Volumen 15, No. 1, Art. 4 – Enero 2014
Reseña:
Fernando Farías Olavarría
Ulises Toledo Nickels (2012). Socio-fenomenología. El significado de la vida social cotidiana. Chile: Pencopolitana; 590 pp.; ISBN: 978-956-345-656-1; Euro 18,00
Resumen: El epistemólogo de las ciencias sociales, Ulises TOLEDO NICKELS, desarrolla en este libro una reconstrucción racional de un grupo de reflexiones teóricas, epistemológicas, metodológicas y de resultados de investigaciones empíricas que, en el curso del siglo XX e inicios del siglo XXI, han venido decantando la constitución de una ciencia de la sociedad que tiene a la fenomenología como su núcleo firme. La intención de tal reconstrucción racional es mostrar que está retícula de manifestaciones no es caótica ni dispersa sino que, al contrario, se puede lograr una apreciación nomotética a partir de una vinculación de motivos, perspectivas y estrategias de indagación que, a juicio del autor, autoriza a defender el carácter de programa de investigación de largo aliento que esta tendencia tendría. Para dar mayor solidez a su planteamiento, se apoya en las categorías epistemológicas que constituyen a un programa de investigación científico, de acuerdo a las especificaciones aportadas por la investigación histórica de I. LAKATOS. Armado con esas categorías TOLEDO NICKELS emprende la investigación que reconstruirá politéticamente (historia interna y externa) las distintas vertientes y fases que, en su fluir, fueron construyendo este programa de investigación científico llamado socio-fenomenológico.
Palabras clave: programa de investigación; socio-fenomenología; reconstrucción racional
Índice
1. Características generales
2. Introducción
3. Estructura. Diez hitos
3.1 Prolegómenos de historia externa e interna
3.2 Fenomenología, filosofía y ciencia
3.3 Las raíces europea y americana de la quinta etapa
3.4 La ciencia social comprensiva. De WEBER a SCHÜTZ
3.5 El mundo de la vida
3.6 Los mundos del mundo de la vida
3.7 La vida social cotidiana: La realidad eminente
3.8 Intersubjetividad y acervo social de conocimientos
3.9 La estructura de significatividad del mundo social
3.10 Fenomenología de la acción social
4. Conclusiones
El libro que reseñamos es de enorme interés científico, toda vez que su tesis principal apunta a levantar evidencia de un programa de investigación en desarrollo que hasta ahora no era reconocido como tal. Más bien se consideraba que algunos de sus postulados eran contribuciones – mayores o menores – que ya se habían incorporado a diversos programas preexistentes. Para sostener su postura el autor presenta las fuentes y desarrollos de la fenomenología contemporánea que respaldan su propuesta, en un ejercicio dialéctico de historia interna e historia externa. Para ello se ayuda de su amplio conocimiento sobre las aportaciones de la fenomenología a las ciencias sociales y su escritura facilita una lectura comprensiva. [1]
Todo lo cual viene a afianzar un campo de gran relevancia para las ciencias sociales: la dimensión cualitativa inherente a la vida social. [2]
El autor presenta el texto en dos claves: por un lado como un "manual" que expone sistemáticamente los aportes de la fenomenología a las ciencias sociales. En tanto que, por otro lado, presenta su libro como una tesis sobre la existencia de un programa de investigación; aquí, los conceptos centrales de la fenomenología, el problema del sentido y de la vida cotidiana, la subjetividad y la intersubjetividad, operan de núcleo firme. El programa apunta a instituir una ciencia del mundo de la vida, donde se reserva un lugar preferente al sujeto en cuanto persona, a la interacción social como (interdependencia de socios) y a las estructuras de significado de la vida cotidiana. [3]
En ese registro se inscriben autores europeos y americanos afines a un enfoque fenomenológico cuyas acciones de investigación tuvieron efectos perdurables en las ciencias sociales; tales como: G. SIMMEL, A. VIERKANDT, M. WEBER, S. TAYLOR y R. BOGDAN, S.T. BRUYN, H. GARFINKEL, A. CICOUREL, C. GERTZ, T. LUCKMANN y P. BERGER. H. WAGNER, entre otros. Y también comprende, con matices, el amplio espectro de los estudios interaccionistas partiendo por W. THOMAS y R. PARK. [4]
