, por lo tanto, sirven como el conjunto de argumentos esenciales sobre los que gira el método biográfico. [7]
La sección de lecturas adicionales mantiene, en general, una buena relación con el contenido del capítulo y la selección de lecturas resulta útil y especializada para ampliar los contenidos; sin embargo, tanto las preguntas de discusión como las actividades, dado que forman un libro de texto, adolecen de poca innovación y despliegan ideas poco fértiles para la reflexión y el desarrollo de competencias. Ambas partes se ubican al final de los capítulos y pretenden ser un conjunto de tareas enfocado a la asimilación y la producción de conocimiento; pero este objetivo no se alcanza por tres razones primordiales. En primer lugar, porque las actividades propuestas son simplemente individuales: no hay debate ni consenso entre compañeros o pares (salvo en el capítulo 9 donde se sugiere trabajar en grupos o parejas). En segundo, las preguntas reiteran contenidos y parcializan el conocimiento al no establecer conexiones con el resto de capítulos. Finalmente, y quizá lo más lamentable en estas dos partes didácticas del libro, recae en la presencia de actividades excesivamente tradicionales. Al tratarse de un libro de texto cuyo contenido, señalado por los propios autores, se aleja de la corriente principal de la investigación social, se espera una diferencia en la conducción de actividades de generación del conocimiento, acopladas a las características intrínsecas de la investigación cualitativa; sin embargo, el lector se topa con preguntas y tareas convencionales, provenientes de una tradición educativa basada en la transmisión del conocimiento y donde el aprendizaje de habilidades y destrezas pasa a un segundo plano. Esta deficiencia se vincula con una idea expuesta anteriormente. Si la única manera de enseñar métodos cualitativos es por medio de actividades de aprendizaje convencionales, entonces resulta obvia la dependencia a normas de escritura provenientes de la corriente tradicional de la investigación social. La búsqueda de una escritura singular redundará en el fortalecimiento de un estilo de escritura distintivo de la investigación biográfica, en general, y en la escritura de libros de texto, en particular. [8]
En relación con el glosario, considero que resulta escueto y selectivo: no define la mayoría de los conceptos utilizados a lo largo de los capítulos y, por la falta de precisión, no se sabe qué tipo de selección utilizaron los autores para elegir los conceptos integrantes de este apartado. Por ejemplo, se encuentra la definición de interaccionismo simbólico; pero no la de teoría crítica ni la de feminismo; asimismo, se presenta el significado de identidad protegida y se omite el de subjetividad. Por tal motivo, el glosario no juega un papel didáctico por su poca utilidad en la clarificación de términos vinculados con el método tratado en el libro. [9]
Al inicio del libro, el lector encontrará una justificación del uso de la biografía como método de indagación en las ciencias sociales, su vigencia en las sociedades actuales y la definición propuesta por los autores. En una de las primeras líneas se lee: "this is an age of biography" (p.1): tanto en el cine como en las series televisivas y la literatura, la biografía y la autobiografía han cobrado un papel central, un producto altamente consumido por los individuos (GIL CANTERO 1999). Este interés por el punto de vista particular y la singularidad en la toma de decisiones de cada individuo se enmarca en un contexto posmoderno donde los individuos se vuelven altamente reflexivos y retan los proyectos de vida impuestos por las instituciones sociales y se convierten en agentes en la construcción de su propia vida (GIDDENS 2000). Justo en este contexto, los autores ubican sus argumentos para señalar la pertinencia del retorno a lo biográfico. [10]
En esta parte, los autores establecen qué entienden por método biográfico: "biographical methods denotes research wich utilises individual stories or other personal documents to undestand lives within a social, psychological and/or historical frame" (p.10). Con esta definición, los autores rehúyen el escabroso trabajo de puntualizar las distinciones entre la variedad de conceptos que abarca el método, como historias de vida, relatos de vida, investigación narrativa, y se quedan con el término biográfico para agrupar todo este tipo de modalidades sin distinción aunque, con sus particularidades, todos giran alrededor de la biografía o la autobiografía. En este capítulo, salta a la vista la omisión de "Interpretive Biography" de DENZIN (1989), un texto clásico en la clasificación de material biográfico y la desambiguación entre historia de vida y relato de vida, por ejemplo. Tampoco se ocupa de las discusiones epistemológicas sobre el método, que lo han acompañado durante varios años, como el hecho de asumir al método como tal o, debido a su carácter multidisciplinar, como un enfoque (BERTAUX 1980) o un tipo de investigación (BOLÍVAR, DOMINGO & FERNÁNDEZ 2001). La ausencia de esta discusión orilla a los autores a plantear que los investigadores interesados en utilizar el método han de tomar en cuenta algunas preguntas en relación con su uso, como si éstas formaran parte de un panorama actual del método cuando, en realidad, han sido consideradas y trabajadas desde hace varios años sin acuerdo alguno debido a las diferentes teorías y disciplinas en donde se inserta el método. Por caso, BERTAUX (1980), desde hace treinta años, ya puntualizaba algunas de estas preguntas en relación con la transcripción, la codificación, el análisis y la presentación de resultados. [11]
