Volumen 5, No. 3, Art. 22 – Septiembre 2004

"La investigación es trabajo duro, siempre está ligada a cierta dosis de sufrimiento. De ahí que por otro lado, deba ser entretenida, divertida"

Anselm Strauss en conversación con Heiner Legewie y Barbara Schervier-Legewie

Resumen: En una entrevista realizada en 1994 el sociólogo Anselm STRAUSS describe su biografía intelectual, su desarrollo marcado por el pragmatismo americano, así como su influencia sobre la sociología interaccionista de 1940 a 1990. Durante la entrevista se abordan la evolución de la metodología de la Teoría Fundamentada, sus diversos estudios sobre sociología del trabajo, de la organización, de la salud y su teoría de la acción. Finalmente y haciendo un balance personal de su vida, STRAUSS enfatiza su compromiso emancipatorio con el liberalismo americano y su apasionado interés por explorar diversos retos vitales humanos tales como el morir, las enfermedades psíquicas o las crónicas.

En el apéndice se encuentran además de un breve resumen en el que se describe cómo Anselm supervisa una investigación, un archivo en audio con la entrevista original completa (en inglés), por ende mucho más detallada que los extractos de la misma publicados a continuación.

Palabras clave: Anselm Strauss, biografía intelectual, historia de la ciencia, interaccionismo, Teoría Fundamentada, sociología del trabajo, de la organización y de la salud, teoría de la acción, balance de vida

Índice

Acerca de la entrevista

Sobre Anselm STRAUSS

1. Cómo uno se convierte en científico social

2. Chicago y el pragmatismo

3. Sociología y psicología social

4. Interacción y estructura

5. Investigación de campo

6. Teoría Fundamentada

7. Evolución e influencias del método

8. Investigaciones y estudios recientes

9. Balance personal

Apéndice 1: Anselm STRAUSS como supervisor

Apéndice 2: Archivo audio (en inglés) de la entrevista original

Galeria

Notas

Referencias

Autores

Cita

 

Acerca de la entrevista1)

Tras el primer encuentro de Heiner con Anselm STRAUSS en verano de 1990 (ver fotografías) aprovechamos nuestra estancia en Berkeley por motivo de una investigación, para reunirnos con Anselm en mayo de 1994. En esa ocasión mantuvimos largas y distendidas conversaciones con Anselm, teniendo además la oportunidad de verle en acción, impartiendo clases en un seminario al igual que su domicilio en la Moore Place. La angosta casa que constaba de dos pisos nos fascinó por su ambiente tan sereno y acogedor, la multitud de obras de arte moderno que decoraban su interior y el afecto y la viveza que desprendían sus habitantes. Fran y Anselm llevaban casados 54 años por aquel entonces. Realmente resultaba muy tierno y refrescante observar a esta pareja y su trato siempre cariñoso. Fran es tres años menor que su marido, muy activa y de un temperamento vivo, que saca a relucir especialmente durante las conversaciones. Lamentablemente, dado que para aquella ocasión había acordado acudir como buena defensora de los derechos humanos y civiles a una reunión de su "Grupo por los Derechos Civiles" (Civil right group), no le fue posible asistir a nuestra entrevista ni a la posterior velada. Anselm es de temperamento latino. Durante las conversaciones suele gesticular mucho. De él nos sorprendió su capacidad de escuchar atentamente e interrogar con gran énfasis, pero con delicadeza, y su gran sentido del humor. La entrevista prosiguió tras nuestra visita, pues Anselm contestó pacientemente por correo electrónico a todas las cuestiones que en esa ocasión habían quedado en el tintero. [1]

La entrevista publicada originalmente en el Journal für Psychologie alemán en 1995 es una versión diseñada para ser publicada, por lo que difiere sustancialmente de lo que podría denominarse como el protocolo transcrito de la conversación en su totalidad. Es decir, en lo que continúa hemos suprimido grandes partes de la conversación, en algunos casos hemos alterado la cronología de los temas tratados y hemos completado la información con datos que Anselm nos facilitó posteriormente por correo electrónico. [2]

El archivo audio con la conversación original completa (en inglés) contenido en el apéndice 2, y que por primera vez hacemos con ello accesible públicamente, requiere ser escuchada pacientemente, pues el interlocutor principal, Anselm, tenía por aquel entonces, a raíz de problemas de corazón recientes, una voz muy débil, además de nuestro inglés deficiente. A pesar de los inconvenientes mencionados hemos accedido a la petición de la Redacción de FQS de publicar igualmente este archivo audio, convencidos de que se trata de un material de indudable interés histórico general, además de que permite tener una imagen más viva de Anselm como persona. [3]

Sobre Anselm STRAUSS

"En la realidad social nos enfrentamos a un universo en incesante proceso y evolución, incapaz de permanecer inmóvil. Se trata de un universo en proceso de desaparición, descomposición y fragmentación, pero igualmente y por otra parte de aparición, creación y fusión. Este universo no viene determinado estrictamente. Ello no quita que seamos capaces de en parte captarlo mediante un análisis naturalista – incluyendo indudablemente el fenómeno, que los propios humanos participan activamente en la creación de aquellas estructuras que forman sus vidas."

Con este párrafo Anselm STRAUSS introduce su monografía sobre la teoría interaccionista de la acción ("Continual Permutations of Action", 1993). Para STRAUSS las normas que regulan la convivencia humana no vienen dadas como tales, sino que requieren ser establecidas, mantenidas y transformadas siempre de nuevo durante la interacción en un acto de negociación, cambiante según la situación concreta. Describir y analizar estos procesos es, de acuerdo con ello, la tarea fundamental de la investigación social. En su primera gran investigación de campo, llevada a cabo durante los años 50 en diversas instituciones psiquiátricas en Chicago y en las que se estudiaron los actos de coordinación (véase "Psychiatric Ideologies and Institutions, 1961), STRAUSS acuñó el término de "orden negociado" (negociated order), un concepto fundamental para sus investigaciones posteriores y que a su vez posibilitó las primeras impresiones sobre cómo llegar a desarrollar, fundamentar una teoría. Para STRAUSS los conceptos teóricos deben de estar, independientemente de su grado de abstracción, necesariamente "empíricamente saturados". Es decir, los conceptos teóricos deben estar fundamentados (grounded) en la observación e investigación de campo, por lo que STRAUSS denominó su estilo de pensamiento e investigación como "Teoría Fundamentada" (Grounded Theory). [4]

Anselm – así le llaman sus amigos y alumnos – nació en 1916 en Nueva York como nieto de un inmigrante judío que provenía de Alemania, y creció en el suburbio de Mount Vernon. De 1935 a 1944 estudió sociología en las universidades de Virginia y Chicago, centros fundamentales de la así denominada "Escuela de Chicago" (Chicago School), impregnada por el espíritu del pragmatismo y el interaccionismo simbólico. Estos fundamentos acompañarían a STRAUSS durante su posterior carrera científica. Tras algunos de años de investigación y docencia en diversas universidades, entre otras finalmente la de Chicago, STRAUSS accede en 1960 a una cátedra en la "School of Nursing" de la universidad de California en San Francisco, fundando allí el Departamento de Ciencias Sociales y de la Conducta (Department of Social and Behavioral Sciences). Ahí permanecerá hasta ser emérito en 1987, continuando también después de esta fecha con sus labores de investigación, publicación y docencia, entre los que habría que contar sus ya legendarios seminarios de investigación a los que a lo largo del tiempo acudieron – en un acto de peregrinación – incontables sociólogos y psicólogos alemanes. [5]

STRAUSS falleció el 5 de septiembre de 1996 a causa de un mal cardiaco, con el que había aprendido a vivir desde los años 70. El día anterior a su muerte había finalizado la corrección de su trigésimo segundo libro. [6]