En definitiva, el libro desarrolla una investigación epistemológica. Analiza prolijamente las más importantes contribuciones a las ciencias sociales que se declaran fenomenológicas o que reconocen inspirarse en esa línea de pensamiento e investigación. El autor las coteja con los criterios de la metodología de programa de investigación científica para establecer si reúnen los requisitos que permitiría considerárselas dentro de un programa de investigación unitario (LAKATOS 1993 [1978]). Dichos criterios también operan como un "filtro" que faculta discriminar, por lo tanto, no todo lo que se dice "fenomenológico" será incluido en el programa. [5]
¿A qué lectores está dirigida esta propuesta? Estudiantes de pregrado y postgrado en ciencias sociales y ciencias humanas. Público general interesado en el debate epistemológico actual acerca del status de estas ciencias. [6]
A juicio del autor, el análisis de la epistemología de los programas de investigación es un tema que frecuentemente se soslaya en los textos de metodología dejando – intencionadamente o no – la impresión que la querella cuantitativo v/s cualitativo se reduce a una cuestión de opciones técnicas y que da lo mismo estudiar los fenómenos sociales desde una perspectiva cuanti-cuali que de una cuali-cuanti. Pero TOLEDO NICKELS asevera que, en cada una de estas propuestas (cuali o cuanti), hay comprometida una diferente lógica del descubrimiento y de la justificación que, a su vez, se vinculan a distintas ontologías; lo cual, a nivel epistemológico, implica diferentes criterios de verdad, corroboración o verosimilitud. [7]
De hecho, pueden usarse técnicas cualitativas sin salirse del programa positivista. El núcleo del programa opera al modo del paradigma KUHNiano y dependiendo de las instrucciones de percepción que se derivan de tal núcleo se produce la inconmensurabilidad que hace que un investigador se interese por un fenómeno en lugar de otro, o por una situación en lugar de otra (KUHN 2006 [1962]). Lo relevante no es neutral. Se decide mediante la definición ontológica de la situación que proporciona el núcleo del programa (de carácter filosófico) y esto afecta decisivamente la elección de temas y maneras de abordarlos. El uso de técnicas cualitativas no es suficiente, se requiere vigilancia epistemológica sobre su heurística. [8]
Por cierto, TOLEDO NICKELS sostiene que todo programa de investigación que logra desarrollarse históricamente lo consigue gracias a que posee un núcleo filosófico que lo provee de potencia heurística. [9]
En diez capítulos se va desplegando, progresivamente, una retícula de temas que van configurando la estructura del programa; así los fundamentos filosóficos, ontológicos, epistemológicos y de investigación empírica, se van explicitando como en una cascada escalonada. Y los temas se van entretejiendo de manera tal, que va haciéndose lógico el soporte fenomenológico de las metodologías cualitativas, al menos, en el ámbito de la investigación microsocial. [10]
A lo largo de sus páginas queda en claro que este programa es, a la vez, teórico y empírico, porque el foco de su interés es el significado de la experiencia humana en la vida cotidiana. Su búsqueda apunta a comprender la praxis humana tal como es vivida por los agentes; trata de comprender el significado de la vida social desde el punto de vista de los actores involucrados y teoriza sobre ello, manteniéndose fiel a sus significados. [11]
Sin ceder a los sobreentendidos, el texto va entretejiendo los razonamientos y las corroboraciones fácticas que evidencian su progresiva concreción y, al mismo tiempo, invita a una exploración de las posibilidades heurísticas. [12]
3.1 Prolegómenos de historia externa e interna