El segundo capítulo sirve a los autores para mostrar el desarrollo del método biográfico en un contexto histórico donde ha sufrido transformaciones que le han permitido tener un auge, una decadencia y una renovación en la investigación social. El capítulo no posee un estricto orden histórico, más bien abarca dos momentos temporales del método biográfico con variados ejemplos: los orígenes y la época actual. La elección de estos momentos obedece a la división de un antes y un después en las ciencias sociales, específicamente en la sociología, cuando las investigaciones se tornan más positivistas. De esta manera, en el primer momento se aglutinan casos que van desde la tradición oral hasta la Escuela de Chicago, cuyo interés por la subjetividad y el sentido que los propios individuos le asignaban a su experiencia cobró mayor apogeo. El segundo momento abarca la posición de algunos paradigmas teóricos, ciertas disciplinas y áreas de estudio como el feminismo y la teoría crítica, la psicología y la educación para adultos, respectivamente. Este capítulo es breve, pero sustancioso. Su fortaleza radica en la selección de distintas épocas claves, con puntuales ejemplos que enfatizan los buenos y malos momentos atravesados por el método en la investigación social, así como el aporte de cada una. [12]
Los siguientes tres capítulos (3-5) se ciñen a un mismo interés: ofrecer un estado del conocimiento conciso y actual sobre el método biográfico en la investigación social desde tres rubros bien acotados: los temas, las teorías y las buenas investigaciones. "Mapping the contemporary uses of biographical research", capítulo 3, bosqueja la pluralidad de temas donde la biografía se utiliza como método de indagación para comprender de una manera más profunda cómo viven sus experiencias los individuos en ciertos ámbitos y circunstancias. Este capítulo ejemplifica, en lo que cabe, la mayoría de los temas donde se han enfocado diversos estudios, en este sentido es una guía provechosa para conocer los intereses actuales de los investigadores y cuáles han sido sus aportes al método biográfico. [13]
El capítulo dedicado a las cuestiones teóricas, al contrario del anterior, presenta algunas carencias, sobre todo en la categorización provisional de diversas orientaciones teóricas en torno del método biográfico, anunciada por los autores al inicio del capítulo. La teoría juega un papel medular en las selecciones metodológicas, ya que determina el tipo de conocimiento al que se puede acceder durante el proceso de investigación; por tal motivo, se esperaría una explicación de orígenes y confluencias teóricas; sin embargo, MERRIL y WEST profundizan en el interaccionismo simbólico y desde ahí aportan mínimas conexiones con el feminismo y la teoría crítica. Esta decisión se explica por la intención autobiográfica del libro: solo se exponen los acercamientos teóricos trabajados por los autores. Finalmente, la categorización prometida se sustituye por una tabla donde se polarizan las posturas cualitativa y cuantativa en relación con la investigación. Así, las categorías surgidas de los matices entrañados por las diversas teorías (por lo menos las expuestas en el capítulo) en el uso de la biografía, no aparecen. De esta forma, se evaden las sutiles o evidentes diferencias acarreadas por la asunción de cierta postura teórica, y que requieren ser identificadas: cada una ofrece cierta posición del investigador respecto de la comprensión del mundo. Como diría O'BRIEN (1993, citado por SILVERMAN & MARVASTI 2008, p.11): "we can see social theory as a sort of kaleidoscope – by shifting theoretical perspective the world under investigation also changes shape". [14]
Como parte final de esta tríada de capítulos, se presentan cuatro ejemplos de investigaciones conducidas por los autores en el uso del método biográfico. La exposición de estos estudios de caso subraya el potencial del método en la comprensión de procesos estructurales en un marco donde se destacan los vínculos entre lo externo y lo interno o, como lo mencionan los autores, lo psicosocial. Asimismo, expone algunas ideas para la conexión entre la teoría y la interpretación de las biografías. Los casos abarcan la familia, la profesión (doctores y maestros), el género y la clase social. Lo más valioso de este capítulo recae en las bien logradas síntesis de las investigaciones que permiten al lector comprender variados aspectos de su desarrollo como el tipo de población, los objetivos y el diseño de los estudios. [15]