STRAUSS inició su carrera científica con diversos estudios que se dejarían agrupar bajo la psicología social. Su primer libro fue publicado conjuntamente con Alfred LINDESMITH en 1949 como "Social Psychology". Este mismo volumen fue reeditado y actualizado en la séptima edición (1991) por un tercer co-autor, Norman DENZIN. Sin duda sería oportuno plantearse una nueva traducción [al alemán, de la que ya hay una que data de 1974 y que fue publicada con el título de "Symbolische Bedingungen der Sozialisation – Eine Sozialpsychologie". No existe traducción al castellano hasta la fecha]. Además de por sus diversos libros sobre la Teoría Fundamentada, STRAUSS es conocido para el público de habla alemana especialmente por su obra "Mirror and Masks" de 1959 (traducción al castellano en 1977), donde se puede percibir perfectamente cómo para STRAUSS la frontera disciplinaria entre sociología y psicología resulta ser insignificante. Es realmente sorprendente comprobar que este libro – con su manifiesta repulsa del concepto principal de ERIKSON – y su idea de una constante "refundición" por medio de redefiniciones de identidades, no haya encontrado el eco que merece en la incesante discusión sobre la "identidad postmoderna". [7]

Los estudios más destacados de STRAUSS se refieren a cuestiones metódicas de la investigación cualitativa – especialmente el desarrollo de la Teoría Fundamentada – mientras que sus investigaciones se centran en la organización del trabajo en los hospitales, el trato con el cuerpo, el dolor, las enfermedades crónicas y el morir. Cabría mencionar igualmente sus investigaciones encasilladas en la sociología del trabajo y de la ciudad, sus pasajes sobre el estatus, sus innumerables propuestas prácticas para reformas del sistema sanitario y finalmente sus escritos teóricos. [8]

Una característica fundamental de su pensar y trabajar – e inusual para los científicos que suelen investigar con métodos cualitativos – es el empeño en buscar conceptos teóricos fundamentados empíricamente. Entre los diversos conceptos que STRAUSS desarrolló durante y a raíz de sus investigaciones empíricas cabría destacar los siguientes:

Mientras que el interés por los trabajos teóricos y empíricos de Anselm STRAUSS crece paulatinamente en la sociología alemana, en la psicología éstos siguen sin merecer la misma atención que se suele prestar a sus estudios sobre la Teoría Fundamentada. Una útil fuente de información sobre la recepción de la obra de STRAUSS en Alemania y Europa en general es la Memorial Conference de Magdeburgo celebrada en 1999 y que llevaba por título: "Anselm Strauss as theoretician: the impact of his thinking on German and European social sciences" (véase http://www.ucsf.edu/anselmstrauss/pdf/mem-magdeburg.pdf). Recientemente Jörg STRÜBING ha publicado dos destacados libros, en los que se esclarecen los fundamentos teóricos y epistemológicos de la Teoría Fundamentada de Anselm STRAUSS (véase STRÜBING 2002, 2004). Una inagotable fuente siempre actual de informaciones referentes a la biografía y las obras de STRAUSS es la página web Anselm-Strauss. [10]

1. Cómo uno se convierte en científico social

H.L.2): Anselm, nuestras preguntas se van a centrar en su carrera profesional como sociólogo y el desarrollo de sus conceptos teóricos. Hablemos de sus orígenes: cómo llegó a ser sociólogo, cómo uno se convierte en científico social? [11]

A.S.: Por aquel entonces yo era un chaval de suburbio. Nací en la ciudad de Nueva York, pero pronto nos mudamos a Mount Vermon, un barrio periférico de Nueva York en Westchester County, un típico "barrio dormitorio" para gente de la clase media. Mi padre era profesor de educación física en un instituto (High School) de Nueva York. En casa de mis padres me eduqué en un ambiente marcado por un vivo intercambio intelectual: libros, discusiones, no necesariamente a un nivel erudito, pero en cualquier caso estimulantes. [12]

Mis abuelos habían emigrado de Alemania: judíos alemanes que habían inmigrado a los EEUU ahí por los años 1860 o 1870. Gracias a mi abuela conozco todavía algunas palabras en alemán y en yiddisch [lengua judeoalemana], que aprendí en su día cuando yo tendría unos cinco o seis años. A pesar de todo creo que nosotros éramos más que una familia de inmigrantes una típica familia americana, yo era más bien un niño americano que uno de una familia de inmigrantes. Empero, el ambiente familiar era muy relajado y placentero – nada de ese estrés tan típicamente americano. El judaísmo no tuvo apenas influencia en mi desarrollo personal. Aunque yo era judío, nunca desarrollé profundo sentimiento religioso alguno. [13]

Dado que yo sufría de repetidos problemas respiratorios, me aconsejaron, tras haber finalizado el instituto (High School), asentarme en un clima más cálido, sureño. Los médicos decían que lo mejor sería irse a Arizona, pero para mí eso estaba demasiado lejos. Así que finalmente decidí ir al College de Virginia. Como chaval ingenuo que era, no tenía muy clara la dirección en la que quería ir, qué hacer con mi vida. Pensé en estudiar medicina: después de haber vivido en mi propio cuerpo tantas operaciones de nariz y de seno nasal lateral quería ser cirujano. Aunque tenía talento para las ciencias naturales, éstas me aburrían terriblemente. Así que finalmente decidí cursar Humanidades, sociología y psicología. Ahí me empecé a interesar por cuestiones metodológicas y metódicas. La lógica me aburría, pero los aspectos referentes a la metodología me apasionaban, en parte porque había tantos ejemplos. A raíz de esta experiencia empecé a pensar en ser científico, una idea escabrosa teniendo en cuenta mi procedencia. Evidentemente yo tenía por aquel entonces una imagen de la ciencia un tanto idealizada, marcada por los libros de personalidades tales como Madame Curie. [14]

2. Chicago y el pragmatismo

Por aquellas fechas yo cursaba clases estupendas en sociología y psicología. Las dos facultades me apasionaban. Mi profesor en sociología era alumno de Ezra PARK, aquél sociólogo tan carismático en el Chicago de los años 20. Por esa vía tuve mi primer contacto con la investigación de campo típica de la Escuela de Chicago. Leí "The Polish Peasant in Europe and America" de THOMAS y ZANIECKI. De ese modo aprendí, cómo la investigación puede estar fundamentada empíricamente. [15]

En ese mismo tiempo empecé a estudiar la filosofía del pragmatismo americano, especialmente la de John DEWEY, sin poder, sin embargo, intuir por aquel entonces la decisiva influencia que estos estudios tendrían sobre mi pensamiento posterior. Ya en el año 1896 DEWEY había atacado ferozmente en un conocido artículo sobre el arco reflejo de la psicología, la psicología conductista con su esquema estímulo-respuesta. En su libro "Human Nature and Counduct" (1922), que leían y discutían los sociólogos de Chicago, DEWEY desarrolló un esquema de la acción humana, en el que acción y experiencia eran conceptuados principalmente como procesos principalmente movidos por la rutina. Sólo en caso de que la rutina se quebrante por algún tipo de alteración, comienzan los procesos mentales tales como el idear, hacer planes o tomar decisiones, lo que lleva a una reorganización del flujo de la acción. En todo ello la interacción resulta ser de suma importancia, tanto para el desarrollo de la acción como para el Yo (self) y el mundo. El modelo de acción interaccionista estaba fuertemente ligado a una decidida posición anti-dualista: ¡nada de separar cuerpo y mente, real e ideal, valores y hechos! Este modelo de acción servía igualmente como base para diversas reformas sociales y políticas que incumben a la educación, el arte, la ciencia, la moral o la religión. [16]