El primer capítulo analiza la estructura formal de la metodología de los programas de investigación científica para validar la operación teórica llamada reconstrucción racional de un programa de investigación (LAKATOS 2001 [1971]). Ahí se establecen las condiciones para la conversión de una serie histórica de teorías científicas y procedimientos de investigación relativamente autónomos y dispersos, en cuanto a su contenido, en un cuerpo consistente y relativamente uniforme de conocimiento científico. [13]
Y ahí se analizan los méritos de la operación denominada reconstrucción racional de un programa que aquí se aplica a la fenomenología en cuanto programa de investigación científico social. Para ello se examina con atención la manera en que comienza a constituirse la fenomenología de la actitud natural, primero en continuidad y luego en ruptura, con la ortodoxia fenomenológica, Así, hasta llegar a la propuesta de una nueva ciencia social comprensiva. Le sigue, el análisis de las dificultades y rechazos con que se encontró el incipiente programa en la vereda de la tribu de los sociólogos. El capítulo funge al modo de prolegómenos de historia externa e historia interna del programa. [14]
3.2 Fenomenología, filosofía y ciencia
El segundo capítulo, pasa revista al desarrollo de la fenomenología a partir de HUSSERL. Se estudia cómo se ha ido produciendo el proceso de diferenciación que escinde a la fenomenología en cuatro etapas filosóficas bien delimitadas y se distingue una quinta etapa que acoge un amplio espectro de disciplinas socio-culturales. Ahí se descubre el punto de origen de dos tradiciones cualitativas que, a fines del siglo XX, vuelven a confluir en la configuración de una imberbe socio-fenomenología. [15]
3.3 Las raíces europea y americana de la quinta etapa
El devenir de la quinta etapa de la fenomenología se estudia cumplidamente en el tercer capítulo. El sello social caracteriza esta etapa, con un énfasis interpretativo-comprensivo de los fenómenos sociales. El capítulo estudia las vertientes americana y europea de inicios de siglo XX, donde destacan las figuras de G. SIMMEL y VIERKANDT, junto a W. THOMAS y R. PARK. [16]
3.4 La ciencia social comprensiva. De WEBER a SCHÜTZ
El cuarto capítulo, analiza la constitución de la ciencia social comprensiva que evoluciona desde Max WEBER (1965 [1958], 1996 [1922]) a Alfred SCHÜTZ. En efecto, la fenomenología SCHÜTZiana profundiza la propuesta de WEBERiana – a la cual introduce modificaciones – respecto de la construcción de los tipos ideales como uno de los recursos metodológicos originales de una ciencia social comprensiva, que se atiene al sentido de las acciones sociales concretas, bajo los postulados de la racionalidad, la razonabilidad y la sensatez (SCHÜTZ 1977). [17]
El tema de estudio de la ciencia social es el mundo social tal como aparece al hombre en sus interacciones cotidianas. De manera que el investigador en ciencias sociales se encuentra con un mundo ya construido. La ciencia social se concibe como una exploración y descripción profunda de los principios y los mecanismos de organización del mundo social efectuado por los actores sociales; es decir, esclarece los procedimientos de construcción del (los) mundo(s) en el seno de la actitud natural y en el horizonte del mundo de la vida. Y eso lo hace premunido de los postulados epistémico-metodológicos que van a dar lugar a la metodología de la observación participante y a la metodología de los tipos ideales. [18]
El capítulo quinto, aborda el tema del mundo de la vida [Lebenswelt] que abarca la totalidad de nuestras maneras de vivenciar y experienciar y, por lo mismo, constituye el principal referente de la vida social. Basándose en HUSSERL y SCHÜTZ, el autor sostiene que la noción mundo de la vida tiene una doble implicación, por una parte refiere a una estructura invariante y, por otra, al mundo circundante cotidiano (Umwelt). De ahí que exista un cierto contrapunto entre la estructura invariante del mundo de la vida y la variedad de los mundos circundante de los diversos pueblos y de las diversas épocas, en su simple factualidad. HUSSERL delineó una distinción fundamental entre el mundo de la vida – Lebenswelt – en tanto horizonte infinito y los acotados Umwelt de las comunidades históricas socio-culturales, siempre marcadas por la finitud. En el libro se estudian ambas dimensiones reservando la expresión mundo de la vida para la estructura invariante y se habla de mundo de la vida cotidiana para referirse al plano Umwelt (u otros ámbitos finitos de sentido o subuniversos simbólicos) que tienen al mundo de la vida como trasfondo (SCHÜTZ 1993 [1932]). [19]