Los aspectos metodológicos sobre la selección del tema, el muestreo, las técnicas para la recolección y análisis de la información, así como asuntos éticos de la investigación se tratan en los siguientes cinco capítulos del libro. Todos estos aspectos se analizan y discuten, en su mayoría, a la luz de planteamientos feministas y acercamientos subjetivistas que permean la visión de los autores. En este sentido, el lector no encontrará una exposición plural de perspectivas sino, más bien, la profundización de las experiencias de MERRIL y WEST durante estas etapas de la investigación. Si bien esta cualidad luce como una desventaja para un libro que ostenta un título tan genérico, para investigadores con la misma vena de los autores supone una oportunidad de encuentro de perspectivas y ampliación de estrategias utilizadas durante los pasos iterativos de un estudio. [16]
Los dos primeros capítulos de esta parte del libro centrados en la elección del tema, la muestra, la preparación y la conducción de una entrevista, la transcripción señalan cómo la biografía del investigador y su subjetividad influyen en la elección de sus temas y su población, así como en el diseño y las interpretaciones del estudio. Esta cuestión, central en el acercamiento propuesto por los autores a la investigación, tiene un papel secundario y, en cambio, se enfatizan otros elementos que, si bien necesarios para adentrar a cualquier estudiante en el terreno de campo del uso de la investigación biográfica, no conforman una iniciativa en la especialización del método, es decir, los autores no aportan ningún elemento que no pueda ser encontrado en un buen manual sobre investigación cualitativa (SILVERMAN & MARVASTI 2008; VALLES 2000) o de entrevistas (KVALE 2007; WEISS 1995). Esta carencia pesa demasiado sobre todo en el área de la transcripción, ya que MERRIL y WEST proponen el tratamiento de convenciones para transcribir las entrevistas y no lo hacen más que de forma apresurada y superficial. [17]
Respecto del análisis de la información, el capítulo dedicado a este tema ofrece sugerencias útiles y una estrategia novedosa surgida de la propia experiencia de los autores. En esta tesitura, Barbara MERRIL explica el proceso que ha desarrollado para codificar, analizar e interpretar información. Este proceso, muy cercano a la propuesta de la grounded theory, ha sido desarrollado por la autora durante su travesía como investigadora biográfica, por tal motivo, ofrece valiosos consejos para la codificación de datos, en especial para investigadores novatos. Linden WEST, por su lado, comparte su propio acercamiento al tratamiento de información, basado en la sistematicidad, el significado del detalle y el seguimiento de los sujetos a través del tiempo. WEST ha desarrollado una esquema nombrado proforma que, además de codificar la información, integra aspectos claves surgidos durante la entrevista, elementos teóricos guías del estudio, reflexiones del investigador y variados materiales aparecidos durante las etapas de la investigación. Por su versatilidad en la integración de una diversa gama de datos, este esquema parece una excelente estrategia para mantener todo en un solo lugar: permite la contrastación de información, la síntesis y la interpretación desde diferentes puntos de referencia. A pesar de estas cualidades de la proforma, los autores no ahondan lo suficiente en su estructura y uso para dar lugar a otras perspectivas sobre el análisis de datos que tampoco aportan sustancia a esta laboriosa y crucial tarea del proceso de investigación y se convierten en sencillas descripciones que no generan una idea de cómo pueden utilizarse durante el análisis. [18]
Respecto de cómo presentar por escrito los resultados de una investigación, MERRIL y WEST ejemplifican con pequeños fragmentos de varios estudios. Estos tratan de evidenciar qué cualidades posee la buena escritura de una investigación; sin embargo, no cumplen con este cometido porque, como menciona RICHARDSON y ADAMS ST. PIERRE (2005), "qualitative work carries its meaning in its entire text […] Qualitative research has to be read, not scanned" (p.960). Desmembrar una investigación para mostrar solo un trozo no da una idea cabal de cómo ese pedazo ejemplifica una buena escritura. Por esta razón, los autores acuden a la contextualización de las investigaciones y, por ende, el ejemplo se pierde en una serie de datos colaterales que minimizan aún más el extracto que ha de servir de ejemplo. Asimismo, los fragmentos son tan pequeños que hasta un investigador experto no sabría discernir si se trata de una buena presentación escrita o no. Esta falla se suaviza gracias a la experiencia demostrada por MERRIL y WEST en la discusión de otros puntos vinculados con la escritura como la implicación del autor, la intertextualidad, la selección y la organización de material, y en los consejos para generar tiempos y espacios para la planificación, corrección y edición de un escrito. Los autores, asimismo, comparten su experiencia personal en torno de esta fase de la investigación; su estilo anecdótico, acaso, pueda servir de inspiración para muchos investigadores en ciernes. [19]