Tras mi paso por el College inicialmente no sabía qué materia seguir estudiando. El psicólogo se acercó a mí y me dijo, que el examen en psicología tendría poco valor, pues sería arduo y complicado encontrar un trabajo con la licenciatura de psicología en el bolsillo. En contra, el sociólogo me dijo: "Si usted quiere ser sociólogo le recomendaría ir a estudiar a mi antigua universidad, la de Chicago. Pero le advierto: en sociología no hay judíos". Esta advertencia resultó ser superflua, puesto que al finalizar la guerra muchos de los hombres que volvían de ella retornaban con hambre y ansias de investigar la naturaleza humana y la sociedad, y entre éstos se encontraban igualmente muchos judíos, que decidieron probar su suerte en la sociología. Muchos de ellos se convirtieron posteriormente, en los años 50, en excelentes sociólogos. [17]

Mi principal instructor y maestro en Chicago fue Herbert BLUMER, el laureado interaccionista. En un artículo de 1937 titulado "Social Psychology", BLUMER había acuñado el concepto de "interaccionismo simbólico", un término que ciertos sociólogos afines a la sociología de Chicago apreciaron como poco afortunado, por lo que lo rechazaron como una etiqueta que los incluyera. BLUMER era una persona de lo más carismática, un hombre imponente – en su juventud había sido jugador de fútbol americano – con una voz poderosa. Yo trabajé estrechamente con él, convirtiéndome en algo así como su asistente, por lo que entré en su círculo de influencias más estrecho. [18]

BLUMER fue el que me introdujo en la obra de George Herbert Mead "Mind, Self and Society" (1934). La aportación de MEAD al interaccionismo es generalmente conocida. MEAD enriqueció el modelo de acción interaccionista con diversos elementos: su diferenciación de fases de la acción, su concepción radical de la complejidad y flexibilidad de la acción, sus análisis de la interacción social y de las múltiples perspectivas de los actores, su concepto del Yo (self) como un proceso que incluye la reflexión y la interacción de "I" y "Me" y, finalmente, la acentuación del cuerpo y la temporalidad. [19]

Los sociólogos de Chicago partían principalmente de este modelo de acción derivado del ideario pragmatista y de la psicología social de Mead, sirviéndose de éste como fundamento teórico y redirigiéndolo para el fin de sus propias investigaciones. Con los pragmatistas compartían igualmente ciertas ansias de reforma social. Pero a diferencia de otros movimientos ideológicamente dirigidos, los sociólogos de Chicago se veían movidos por la convicción de que las reformas sólo podían ser llevadas a buen puerto, si éstas eran guiadas por un exhaustivo análisis científico. La ciudad de Chicago, que sufrió en un corto espacio de tiempo una expansión increíble, lo cual causó diversos problemas sociales y étnicos, era un campo de investigación propicio. De ello dan fe la enorme cantidad de estudios sociológicos que se llevaron a cabo durante aquel periodo. BLUMER fue el que me llevó a analizar con una visión más crítica la labor desarrollada por nuestra disciplina. Él me asesoró durante mi trabajo de fin de carrera, la "tesis de Maestría", en el que tematicé el entonces muy arraigado concepto de "actitud". En aquella ocasión critiqué los conceptos habituales para medir actitudes, puesto que a mi modo de ver se fundamentaban en teorías confusas, amorfas y estrechas. [20]

Todo esto fue de 1940-44. En ese periodo la mayoría de mis compañeros fueron llamados a filas por motivo de la guerra. Debido a mi frágil salud yo nunca fui alistado. Ello me posibilitó seguir trabajando aún durante la guerra, primero junto a BLUMER y después bajo la tutela de Ernest BURGESS, director de mi tesis doctoral sobre la elección de pareja – en parte gracias a entrevistas, en parte con ayuda de cuestionarios. Ello me brindó la oportunidad de trabajar por única vez en mi vida con métodos cuantitativos. Empero, esta experiencia no tendría influencia alguna en mi desarrollo posterior. [21]

3. Sociología y psicología social

A.S.: De 1944 a 1947 ejercí como profesor en un pequeño College en Wisconsin. Ahí completé una investigación fuertemente influenciada por las ideas de BLUMER en la que analicé la fantasía y el soñar despierto. Ese caso fue de gran importancia para mi biografía: Yo había completado un fantástico corpus de datos que mis estudiantes habían recogido, pero no tenía idea alguna de cómo evaluar todos esos datos. Las técnicas que había aprendido durante mi formación sociológica eran insuficientes, pero los métodos y las escalas psicológicas tampoco me parecían adecuados en ese caso. BLUMER no había desarrollado método alguno. Él solía decir: "¡Haz con los datos lo que te venga en gana!" [22]

B.S.: ¿Y de ese modo usted se convirtió en su propio maestro en lo que al método se refiere? [23]

A.S.: No, a esas alturas todavía no. Este estudio nunca fue publicado, salvo algunos comentarios marginales que se fundamentan en él y que incluí en "Mirror and Masks" en el capítulo que trata el fenómeno del soñar despierto. Más tarde en mi libro sobre la teoría de la acción me apoyé más exhaustivamente en los resultados de aquella investigación, para mostrar el entretejimiento entre procesos cognitivos y procesos biográficos en un caso ejemplar. [24]

Después de abandonar Wisconsin comencé a trabajar en la Universidad de Indiana. Ahí me encontré a Alfred LINDESMITH, una persona importante para comprender mi biografía. LINDESMITH procedía de Chicago y había publicado un maravilloso libro sobre la adicción al opio. Sus estudios estaban orientados hacia la psicología social, así que publicamos conjuntamente un libro sobre psicología social ("Social Psychology", 1949). Antiguamente los autores de publicaciones que se dejarían encasillar bajo la psicología social eran tanto sociólogos como psicólogos. Además, cuando uno publicaba en ese entonces, se estaba realmente convencido de lo que se hacía y lo hacía a plena conciencia, no como hoy, donde los autores de manuales se ponen manos a la obra a las bravas, con el simple fin de hacer caja. Nunca llegamos a pensar que ese libro conjunto llegaría a hacernos famosos, pero de hecho este nuestro manual fue traducido al sueco, alemán, japonés y algún idioma más. [25]

H.L.: Sí, sí, me recuerdo perfectamente de ese libro [publicado en alemán como "Symbolische Bedingungen der Sozialisation – Eine Sozialpsychologie", 1974]. En mi caso fue importante, porqué me abrió la perspectiva del interaccionismo simbólico desde la óptica de la psicología. [26]

A.S.: En el libro esclarecemos las implicaciones social-psicológicas de MEAD, el significado del lenguaje para la percepción, la memoria, la socialización, el concepto que tiene uno de sí mismo, para la comunicación y los procesos de grupos, la desorganización, el conflicto, la desviación. Todo el libro se encuentra en oposición a los conceptos conductistas, pero igualmente en contra de la mezcla ecléctica entre sociología y psicología por aquél entonces tan de moda en la psicología social. [27]

H.L.: El libro sigue siendo de indudable actualidad. ¿No hubo recientemente una reedición? [28]

A.S.: En 1973 invitamos al joven Norman DENZIN a participar como coautor. Estábamos aquí sentados, aquí en la terraza y revisamos el libro de arriba abajo. Lo hemos escrito prácticamente de nuevo. Desde entonces es DENZIN el que se encarga de publicarlo de nuevo (7ª edición en 1991). [29]

H.L.: Un libro que sería redescubierto en Alemania recientemente. [30]

A.S.: Posiblemente la relación entre sociología y psicología social para la Escuela de Chicago sea de interés para los lectores de su revista. William THOMAS tenía en el "Polish Peasant" un marcado interés social-pscicológico. Él es el que desarrolló el concepto de definición de la situación en la comunicación. THOMAS fue el que convenció a Ezra PARK para que se viniera a Chicago y él fue por así decirlo el padre de los interaccionistas. PARK se dedicaba a los mismos problemas que THOMAS, eso sí, cada uno a su manera. [31]