No obstante, la fenomenología exige que el científico no solo describa sino que cuestione el mundo (HUSSERL 1991 [1954]). Exige una actitud que pone en cuestión la obviedad y la naturalización de las nociones en las que hemos sido educados. Es decir, nos propone cuestionar nuestra cultura y la supuesta legitimidad de nuestro modo habitual de mirar y de estar en el mundo. Esta invitación no se restringe a los occidentales ni a los miembros de las sociedades industrializadas, se dirige a todos los sujetos de todas las culturas. [20]
La crítica fenomenológica es radical. Insta a dejar de lado todo lo que nos han enseñado que son las cosas, para poder verlas, libres de prejuicios, en su manifestarse originario. Lo cual requiere poner entre paréntesis nuestro saber previo y empezar una indagación que no dé por sabido nada que no pueda ser mostrado con evidencia, en un retorno hacia aquellos estratos elementales, que fundan y posibilitan la existencia de los fenómenos. En ese entendido la rigurosidad propuesta impone un regreso a los orígenes y esa es la tarea filosófica que asume la fenomenología, en mérito de la cual se erige en ciencia estricta. [21]
No obstante, para la fenomenología, la simple y llana vivencia de los actores de carne y hueso es el auténtico origen del sentido de toda praxis científica y es la única fuente de una auténtica teoría comprensiva-explicativa del mundo de la vida. El autor extrae las consecuencias que esto tiene para el programa de investigación de la socio-fenomenología. [22]
3.6 Los mundos del mundo de la vida
En el capítulo sexto, se continúa el análisis del Lebenswelt en tanto horizonte de múltiples formas de realidad que las diversas actitudes vivenciales y cognoscitivas logran configurar. Cada una delimita un ámbito finito de significado que cuenta con criterios propios de legitimación y justificación. Por esa razón, el análisis socio-fenomenológico también aplica la categoría realidad a los fenómenos imaginarios cuando éstos aparecen dotados de una fuerte consistencia fundada en el principio pragmático: lo que no es contradicho es asumido ipso facto como realidad (SCHÜTZ 2003 [1962]). [23]
El eje articulador que unifica las experiencias en una provincia de la realidad es el estilo cognoscitivo. Por ello, al describir las cualidades y características de una tal provincia (o sub-universo significativo), lo más apropiado es partir por el análisis de su estilo cognoscitivo que, en definitiva, consiste en la manera específica de percibir y apercibir los objetos y asignarles sentido; para ello es relevante prestar atención a la forma de organizar y armonizar las experiencias en un ámbito dado. [24]
Las perspectivas intencionales que se despliegan en una u otra de las provincias de la realidad son delimitadas por un cierto índice de significatividad que las hace internamente consistentes y compatibles (conmensurables) con todas las otras perspectivas intencionales que pudieran generarse dentro de la misma provincia. En consecuencia, si nuestras experiencias comparten ese estilo no entrarán en contradicción y le confirmaremos el acento de realidad al ámbito en cuestión. Dado lo cual se asume, ipso facto, con el sello de lo obviamente real. [25]
En virtud de ese mecanismo, comienzan a perfilarse los diversos mundos sociales con sus efectuaciones y ejecuciones y también el mundo de los sueños, el de la fantasía, el del juego, el de la locura o el de la contemplación teorética, entre otros. [26]