Para terminar esta parte del libro, se presenta un capítulo que trata dos elementos constantemente discutidos: la validez y las cuestiones éticas de la investigación. Respecto de la primera, los autores realizan un recorrido de su papel dentro de la investigación social y explican cómo ha originado rupturas incluso entre los mismos investigadores biográficos quienes, por un lado, contemplan la validez como un conteo convincente del pasado y, por otro, la establecen en la identificación de aspectos binarios como pasado/presente, investigado/investigador, representación/realidad. Asimismo, los autores establecen sus argumentos sobre la validez en el método biográfico, asentada en su posición humanista: el caso único (o muestras pequeñas), al mismo tiempo, abarca la singularidad de un individuo y su representatividad en el entramado social. En relación con las cuestiones éticas, aparte de una revisión del papel de la ética en la investigación, discuten los lineamientos que Barbara MERRIL y Linden WEST han seguido, basados en una postura feminista donde se cuestiona el papel objetivo del investigador. Finalmente, se apuntala una serie de preguntas cuyas respuestas ayudarían a la consolidación de aspectos éticos en investigaciones de corte cualitativo y que, en el salón de clases, pueden generar un debate fructífero que conlleve a la reflexión del papel jugado por los investigadores, en diferentes etapas, dentro de sus estudios. [20]
El libro de texto de MERRIL y WEST, como se ha visto, se enfoca a una área muy concreta de la investigación cualitativa, el uso de la biografía como método de indagación y comprensión del mundo. Los autores explicitan sus preferencias teóricas, disciplinarias y temáticas para diseminar a lo largo del libro su perspectiva, proveniente del feminismo donde la presencia del investigador debe evidenciarse. En gran medida, los autores ven la subjetividad del investigador como fuente interpretativa. La investigación biográfica conlleva la reflexión de la vida de otros; pero, al mismo tiempo, la reflexión sobre la vida y el trabajo del investigador. Estas características deben ser asentadas a la hora de definir si el libro se utiliza para algún programa de estudio universitario o de posgrado, pues posiblemente los lectores deberán tener lecturas previas sobre teoría sociológica, diseño y conducción de proyectos de investigación cualitativa, así como del mismo método biográfico para comprender mejor los razonamientos y las propuestas de los autores. [21]
El libro, sin lugar a dudas, funcionará de manera excepcional en cursos más especializados sobre investigación biográfica, donde las perspectivas de MERRIL y WEST puedan ser discutidas con otras cimentadas en diferentes paradigmas y disciplinas. Asimismo, investigadores insertos en el uso de biografías se verán beneficiados por un libro que ofrece ideas, anécdotas, recomendaciones, así como sugerentes cuestionamientos del papel del investigador y su bagaje sociocultural en la realización de un estudio. [22]
Una última reflexión recae en el singular ensayo realizado por MERRIL y WEST: escribir un libro de texto autobiográfico. Como señalé, esta novedad tiene sus pros y sus contras. Por un lado, la inserción de la biografía de los autores, en varias ocasiones, se tambalea al seguir las convenciones de un libro de corte didáctico. Posiblemente, la experiencia de los autores pudo ser mejor acogida en otro tipo de texto. Por otro, la experimentación de investigadores biográficos en la redacción y publicación de un libro de texto, terreno dominado por otros estudiosos, trae a la luz ciertas interrogantes sobre la forma en que asumirán la labor de consolidar su estilo de escritura en este tipo de textos. [23]
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Vanessa GARCÍA DÍAZ es estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales en El Colegio Mexiquense. Sus líneas de trabajo tratan la identidad, la educación superior, el uso de nuevas tecnologías en educación y la biografía. Actualmente, conduce una investigación sobre identidad de académicos.
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E-mail: vanessa_gd@yahoo.com
García Díaz, Vanessa (2011). Reseña: Barbara Merril & Linden West (2009). Using Biographical Methods in Social Research [23
párrafos]. Forum Qualitative Sozialforschung / Forum: Qualitative Social Research, 13(1), Art. 10,
http://nbn-resolving.de/urn:nbn:de:0114-fqs1201104.