De este modo la psicología social estaba integrada en el proyecto de la Escuela de Chicago, es más, no se diferenciaba nítidamente entre sociología y psicología social. Así por ejemplo, BLUMER redactó su tesis doctoral sobre un tema de la psicología social. Y yo mismo me sentía tanto psicólogo social como sociólogo, especialmente también por mi segunda rama de especialización, la antropología. Sin embargo, al llegar a la Universidad de Indiana algunos psicólogos se mostraron reticentes a que yo impartiera clases en psicología social. Así que decidí dar a mi seminario el nombre de "Personalidad y Sociedad", pero en realidad se trataba de psicología social al estilo de Chicago. [32]

La tradición psicológica en la psicología social comenzó allí por el año 1921/22 con Floyd ALLPORT. En mis tiempos gente como NEWCOMB eran muy laureados y de gran influencia. Esta gente se esforzaba en hacer de su campo de investigación una disciplina científica pura y dura, imitando de ese modo a las demás disciplinas psicológicas. Para ello se sirvieron de algunos de nuestros pensamientos – y por otra parte nosotros adoptamos algunas de sus ideas. Pero en los sesenta y setenta está cooperación acabó por romperse definitivamente. [33]

Para ir cerrando el tema: en la Sociedad de Sociología Americana hay una sección, con propia revista y todo, que lleva por título "Psicología Social". Hace pocos días me llamó el portavoz de esta sección y me dijo: "En la última reunión hemos acordado otorgarle el Premio Anual de Psicología Social." Y yo contesté: "Pero, oiga, si hace ya más de 25 años que no hago nada referente a la psicología social y además no suelo leer su revista." A esto él respondió: "Lamentablemente usted no es el primer galardonado que nos contesta de esa manera." – "¿Y cómo es que entonces pensaron en mí para su premio?". ¡Resulta que a raíz de mis estudios microsociológicos sobre la interacción! Finalmente accedí y me pidieron que preparara un discurso – y la persona portavoz estaba como unas castañuelas cuando le ofrecí un discurso sobre las biografías, un tema actualmente de creciente interés. [34]

4. Interacción y estructura

En 1952 retorné como Assistant Professor a Chicago. BLUMER se había marchado a Berkeley, así que yo me ocupé de continuar con su seminario de psicología social. Empero, por aquel entonces mi enfoque comenzó a ser de marcado carácter sociológico. Everett HUGHES era por aquellas fechas el catedrático y yo estaba fascinado por las investigaciones de campo y entrevistas sobre actividad profesional y trabajo que estaban llevando a cabo él y sus alumnos. En ese momento me percaté del significado que tienen las organizaciones y estructuras, de ahí mis posteriores estudios sobre el trabajo. [35]

Por aquel entonces comencé con mi libro sobre la identidad ("Mirror and Masks. The Search for Identity", 1959). Acabar este libro que consiste de seis ensayos que aunque individuales, relacionados entre sí, me llevó siete años – de 1952 a 1958. Accedí al tema desde un enfoque social-psicológico, pero según avanzaba en mi trabajo comprendí cada vez más con mayor nitidez la importancia de cuestiones referentes a la organización social y a la estructura. En "Mirror and Masks" me esforcé por primera vez en sintetizar estas dos ópticas, acentuando por un lado la complejidad y fluidez de los aspectos colectivos e individuales entretejidos que forman la identidad, sin dejar de lado el significado de los factores externos, limitaciones estructurales imprecisas y la amplitud de diversas formas de organización e interacción. El concepto de una conexión entre los niveles micro y macro es, se podría decir, el hilo conductor de este libro. Por aquel entonces yo no era consciente todavía de que las ideas expresadas se fundamentaban obviamente en el modelo de acción de la Escuela de Chicago. Sin embargo mi impresión era, que lo que estaba escribiendo estaba en contacto con la "realidad ahí afuera". Hoy estoy convencido de que este libro anticipó muchos de los conceptos que expresé y elaboré en obras posteriores. [36]

5. Investigación de campo

En 1958 abandoné la Universidad y me dediqué a investigaciones de campo en la gran clínica psiquiátrica del Hospital Michael Reese. Antiguamente ya había cooperado con Howard BECKER en una investigación sobre los "Boys in White" [Chicos de blanco] era uno de los primeros estudios acerca de la socialización de estudiantes de medicina. En esa ocasión la investigación de campo había tenido lugar principalmente en la ciudad de Kansas, y fue llevada especialmente por el nombrado BECKER y por Blanchee GEER, mientras que la concepción del trabajo fue más que nada mía y de Everett HUGHES. Nuestra labor consistía adicionalmente en llevar la estructuración y el asesoramiento de la labor científica, y en mi caso, estuve además tres meses en Kansas participando en la investigación de campo. [37]

A continuación comencé junto con algunos alumnos míos, entre otros Rue BUCHER y Leonard SCHATZMANN, un extenso estudio sobre las instituciones psiquiátricas, de cuyos resultados da fe nuestra publicación de 1961 "Psychiatries, Ideologies and Institutions". En esa ocasión comenzamos ha trabajar, eso sí, sin saberlo, más y más con la Teoría Fundamentada. Investigamos dos hospitales, una clínica privada y un hospital estatal (State Hospital), cada uno de ellos con sus respectivas unidades. Para desarrollar nuestros conceptos fuimos comparando sistemáticamente las diversas unidades, además de a los distintos psiquiatras con variopintas orientaciones, al personal sanitario, personal no médico y a los pacientes. En aquel tiempo los hospitales se encontraban en fase de reestructuración, y pudimos comprobar que los propios médicos procedían de tradiciones bien distintas. Había algunos con una marcada orientación biológica, otros sin embargo procedían del Instituto de Psicoanálisis de Chicago – de entre los cuales hubo alguno que posteriormente se convertiría en psiquiatra de gran renombre –, o los había que eran médicos muy jóvenes, que se encontraban por aquel entonces en fase de instrucción y supervisión psicoanalítica. A raíz de nuestras observaciones de cómo los profesionales trataban a sus pacientes, nuestro escepticismo referente a sus cualidades y conocimientos creció notablemente. De ahí que incluyéramos en el título de la obra la expresión "ideologías psiquiátricas". Hubo situaciones realmente grotescas y durante la investigación nos reímos mucho. No es que nos riéramos de la gente, ¡pero había escenas realmente muy cómicas! [38]

Recuerdo perfectamente a un chico de unos 14 años de edad que violaba sistemáticamente las normas, se fugaba cada vez que podía, era agresivo, repartía bofetadas por todos lados y luego se encerraba en su cuarto. Y eso no es todo. La unidad estaba constantemente en alerta. A este chico le dimos el mote de "paciente del año", con eso queda dicho todo. Las novedades se expandían rápidamente por todo el hospital, el personal sanitario discutía en los pasillos sobre qué hacer con este caso tan problemático, hubo varias reuniones para esclarecer cómo proceder. Durante esa semana como investigador de campo al personal del hospital le debí parecer algo así como un derviche, que iba de actor a actor – personal sanitario, médicos, padres, administración, etc. – con el fin de esclarecer este caso concreto. Los frutos de este trabajo se encuentran recopilados en nuestro libro. Este caso concreto nos sirvió para mostrar, cómo en la investigación de campo uno debe centrarse en los procesos que se desarrollan en el tiempo, al igual que mostrar las diversas perspectivas y acciones de los actores implicados. Todos estos conceptos los reuní en trabajos posteriores bajo el término de "trayectoria" (trajectory). [39]