Por otra parte, cuando un ámbito finito de sentido está dotado del acento de realidad sólo las experiencias que se dan dentro de él son reales y las eventuales experiencias que se pudieran producir en los otros ámbitos son ficticias por antonomasia. Que los ámbitos sean finitos implica que el alcance del sentido que genera su estilo cognoscitivo se limita a las situaciones y a las experiencias factibles en esa específica provincia de la realidad. [27]
3.7 La vida social cotidiana: La realidad eminente
En el capítulo séptimo, se analiza la ontología del mundo de la vida cotidiana la que se concibe como realidad eminente. Ahora bien, si conectamos con el capítulo anterior, comprobamos que la noción de mundo social que se desprende de aquí es la de una red abierta de actores que colaboran en torno de ciertas actividades y temas específicos que, gracias al estrecho tejido de relaciones que van configurando, permite el florecimiento de una zona diferenciada de significatividad caracterizada por un estilo cognoscitivo claramente identificable, el así llamado: razonamiento mundano o sentido común. [28]
Es la razonabilidad – antes que la racionalidad – la que predomina en la vida cotidiana y ella es situacional o indexical y eso implica aceptar que una actividad razonable en un determinado contexto (como práctica de una comunidad), puede ser legítimamente etiquetada de irracional si ocurre en otro contexto. Por consiguiente, lo que en el plano del sentido común se puede designar como acción racional, siempre se encuadra dentro de un marco de tipicidades – motivos, medios, fines, cursos de acción – presupuestos y no determinados de modo estricto. Sin embargo, esas tipicidades no sólo las presupone el actor sino que también lo hacen sus consocios con los cuales el actor interactúa. [29]
Harold GARFINKEL se refiere a las prácticas de los actores sociales con la expresión etnométodos, o sea, los métodos que usan los agentes sociales para constituir y mantener la precaria estabilidad de la realidad en que vivimos. (GARFINKEL 1999 [1967]). Se investiga entonces la forma como los sujetos construyen el fondo ontológico que les permite superar el desfondamiento y la sensación de angustia que proviene de la ansiedad fundamental. En esta perspectiva las estructuras normadas de las relaciones sociales pasan a ser secundarias respecto del trabajo de construcción mediante el cual el mundo de la vida cotidiana se establece como realidad (SCHÜTZ 1974 [1964]). [30]
3.8 Intersubjetividad y acervo social de conocimientos
En el capítulo octavo, se estudian las condiciones estructurales que posibilitan la sociedad como realidad sui generis. Aquí se busca responder a la crucial pregunta de G. SIMMEL (1986 [1908]). ¿Cómo es posible la sociedad? Ella es una pregunta socio-fenomenológica por antonomasia que, para efectos de la investigación, se la ha reformulado de la siguiente manera: ¿Cómo se construye la sociedad? Para responder esta interrogante se dilucida la incumbencia de la intersubjetividad y el rol del acervo de conocimiento social, en la constitución y conservación de las políticas de realidad (o acento de realidad). [31]
3.9 La estructura de significatividad del mundo social
En el capítulo noveno, se indaga por las estructuras significativas del mundo social que no son visibles de inmediato, aunque el actor social viva en ellas como el pez en el agua. Pero, al igual que el pez de profundidad nunca llega a saber que su vida se desenvuelve en un océano, el actor social – viviendo en el marco de la obviedad y la naturalización – no alcanza a percatarse que existen estructuras que, de una u otra manera, esquematizan la textura de su mundo de la vida. Estructuras, por cierto, que han sido construidas y sostenidas por sus predecesores, sus consocios, sus contemporáneos, y por él mismo. [32]
3.10 Fenomenología de la acción social
En el décimo capítulo, se lleva a efecto una descripción profunda de la acción social, elemento gravitante del programa donde confluyen y se aplican todos los saberes recogidos en los capítulos anteriores. En especial se rescatan los descubrimientos de la fenomenología trascendental respecto del fenómeno de la experiencia y del fenómeno horizonte, que aquí se aplican al ámbito de la vida social cotidiana. [33]