Con base en nuestro material comprobamos que había ciertas formas de tratamiento que en un hospital en concreto eran más exitosas que otras y ello independientemente de la procedencia teórica o ideológica de los terapeutas. Ello nos llevó a distanciarnos de los médicos, tanto desde un punto de vista teórico como en lo que a la investigación de campo se refiere. Optamos conscientemente por una óptica mucho más sociológica y comenzamos a centrarnos en cómo las personas llegaban a organizar su trabajo aún partiendo de concepciones dispares. Así pudimos esclarecer que el orden social se fundamenta principalmente en diversos actos de negociación (negotiation): En las instituciones que nosotros analizamos no había apenas estructura dada, que no fuera cuestionada constantemente y negociada de nuevo. [40]

De ese modo introduje un término central para mis ulteriores estudios: el orden negociado (negotiated order). Desde mi punto de vista el orden social no es algo que debería darse como sobreentendido, sino como algo que requiere ser establecido, mantenido y transformado en procesos de negociación, cambiantes evidentemente según contexto. Se trata, no cabe duda, de un concepto fuertemente interaccionista, opuesto a la mayoría de las teorías sociológicas, que aprecian el orden como algo buena medida dado. Porque claro, si se aprecia el orden como algo dado, ¡cómo explicar entonces el caos y el cambio! [41]

6. Teoría Fundamentada

En 1960 me asenté en San Francisco en la Escuela de Medicina (Medical School) de la Universidad. Ahí quería observar los distintos hospitales en busca de un foco para una investigación de interés para médicos y personal sanitario. Descubrí que las personas tenían grandes problemas para enfrentarse a los moribundos en los hospitales. De ese modo comencé con un estudio acerca del morir en los hospitales. Evidentemente en ese momento no pude siquiera intuir que poco después, la muerte y los Movimientos Por Una Muerte Digna llegarían a ser un tema de notable interés general. [42]

Nada más al comenzar se hizo patente que el tema requeriría un amplio sondeo y análisis. Tras seis meses pude contar con la ayuda de Barney GLASER, que acababa de dejar la Universidad de Columbia, en la que los principales estandartes y por ende influencias para GLASER eran MERTON y LAZARSFELD. No hizo falta que GLASER trajera carta de recomendación alguna, pues yo mismo podía comprobar lo extraordinario investigador que era, además de que encajaba perfectamente en el proyecto que estaba yo lanzando. Los dos habíamos tenido experiencias biográficas con la muerte. Hacía cinco años que mi madre había muerto, y durante sus últimos meses de vida pude comprobar yo mismo cómo la moribunda y los familiares fingían para intentar hacer olvidar lo inevitable. En un caso, yo mismo participé activamente, con el consentimiento del círculo de conocidos, ocultando a un amigo la trágica noticia de que pronto le llegaría su hora. Por su parte Barney acababa de perder a su padre y seguía impresionado de cómo sus allegados esperaban la muerte desesperados. Se podría decir que esa experiencia de "esperar expectante a la muerte" nos sirvió como "concepto sensibilizador" a la hora de adentrarnos en este terreno tan escabroso. Barney seguía infectado de la terminología de MERTON que le habían indoctrinado, pero pronto vimos que los conceptos teóricos que desarrollábamos con base en el material eran mucho más adecuados, pues se acercaban más a la realidad. [43]

La elección de hospitales y unidades a analizar derivaba de las hipótesis referentes a las "expectativas de morir" y a la conciencia de la muerte. Finalmente analizamos seis instalaciones en la bahía de San Francisco, comenzando por una unidad de nacidos prematuramente y una unidad con altas expectativas de muerte y falta de conciencia de este dato por parte de los pacientes. A continuación, investigamos una unidad de pacientes con cáncer, en la que se solía morir lentamente y el grado de conciencia de la muerte cercana era alto. Finalmente investigamos unidades geriátricas, pediátricas y de cuidados intensivos. Durante la investigación de campo redactábamos "memos analíticos" en los que nos basábamos para desarrollar paso a paso nuestros conceptos. Cada nuevo sondeo partía de los esfuerzos teóricos anteriores – lo que llamaríamos "muestreo teórico". [44]

Finalmente redactamos en "Awarenss of Dying" (1965) nuestra teoría sobre el significado de la conciencia para con el trato con moribundos y todo ello, fundamentándola siempre en nuestros datos. Así llegamos a diferenciar entre distintos contextos de conciencia: conciencia cerrada, recelo, engaño recíproco y conciencia abierta. Desde un punto de vista práctico lo más destacado son los efectos relevantes que estos contextos de conciencia producen en la interacción con los propios pacientes. Era realmente inquietante observar cómo el personal sanitario trataba a los pacientes recelosos, procurando remediar cualquier tipo de contacto con ellos, con el único fin de impedir que éste adquiriera conciencia de su estado. [45]

De ese modo fuimos desarrollando paso a paso la Teoría Fundamentada y nuestro propio estilo de investigar. Yo por mi parte ya había practicado ese estilo intuitivamente antes, pero no se me ocurría nombre alguno que dar a este proceder. Gracias a su formación con LAZARSFELD Barney tenía un conocimiento más profundo de la sistemática y de ese modo venía de vez en cuando con sugerencias para nombrar y conceptuar nuestro proceder. Vaya, que nos complementábamos a la perfección. [46]

7. Evolución e influencias del método

La influencia de la Escuela de Chicago decreció tras la guerra. En 1945/46 las universidades de Columbia, Harvard y Yale pasaron a ocupar el lugar de Chicago como centros sociológicos más prestigiosos. Todo el mundo iba para allí, mientras que las teorías dominantes eran las funcionalistas como la de PARSONS, la de MERTON y en lo que a los métodos se refiere se comenzaron a imponer los estudios cuantitativos tipo "encuesta". Esta transformación vino acompañada por una tendencia hacia la burocratización de la investigación universitaria y un clima político cada vez más conservador. Chicago y el estilo de investigación cualitativa no dejaron de existir, así gente como GOFFMAN o yo mismo continuamos con nuestro trabajo, pero ahora prácticamente a escondidas. Pero a principios de los setenta de repente nos redescubrieron. [47]

H.L.: Por el incipiente movimiento estudiantil? [48]

A.S.: Sí, sí, obviamente; en 1968 hubo un movimiento estudiantil enorme, en un acto de protesta contra el capitalismo. En la sociología apareció entonces el neomarxismo, los interaccionistas fueron redescubiertos, la etnometodología comenzó a florecer, pero también una corriente fenomenológica. [49]

H.L.: Qué efecto tuvieron todos estos factores sobre la Teoría Fundamentada? [50]

A.S.: A mediados de los 60 decidimos publicar un libro sobre métodos. Por entonces ya intuíamos que había ansias de renovación en el ambiente. Nosotros queríamos escribir para la gente joven, para los chavales (kids), puesto que los mayores de 30 parecían ya de ideas fijas. Barney estaba convencido que un libro de tales características tendría gran tirón, yo era más escéptico y reticente, al ser mayor que él. El propio título de "The Discovery of Grounded Theory" (1967) indica lo que era nuestro fin: no, como era habitual en otros libros sobre métodos la corroboración de teorías, sino que descubrir teorías "emergentes de los datos". La Teoría Fundamentada no es una teoría, sino una metodología para descubrir teorías que dormitan en los datos. [51]

Con el libro nos habíamos propuesto alcanzar tres objetivos: Primero, legitimar la investigación cualitativa, por aquél entonces no reconocida. ¡Porque en muchos departamentos sigue siendo así que la investigación cualitativa no goza de estatus científico! Así el libro podía ser utilizado para que algún estudiante legitimase ante el tribunal examinador el uso de ciertos procedimientos. Segundo, nuestra intención era atacar a los funcionalistas tipo PARSONS o MERTON. Por aquel entonces los estudiantes y jóvenes sociólogos adoptaban sus teorías sin rechistar y ponían en duda todo aquello que se opusiera a los conceptos de éstas. Nosotros queríamos sublevarnos contra estas "teorías transmitidas" y el efecto resultó ser mayor de lo que intuíamos. De ahí que el libro sea tan agresivo, activista. Incluso el redactor de la editorial propuso cambiar todas las frases a construcciones pasivas, para paliar de ese modo el tono polémico de la obra, pero nosotros nos opusimos a ello rotundamente y con éxito. El tercer objetivo era esclarecer las posibilidades de desarrollar una teoría partiendo de los datos. Hoy en día sigue habiendo investigadores cualitativos que se resisten a ello. Muchos de éstos se dan por satisfechos con descripciones etnográficas tipo Escuela de Chicago de antes. Y los postmodernos piensan que ya ni siquiera es sensato, desarrollar teorías sistemáticas. [52]

H.L.: Yo leí el libro a principios de los años ochenta, al intentar evaluar los datos de mi primera investigación de campo. El libro me encantó, pero no aprendí cómo trabajar con la Teoría Fundamentada. En ese aspecto las publicaciones posteriores me fueron de gran ayuda. [53]

A.S.: Sí, ese es un malentendido que sigue presente incluso hoy en día. "The Discovery of Grounded Theory" no contiene los métodos, sino que es una publicación programática. Inicialmente estábamos convencidos de que nuestro estilo de proceder no podía ser explicado como una técnica de laboratorio cualquiera. Queríamos que la gente accediera a trabajar con nosotros en la elaboración de la Teoría Fundamentada. Finalmente comenzamos a organizar un seminario del que Barney se encargaría de 1968 a 1979. En ese tiempo redactó "Theoretical Sensitivity" (1978), un gran libro, que sigo recomendando a mis alumnos. El problema es que en ese libro no se incluían ejemplos. Desde 1979 me encargué yo de llevar el seminario. Los estudiantes comenzaron a grabar las clases en cinta, porque decían que todo iba demasiado rápido y que querían reflexionar sobre las clases tranquilamente en casa. Algunos empezaron a transcribir lo que habíamos hecho. Así que cuando me pidieron que escribiera un libro, me pude servir de los textos transcritos: los revisé, completé y comenté y así surgió el libro "Qualitative Analysis for Social Scientists" (1987). [54]

H.L.: Un libro muy vivo. Gracias a los protocolos sobre el trabajo de codificación y la redacción de los memos uno puede imaginarse cómo se lleva a cabo una tarea tal. Y gracias a los muchos ejemplos me pude hacer una idea de la cantidad de temas de investigación que pueden abarcarse con la Teoría Fundamentada. [55]

A.S.: El último libro que redacté junto a Juliet CORBIN ("Basics of Qualitative Research", 1990) es mucho más didáctico. Es un libro para principiantes que introduce al estudiante paso a paso en la tarea. Por cierto, se ha convertido en un bestséller en la Editorial Sage. Curiosamente la mayoría de compradores no son sociólogos, sino que psicólogos, que trabajan en el ámbito clínico, pedagógico o de salud pública. Yo sé porqué el libro tiene tanto éxito: se trata de un libro práctico, que trata problemas que se dan en la práctica, por lo que especialmente interesa a aquellos que están en la práctica y quieren hacer investigación. [56]

H.L.: En Alemania la Teoría Fundamentada está muy arraigada, desde hace algunos años también en la psicología. Sin embargo, el método es visto por muchos como excesivamente exigente y costoso. De ahí que me gustaría saber: ¿qué aspectos aprecia usted como los básicos? [57]

A.S.: Antes que nada me gustaría decir que según mi opinión la Teoría Fundamentada es más que un método o un conjunto de métodos, una metodología y un estilo de investigar y analizar los fenómenos sociales. Se podría decir que mi trabajo sólo ha explicitado algunos fragmentos de este estilo y que lo desarrollé partiendo de mis necesidades como interaccionista e investigador de campo. [58]

Creo que hay especialmente tres aspectos que yo calificaría como básicos: Primero el modo de codificación. La codificación es teórica, por lo que no únicamente sirve para clasificar o describir los fenómenos, sino que llega a desarrollar conceptos teóricos con cierto carácter explicatorio para los fenómenos. Segundo, el muestreo teórico. En Chicago había gente que almacenaba montones de entrevistas y demás fuentes, para posteriormente preguntarse qué hacer con todo ese material. Yo comprendí rápidamente que lo mejor es empezar después de la primera entrevista a analizar los datos, redactar memos y formular hipótesis, que de algún modo tienen influencia en la elección del próximo entrevistado. Y como tercer punto yo nombraría las comparaciones que se hacen respecto a los fenómenos y contextos y de los que resultan los conceptos teóricos. Si se dan estos tres elementos, entonces se tiene la metodología. [59]

Ahora bien, cómo exactamente manejar estos imperativos depende de cada caso y de las necesidades presentes. Por ejemplo, como historiador uno debe sintetizar estas reglas metodológicas en su trabajo con fuentes históricas. Yo tengo una estudiante que está estudiando la evolución de la medicina reproductiva. Eso es sin duda una tarea histórica, pero para ello se sirve de la Teoría Fundamentada. O piense en los informáticos que se sirven de la Teoría Fundamentada para hacer análisis de sistemas. Así, también hay gente que quiere sintetizarla con métodos cuantitativos. Y digo yo: por qué no? [60]

H.L.: Qué opinión le merecen los intentos de utilizar formas acortadas de Teoría Fundamentada en la práctica, por ejemplo para la investigación-acción o como instrumento para imponer ciertas reformas? [61]

A.S.: El estilo de la Teoría Fundamentada es muy variable. La propuesta de utilizar formas acortadas para ciertos tipos de cuestiones va exactamente en esa dirección. La metodología debe de ser adaptada a la pregunta a tratar y al contexto. Desde hace años superviso las investigaciones llevadas a cabo por personal sanitario. Se trata de preguntas de marcado carácter práctico, y en ese caso es necesario recortar algunos aspectos. Yo no soy ningún purista, sino que simplemente quiero que el método sea útil. [62]

B.S.: En qué caso diría usted: esto ya no es mi teoría, esto no es Teoría Fundamentada? [63]

A.S.: Eso es una buena pregunta. Yo diría: Si se han respetado las tres reglas básicas que mencioné anteriormente, la cosa es Teoría Fundamentada, sino es otra cosa. Pero si hay alguien que no respeta los tres aspectos y aún así se le ocurre decir que eso es Teoría Fundamentada, evidentemente yo no puedo impedírselo. [64]

8. Investigaciones y estudios recientes

H.L.: Le pediría nos contara algo referente a sus estudios más recientes. Qué temas a tratado en los últimos años? [65]

A.S.: Tras los estudios sobre el morir he investigado sobre el dolor. Por aquel entonces yo mismo enfermé, en 1972 había sufrido un infarto, por lo que prácticamente tuve que suspender mis trabajos durante los siguientes cuatro o cinco años. Entonces publiqué un libro sobre el dolor ("The Politics of Pain Management", 1977, junto con S. FAGERHAUGH), además de un libro sobre los procesos de negociación ("Negotiations", 1978). En este segundo libro esbocé el concepto de "orden negociado" analizando además en diversos ejemplos – división del trabajo en una unidad psiquiátrica, negociaciones de tarifas, negociaciones en ambientes criminales, en los procesos de Nurenberg y en la Guerra Fría – los determinantes de contexto implicados en las negociaciones. [66]

Luego se publicó un estudio sobre cómo diversas nuevas tecnologías son integradas en la tarea médica, centrándome sin embargo en el caso de los pacientes crónicos y pacientes con padecimientos del corazón o con diabetes. Mi meta era analizar las diversas trayectorias de asimilación de la enfermedad, en las distintas fases: cuando los pacientes se encuentran en casa o durante largas estancias en el hospital. El producto fue un grueso libro en el que se encuentran detallados análisis sobre cómo la tecnología trasforma la organización del hospital y por consiguiente el trabajo con los pacientes ("Social Organization of Medical Work", 1985; S. FAGERHAUGH, B. SUCZEK y C. WIENER). [67]