El Profesor Ulises TOLEDO NICKELS desarrolla, en este libro, una línea argumentativa coherente y bien articulada en torno a un eje histórico-epistemológico, a través del cual despliega claramente su tesis y logra delinear un convincente programa de investigación socio-fenomenológico. Claramente nos encontramos con una investigación epistemológica bien cumplida. [34]
La selección de autores y sus aportes teóricos y epistemológicos, aunque numerosa, es estrictamente referida a la tesis del libro, lo que pone el énfasis en la relación entre ellos más que en una descripción detallada de cada uno. Dicha relación queda rigurosamente explicada tanto argumentativa como estructuralmente. [35]
El ordenamiento de los capítulos, por una parte, expone una vinculación epistemológica bien justificada entre uno y otro, al mismo tiempo que el desarrollo de cada capítulo permite tipologías, historizaciones, contrapuntos, contextualizaciones y distinciones, que van dando respuesta a las interrogantes centrales planteadas por el autor. [36]
El lenguaje del libro es riguroso y sujeto a los enclaves conceptuales de cada uno de los distintos niveles abordados (epistemológico, teórico e investigativo). Además, explica con precisión conceptos de gran complejidad. Asimismo, la escritura posee un estilo que permite la comprensión de las temáticas desarrolladas, sea de entendidos que de novatos, puesto que su estilo introductorio avanza sobre la intención de "manual". [37]
Finalmente, la claridad es, tal vez, el mayor mérito del texto y lo convierte en un documento adaptable a usos pedagógicos, al mismo tiempo que el acertado y explícito afán reconstructivo y esclarecedor, hacen de la escritura un plan interesante tanto para académicos e investigadores como para estudiantes de cursos superiores. [38]
En este mismo respecto cabe destacar la calidad de la bibliografía que es rica y extensa; apuntando, como su autor lo plantea, a cumplir la función de un texto de referencia (manual) en la materia tratada. [39]
Garfinkel, Harold (1999 [1967]). Studies in ethnomethodology. Cambridge: Polity Press.
Husserl, Edmund (1991 [1954]). La crisis de las ciencias Europeas y la fenomenología trascendental. Barcelona: Crítica.
Kuhn, Thomas (2006 [1962]). La estructura de las revoluciones científicas. Santiago: FCE.
Lakatos, Imre (1993 [1978]). La metodología de los programas de investigación científica. Madrid: Alianza.
Lakatos, Imre (2001 [1971]). Historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales. Madrid: Tecnos.
Schütz, Alfred (1974 [1964]). Estudios sobre teoría social. Buenos Aires: Amorrortu.
Schütz, Alfred (1977). Husserl and his influence on me. Annals of Phenomenological Sociology, 2, 40-44.
Schütz, Alfred (1993 [1932]). La construcción significativa del mundo social. Introducción a la sociología comprensiva. Barcelona: Paidós.
Schütz, Alfred (2003 [1962]). El problema de la realidad social. Buenos Aires: Amorrortu.
Simmel, George (1986 [1908]). Sociología. Estudios sobre las formas de socialización. Madrid: Alianza.
Weber, Max (1965 [1958]). Essais sur la théorie de la science. Paris: Plon.
Weber, Max (1996 [1922]). Economía y sociedad. México, D.F.: FCE.
Fernando FARÍAS OLAVARRÍA, Académico del Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Educación y Humanidades, Universidad del Bío-Bío, Concepción, Chile. Sus líneas de investigación se encuentran en metodología de la investigación, epistemología de las ciencias sociales.
Contacto:
Fernando Farías Olavarría
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Farías Olavarría, Fernando (2013). Reseña: Ulises Toledo Nickels (2012). Socio-fenomenología. El significado de la vida social cotidiana [39 párrafos]. Forum Qualitative Sozialforschung / Forum: Qualitative Social Research, 15(1), Art. 4, http://nbn-resolving.de/urn:nbn:de:0114-fqs140144.