H.L.: Sería posible nos narrara un ejemplo de este tipo de fenómenos? [68]

A.S.: Les voy a relatar un par de hechos que acontecieron en la clínica pediátrica. Un pequeño drama entre un niño de pecho, su abuela, su madre, dos enfermeras y el médico. La abuela juega con el niño, lo lleva a la cuna, las enfermeras lo pesan, mientras que la madre otea por la ranura de la balanza jugando con sus manos frente a la cara de la criatura. La abuela coge al niño y lo lleva de nuevo a la cuna de revisión. A todo esto, aparece el médico y con el estetoscopio registra de una manera un tanto molesta para el niño el estado de salud de éste. Otra escena: Dos enfermeras realizan sus labores prescritas sin inmutarse de que el niño está llorando. U otra escena, ésta en una unidad de niños enfermos de corazón en la que se muestra la división del trabajo entre madre y personal sanitario. Después de que la enfermera hubiese metido a la pequeña paciente un tubo por el esófago, acude el médico, quien se encarga de suministrar por el tubo diversos antibióticos. Durante todo este tiempo la madre acaricia a la pequeña, le da mimos y besitos, reforzando de este modo el esfuerzo de su hija de mantener la serenidad y el autocontrol. Esto es un buen ejemplo para lo que hemos llamado división del trabajo emocional en el hospital. [69]

El tema de las enfermedades crónicas ha ido interesándome cada vez más. He ofrecido seminarios y publicado junto a Juliet CORBIN un libro sobre los pacientes crónicos y sus allegados ("Unending Work and Care: Managing Chronic Illnes" en HÖRNE, 1988). Con base en los resultados de este estudio publicamos otro libro conjunto sobre política sanitaria ("Shaping a New Health Care System: The Explosion of Chronic Illnes as a Catalyst of Change", 1988). Después escribí un libro sobre teoría de la acción, que salió al mercado el verano pasado (Continual Permutations of Action, 1993). [70]

H.L.: De qué tipo de teoría de la acción trata este libro concretamente? Como bien sabrá, la teoría de la acción es un campo muy amplio. [71]

A.S.: Aquí en América al escuchar teoría de la acción solemos pensar primeramente en PARSONS, en Alemania la cosa tal vez sea distinta. En mi caso mi interés se centra en la estrecha relación entre – o mejor dicho: identidad de – acción e interacción. De ahí que he desarrollado una teoría de la acción de marcado carácter interaccionista. Como punto de partida elegí el modelo de acción pragmatista, llegando a desarrollar 20 hipótesis en las que a mi modo de ver se fundamenta este modelo. A continuación precisé extensamente el concepto de "trayectoria" de la acción. Este concepto lo desarrollé especialmente durante mis investigaciones acerca del morir y especialmente durante mis estudios sobre los enfermos crónicos. El concepto de "trayectoria" deriva de los diversos datos que evalué e incluye por así decirlo todo el cúmulo de acciones e interacciones que en interacción con los factores externos están ligados a hechos difícilmente influenciables, tales como el desarrollo del morir o de la enfermedad, la evolución de una fiesta o de un proyecto estatal. En los capítulos siguientes muestro cómo este concepto es de gran utilidad para conceptuar diversos marcos sociales: el trabajo, los procesos corporales, la biografía, simbolismos, representaciones, creatividad y rutina. En el último capítulo desarrollo el concepto de mundos sociales y arenas. [72]

En el núcleo o foco central de mi teoría de la acción se encuentran actores – individuos, organizaciones, mundos sociales – que negocian, mantienen o transforman un orden social o una estructura, cualquiera que sea ésta en el caso concreto. Los mundos sociales son agrupaciones de personas unidas por un fin o perspectiva conjunta, mas siendo los límites de la agrupación menos nítidos, como por ejemplo lo serían en una organización. Las controversias o conflictos sociales son negociados en diversas arenas, situadas bien en un mundo social o entre mundos sociales dispares. Recientemente analizamos estas negociaciones en la arena del Sida, una arena en continua evolución y en interacción con diversas organizaciones y mundos sociales ya estudiados anteriormente en profundidad. El concepto de arena resulta ser de especial importancia, porque puede servir como marco teórico para la investigación de estrategias y la materialización de reformas sociales. [73]

H.L.: Se podría decir que esta publicación resume sus estudios anteriores? [74]

A.S.: La idea de escribir este libro se la debo a mis amigos alemanes Fritz SCHÜTZE y Hans-Georg SOEFFNER (véase la entrevista [en alemán] con Hans-Georg SOEFFNER contenida en este volumen), que repetidas veces me animaron a redactar un libro de tales características. Evidentemente, ¡aún sin saber lo que resultaría! [75]

Mi teoría de la acción la desarrollé en estudios empíricos, sin reflexionar excesivamente sobre ello. Nunca tuve conscientemente un programa, pero a la postre diría que toda mi carrera no ha sido otra cosa que un acto de concreción del modelo de acción interaccionista. Como investigador me enfrenté a diversas cuestiones materiales, así como a conceptos teóricos como la identidad o las nuevas tecnologías. Independientemente de los resultados materiales de los distintos estudios todos ellos incluían una gama de conceptos teóricos clave: orden negociado, trayectoria, contexto de conciencia, trabajo emocional, articulación del trabajo, mundo social, arena. En mi último libro me he puesto manos a la obra y explicitado estos conceptos con los que había operado hasta la fecha. He incluido muchos ejemplos, así que supongo que es un libro muy ameno, divertido de leer. [76]

H.L.: Y ahora: pensando en comenzar con un nuevo libro? [77]

A.S.: Tengo pensado profundizar en el tema del engaño que en su día rocé someramente durante los estudios sobre el morir. Quiero redactar una teoría sobre el control de información como estrategia interactiva. Para ello me serviré de material de contraste para fundamentar, primero, realmente mi teoría en los datos, segundo, darle cierto grado de abstracción y validez y tercero enriquecer la teoría con material de tal modo que resulte comprensible y convincente. El material que he recogido hasta el momento podría servir perfectamente para hacer con él una película. Tal vez deba rebajar un poquito mis pretensiones. Pero una cosa está más que clara: será un libro entretenido. [78]

9. Balance personal

B.S.: Me gustaría saber si para usted supuso alguna dificultad especial, investigar sobre temas escabrosos como el morir y las enfermedades crónicas. [79]

A.S.: Esa es una cuestión sobre la que he pensado muchas veces. Independientemente de mi carácter – creo que tengo dos caras, una muy distante y otra que ustedes ya conocen. Soy una persona bastante sociable y cariñosa – es decir salvo por mi carácter, soy un científico social e investigador hecho y derecho. Es decir, yo siempre intento comprender lo que ocurre, veo una cosa y acto seguido procuro apreciarla en un contexto mayor. Esta postura analítica me permite mantener siempre cierta distancia protectora. [80]

Además, estoy convencido de que necesitamos reformas y esa convicción impregna mis trabajos y creo que también mi temperamento: Quiero que la gente se encuentre en disposición de enfrentarse mejor a los problemas, y tengo la esperanza de que mi trabajo ayude a "hacer mejor las cosas". Finalmente parto de la idea que la investigación ha de centrarse en los temas de mayor importancia para nosotros, los humanos. Ello no significa que deberíamos dedicarnos a investigar exclusivamente temas tenebrosos, pero vamos, acontecimientos como el morir, la locura o las enfermedades crónicas son, sin duda alguna, temas centrales de la existencia humana. [81]

Creo que sería oportuno dividir la pregunta en dos: Cómo soportas hacer una cosa así?, por un lado y cómo se te ocurrió investigar estos temas?, por el otro. La segunda pregunta resulta más fácil de contestar: Morir, pues porque era un tema que a todos los que se encontraban en el hospital inquietaba, las enfermedades crónicas, porque durante las investigaciones sobre el morir me percaté de que era igualmente un tema de suma importancia, las enfermedades psíquicas, porque un amigo que era psiquiatra me animó a ello y nos ayudó a financiar la investigación. [82]

B.S.: Tal vez no quiera contarnos nada sobre esto, pero me gustaría hacerle la pregunta de todos modos: Usted experimentó en carne propia un infarto al corazón, posiblemente estuvo por algún tiempo al borde de la muerte: Influyó este hecho en su actividad de investigación posterior? [83]

A.S.: Yo nunca temí realmente por mi vida. Durante una investigación en Manchester sufrí un micro-infarto. Aunque fue muy doloroso y necesité mucho tiempo de reposo, tuve suerte, porque el infarto no llegó a expandirse. [84]

Antes de que yo mismo enfermara ya había estado estudiando las enfermedades crónicas. Tenía varios estudiantes encargados de llevar las entrevistas, impartía clases en un seminario, que llegó a ser muy popular, acerca de las enfermedades crónicas. 1972 fue el año en el que caí enfermo y en 1974 escribí junto a Barney GLASER mi primer libro acerca de las enfermedades crónicas ("Chronic Illnes and the Qualitiy of Life", 1975), un libro para la gente de la práctica. Siempre me serví de mi propia experiencia para contrastar los casos de enfermedades crónicas que estábamos analizando. En una publicación junto a Juliet CORBIN ("Unending care and work, 1988") incluimos mi caso como caso a analizar. ¡Sí, sí el "caso Einstein" ese soy yo! (Risas). Pero como ya mencioné anteriormente como científico social que soy me encuentro en disposición de distanciarme de mi propia enfermedad. Yo no sería capaz de escribir una autobiografía sobre mi propia experiencia con la enfermedad, o al menos esa biografía sería bastante deficiente, porque yo no soy escritor. Yo pienso analíticamente. Al enfermar y mientras me recuperaba lentamente me pregunté: "Y cómo te las apañas para continuar con tu vida normal?" No fue una tarea fácil, pero a raíz de mis estudios sobre el trabajo ya disponía de distintos conceptos que me ayudaron a analizar esta cuestión. [85]

B.S.: Se podría decir que esta postura le ayuda a superar su enfermedad o a vivir mejor con ella? [86]

A.S.: Evidentemente. Así por ejemplo uno puede comprender mejor los procesos de control y de ese modo percatarse con mayor facilidad de cuándo es el momento de dejar algo, de cuándo uno ya no puede más. Muchas veces he pensado que pacientes capaces de reflexionar sobre sus propias experiencias deberían significar una ayuda inestimable para médicos y personal sanitario. Lamentablemente a pocos les preguntan por su opinión y sus experiencias con la enfermedad. Como científico he intentado compensar este notable déficit. [87]

H.L.: Para ir finalizando la entrevista le pediría hacer un balance de su vida como científico. Qué momentos diría que fueron puntos culminantes? Hubo también fases en las que pensó dejarlo todo, en las que estaba exhausto? [88]

A.S.: Toda persona tiene momentos en su vida en los que deja de ser productiva. Muchos de mis colegas acabaron los años 40 y 50 quemados. Aunque siguen publicando algún artículo o libro, lo que escriben carece de cualquier interés y creo que ellos lo saben perfectamente. [89]

Yo mismo no fui muy productivo durante mi juventud y en los años 70, cuando las fuerzas empezaron a flaquear. Hoy tengo 77 años. Aunque mi vida es sin ningún lugar a dudas más limitada que de la que disfruté en el pasado, debido principalmente a mis problemas de corazón, sigo trabajando y sigo tocando el piano. La gente me dice que lo que escribo sigue siendo igual de bueno que lo que escribía entonces. Pienso que hay dos razones para ello. Primero, porque me gusta lo que hago, yo amo mi trabajo. Yo siempre les digo a mis estudiantes: La investigación es trabajo duro, siempre está ligada a cierta dosis de sufrimiento. De ahí que por otro lado deba ser entretenida, divertida. Y segundo, creo que soy un americano liberal. Eso significa para mí que debo interceder a favor de los Derechos Humanos y los Derechos Civiles, unos derechos por los que cada generación tiene que luchar de nuevo. Eso sí, nunca llegué a participar activamente en movimiento reformista alguno. Las fuerzas flaquean y como académico invertí gran parte de mi energía en la investigación y la docencia. Pero también con esta labor pretendo obtener resultados prácticos y de utilidad para la sociedad. De ahí que desde los libros sobre el morir buscara mis lectores no únicamente entre sociólogos, psicólogos o demás científicos sociales. Mis libros pueden ser útiles igualmente a gente práctica, personal sanitario, médicos o asistentes sociales, interesados en saber más sobre el asunto. Y eso es justamente el fin de la Teoría Fundamentada: Me agrada que sociólogos o psicólogos se sirvan de ella, pero mi gozo es aún mayor cuando gente de la práctica se sirve de ella porque les es útil. [90]

(Traducido por Sebastián SOLER SCHREIBER)

(Revisado por César A. CISNEROS PUEBLA)

Notas

1) La entrevista fue publicada originalmente en lengua alemana en Journal für Psychologie, 1995, pp. 64-75. <regresar>

2) A continuación: Anselm STRAUSS = A.S., Heiner LEGEWIE = H.L. y Barbara SCHERVIER-LEGEWIE = B.S. <regresar>

Referencias

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Autores

Heiner LEGEWIE, nació 1937 en Dorsten (Alemania), estudió medicina y psicología. De 1961-1976 en Tubinga y Hamburgo. Investigaciones en la clínica psiquiátrica de la Universidad de Hamburgo, el Insituto de Psicología de la Universidad de Düsseldorf y el Instituto de Psicología Max-Planck en Múnich. 1977-2002 catedrático de Psicología Clínica en la Universidad Técnica de Berlín. Desde que es profesor emérito en el 2002 investiga en el "Zentrum Technik und Gesellschaft" (Centro Técnica y Sociedad) de la Universidad Técnica de Berlín.

Principales focos de interés:

Contacto:

Prof. em. Dr. med. Dr. phil. Heiner Legewie

Potsdamer Str. 35
12205 Berlin, Alemania

E-Mail: Legewie@ztg.tu-berlin.de
URL: http://www.tu-berlin.de/fak8/ifg/psychologie/legewie/

 

Barbara SCHERVIER-LEGEWIE nacida en 1947 en Aquisgrán (Alemania). Tras varios años trabajando como comerciante finaliza el Bachillerato en vía subsidiaria de formación. Estudia psicología en la Universidad Técnica de Berlín, licenciatura (Diplom) en 1981. 1981-1990 actividades clinico-psicológicas en centros ambulantes y clínicas de Berlín. Simultáneamente formación como psicoterapeuta conversacional, terapia de parejas y familias. Desde 1990 ejerce de psicoterapeuta psicológica autónoma.

Principales focos de interés:

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Dipl. Psych. Barbara Schervier-Legewie
(Psychologische Psychotherapeutin)

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12205 Berlin, Alemania

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Cita

Legewie, Heiner & Schervier-Legewie, Barbara (2004). La investigación es trabajo duro, siempre está unida a cierta dosis de sufrimiento. De ahí que por otro lado, deba ser entretenida, divertida. Anselm Strauss en conversación con Heiner Legewie y Barbara Schervier-Legewie [90 párrafos]. Forum Qualitative Sozialforschung / Forum: Qualitative Social Research, 5(3), Art. 22, http://nbn-resolving.de/urn:nbn:de:0114-fqs0403222.

Forum Qualitative Sozialforschung / Forum: Qualitative Social Research (FQS)

ISSN 1438-5627

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